Insulta gravemente a la Madre Teresa por rasgos propios de la tercera edad

A la homofobia y al racismo se les combate, ¿y la ancianofobia de 'Mongolia' sale gratis?

Lun 5·9·2016 · 7:10 9

En 1996 el chileno Gonzalo Boye Tusset fue condenado a catorce años, ocho meses y un día de prisión por colaborar en el secuestro, a manos de ETA, del empresario Emiliano Revilla.

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El panfleto de Boye lanza insultos ancianófobos contra la Madre Teresa

A pesar de esa condena de catorce años, en 2002 Boye ya estaba en la calle. Durante su estancia penitenciaria le dio tiempo a licenciarse en Derecho por la UNED. Hace cuatro años fundó un panfleto de ultraizquierda titulado "Mongolia", que se caracteriza por insultar a todos los que no opinan como su editor, disfrazando cínicamente como "sátira" lo que en realidad son expresiones de odio, intolerancia y saña contra los que discrepan de su línea ideológica. Sin ir más lejos, ayer ese panfleto llamó "puto cacahuete miserable" a la Madre Teresa de Calcuta, una mujer que dedicó su vida a los pobres, a los enfermos y a los moribundos. No es la primera vez que "Mongolia" se retrataba así: ya usó el mismo insulto a finales de agosto.

¿Qué diferencia hay entre esto y decir 'puto sudaca' o 'puto maricón'?

No está de más señalar que cuando llaman "puto cacahuete" a una anciana lo hacen por su aspecto físico. El envejecimiento de la piel y las arrugas son comunes a cualquier persona anciana. Que una revista creada por un tipo condenado por secuestro haga esto no es nada extraño: Boye ha hecho un panfleto en el que se refleja la clase de persona que es. Lo que sí choca un poco es el sorprendente silencio que hay en muchos ámbitos que se indignan cuando alguien es insultado por su raza, lugar de nacimiento u orientación sexual. No hay ninguna diferencia ética entre lo que ha escrito Mongolia y decir "puto sudaca", "puto portugués" o "puto maricón". Se trata de insultos que pueden dirigirse contra una persona en concreto pero cuyo contenido ofende a cualquiera que comparta las mismas características que esa persona. Para calificar ese tipo de insultos existen hoy palabras como racismo, xenofobia, homofobia, etc. A menudo nuestros políticos emiten solemnes condenas contra esas conductas ofensivas e intolerantes. Es más: incluso nos advierten de que el mero hecho de discutir la ideología de género o las tesis de organizaciones LGTB son actitudes que incitan al odio, la intolerancia y la violencia.

El odio y la intolerancia salen gratis cuando vienen de la izquierda

Sin embargo, insultos como los de "Mongolia" no tienen ninguna respuesta política ni institucional. No veréis este lunes a nadie anunciando una sanción a ese panfleto por ancianofobia o por discurso de odio. Y es que si nos fiamos del pensamiento dominante, el odio y la intolerancia están muy mal cuando se dirigen contra ciertos colectivos, pero cuando los sufren otros, entonces toca aguantarse. Si una revista de ultraizquierda desprecia la ancianidad y llama a alguien "puto cacahuete" por sus arrugas, entonces todos a callar e incluso a invocar la libertad de expresión. Si el insulto a la Madre Teresa es por su condición de cristiana, otro tanto. Lo llaman "no discriminación" pero su aplicación discrimina a los que diga la izquierda, negándoles cualquier amparo.

Cuando 'Mongolia' y su editor criticaban los insultos... de otros

No hay que buscar mucho para toparse con la doble vara de medir que acabo de señalar. El mismo panfleto de Boye ha publicado tuiteos como éstos:

Gonzalo Boye, en su cuenta personal, también se muestra muy sensible cuando quienes insultan son los demás, en especial si los insultos no se dirigen contra una monja, sino contra él:

Lo que demuestra esta serie de tuiteos es lo que piensa buena parte de la izquierda: cuando ellos ofenden es "sátira", pero si lo hacen otros es "insulto". Al final, lo llaman "sátira" pero quieren decir privilegio exclusivo para insultar con total impunidad a los que no piensan como ellos.

Boye incluso demandó a una periodista por llamarle 'terrorista'

Es más: hace dos años Boye demandó a Isabel Durán por llamarle "terrorista". Boye, insisto, fue condenado por colaborar en un secuestro de la banda terrorista ETA. Esta vez "Mongolia" no sólo aparcó su insultante sentido del humor, sino que amenazó con demandar también a todos los tertulianos del programa de Isabel Durán:

Alguien puede creerse inmune a cualquier cosa: a las leyes, a la ética, a la moral... Pero nadie es inmune al paso del tiempo: si vive lo suficiente, Boye se convertirá en un anciano. Su piel se arrugará, su aspecto se deteriorará, posiblemente su columna vertebral se encorve y sufra otros achaques típicos de la tercera edad. Me pregunto qué le parecerá, llegado ese día, que alguien pueda zanjar su rechazo a las ideas de este personaje llamándole "puto cacahuete miserable", un insulto con el que su revista ha autorretratado su odio y su desprecio a todos los ancianos.

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(Foto: EmisorasUnidas.com)

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Comentarios:

  1. zuppi

    Lo peor no es que haya gentuza de esta calaña soltando rebuznos por ahí, lo peor es que tienen miles de seguidores que les ríen las gracias.
    Y luego está lo de los progres que se creen superiores moralmente y defensores de los desfavorecidos porque tuitean con hashtags como #StopRacismo o #NoalaBanca pero no han visto a un pobre ni de lejos y se ríen de la madre Teresa de Calcuta.

  2. Es que para el progre medio español, lo que hizo la Madre Teresa no tenía mérito simplemente porque era una monja católica. Ellos se creen mejores que la Madre Teresa por ser de izquierdas. Y a los pobres que los atienda el Estado, que para eso se pagan impuestos. Es la mentalidad socialista: la caridad ejercida por las obras sociales católicas les parece malísima. Prefieren que el Estado te arrebate por la fuerza tu dinero para malgastarlo y despilfarrarlo con fines teóricamente muy nobles, aunque el resultado del expolio fiscal sea más paro y por tanto más pobreza.

    De hecho, si por algo se caracteriza la izquierda es por ir sembrando miseria allí donde gobierna. Basta con ver cómo han dejado Cuba y Venezuela.

  3. Carlos

    Está claro por qué los mayores no queremos saber nada de comunismo.
    Hemos vivido ya lo suficiente como para saber lo que esa criminal ideología hizo y hace allá donde la padecen.
    Son esa parte de la juventud, maleada por los comunistas que perviven entre nosotros, los que, sin tener ni idea de lo que es el Comunismo lo defienden como borregos porque «mola».
    Alguna vez se darán cuenta de lo que verdaderamente supone.

  4. Luisa Carrasco

    Tienes mucha razón en enfadarte ante semejante calificativo, realmente miserable, y haces bien en exigir la repulsa de cualquier persona con dos dedos de frente, más aún la de esos que se llenan la boca defendiendo exclusivamente «sus derechos» y negando los derechos de los demás, y en particular, su libertad de expresión.

    A la Madre Teresa, probablemente, no le habría ofendido demasiado que la insultaran a ella, pero a sus ancianos… no le habría gustado en absoluto. Y si bien es cierto que ella proponía sonreír, incluso, a aquellos que no fueran de nuestro agrado -no hipócritamente, sino como un gesto miserordioso, por nuestro propio bien y por procurar la Paz- nunca se cansó tampoco de denunciar las injusticias, especialmente cuidando y defendiendo a los más desvalidos: ancianos, niños -sobre todo a aquellos a quienes no siquiera se les quiere dar la oportunidad de nacer- y desahuciados, en general.

    Que ella, en su fiesta que hoy celebramos, interceda por todos nosotros: por unos para que dejen de cometer barbaridades, y por otros, para que no seamos inmunes ante las injusticias y sepamos defender a quienes las sufren cómo es debido -sin recurrir a la violencia, pero sin cesar en nuestro empeño-.

    Dios te bendiga.

  5. Sharovarov

    Mierdas como ésa o como El Jueves, prácticamente intocables mientras que a Pío Moa -en una noticia que leí ayer en InfoCatólica-, se le cierra el Facebook y, según comentaristas, Carlos Cuesta recibió órdenes para que no lo llevara más a su programa. ¡Ole ahí la libertad de expresión!

  6. Maite

    ¡Pues que rabie! Ese odio es absolutamente infernal y maligno.

    Conozco a mucha gente de izquierdas para quien la Madre Teresa de Calcuta era un icono y a la que profesan todo el respeto que se merece. Gente con sensibilidad humana y con una inteligencia humana, pero que no llegan a las cosas de Dios.

    Cualquier ser humano sincero y bueno, sabe apreciar lo bueno de los demás.

    Como decía Santa Teresa de Jesús en casos parecidos: «¿El demonio rabia? ¡Buena señal!»

  7. Luna

    La imbecilidad supina debiera estar tipificada por el código penal como delito muy grave y fuertemente penada en algunos casos. A este hombre le revienta que se pueda ayudar a los pobres en lugar de querer terminar como ellos, como a tantos otros comunistas. Y lo que no puede soportar es que esto se haga con amor cristiano y sin tener el detalle de dejar algún rastro que pueda ser considerado «hipocresía», eso que tanto buscan (vaya usted a saber por qué) entre los católicos.

    El grave problema es que dejó muy claro a toda persona cómo podía actuar ante la pobreza y esto incluye a los comunistas, que se encuentran ante la evidencia de que jamás lo han hecho por amor, ni con amor. Pues sepa el señor de los cacahuetes que los postulados de Santa Teresa de Calcuta son el mejor remedio que se conoce por ahora y que ni siquiera son de ella, tienen más de 2000 años.

    Me ponen ahora entre la disyuntiva de quien acoge a un enfermo al que se están comiendo vivo las ratas (Lo más feo que se pueda imaginar) y quien rechaza a la persona más válida porque es fea (Sí, la verdad es que era poco atractiva) o porque es anciana, ¿Qué voy a elegir? Ubi caritas et amor, Deus ibi est.

  8. Luna

    Dice Mayte:
    «Conozco a mucha gente de izquierdas para quien la Madre Teresa de Calcuta era un icono y a la que profesan todo el respeto que se merece. Gente con sensibilidad humana y con una inteligencia humana, pero que no llegan a las cosas de Dios.

    Cualquier ser humano sincero y bueno, sabe apreciar lo bueno de los demás.»

    A través de Santa Teresa de Calcuta podemos encontrar la clave para conseguir esto: El llamado humanismo cristiano. Creemos que todos lo hombres hemos sido creados por Dios, lo que confiere a todos -sin excepción- una dignidad trascendente que pide el respeto por todos ellos. Esto es lo que le falta al comunismo y a otros muchos intentos, no basta con un vago concepto de «igualdad» que se puede perder ante cualquier escollo.
    Lo cierto es que esta visión no es privativa de una u otra creencia, toda persona que tenga fe en la Creación y en un Creador podría llegar a la misma conclusión porque es bastante consecuente. El problema es cuando no hay esta fe, cuando sólo algunos hombres son divinos. Entonces el resto pasa a ser «otra cosa», algo así como un «puto cacahuete».

    Lo que a mí me preocupa es que el señor Gonzalo Boye es tan persona y tan digno como yo y que no puedo insultarle y quedarme tan feliz por hacerlo, sino que veo en él un problema que no sé como solucionar.

  9. Maite

    Luna, yo distingo entre la persona y lo que dice: todas las personas son hijos de Dios para un cristiano y, como tales, las hemos de tratar y respetar.
    Pero no todo lo que dice y hace una persona es digno de igual respeto: todo lo bueno hay que respetarlo y todo lo malo no tenemos que hacerlo. A veces lo podremos tolerar, otras veces tendremos que denunciarlo como malo, sobre todo si afecta a los demás.
    Un ejemplo: Dios no quiere la homosexualidad, pero si ama a sus hijos que la practican y quiere convertirlos para que se salven. Por lo tanto yo debo respetar a las personas homosexuales, pero decir que la homosexualidad no es buena. Y todo por amor, como Dios.

    No sé si te sirve, a mí me vale esa distinción.

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