Si aceptas ir a donde vetan a nuestro Rey, ve en nombre del PSOE: a mí no me representas

Ayer Pedro Sánchez recibió La Moncloa a Quim Torra, dedicándole todo tipo de atenciones y sonrisas a un individuo que ya ha anunciado su intención de saltarse la legalidad vigente.

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Sánchez pretende que un golpe de Estado no tenga consecuencias judiciales

En vez de salir en defensa del Estado de Derecho, Sánchez ofreció diversas medidas y adoptó diversos gestos para apaciguar a Quim Torra, olvidando que la historia nos enseña que apaciguar a los totalitarios sólo sirve para hacer que se sientan crecidos. En su cuenta de Twitter, y hablando sobre esta reunión, Sánchez lanzó el siguiente comentario: "Una crisis política requiere de una solución política". Se trata de una idea en la que viene insistiendo el PSOE desde hace meses, y su significa ya ha quedado claro a estas alturas: aceptar que un golpe de Estado no tenga consecuencias judiciales y que sus autores no sólo queden impunes, sino que además saquen tajada política. Es un insulto para todos los españoles que respetamos la ley y pagamos nuestros impuestos, sufriendo severas consecuencias si no hacemos ni lo uno ni lo otro.

Quiere que todos paguemos las deudas que él ha contraído con los separatistas

La indigna actitud manifestada ayer por Sánchez no es ninguna sorpresa, todo hay que decirlo. Con su investidura, el dirigente del PSOE contrajo grandes deudas con los separatistas y ahora pretende que las paguemos todos los españoles, empezando por los catalanes que no son separatistas, que se ven rehenes de un gobierno autonómico que se niega a respetar la Constitución, las leyes y las sentencias judiciales. Uno de los puntos en los que Sánchez aceptó protagonizar una bajada de pantalones ante el separatismo catalán lo confirmó ayer la propia web de La Moncloa: "en la reunión de esta mañana comentaron los actos conmemorativos del primer aniversario de los atentados en Barcelona y Cambrils, con la presencia del Gobierno de España". Es decir, que Sánchez ha aceptado que el Gobierno esté presente en esos actos, a pesar de que Torra ya ha anunciado que no invitará al Rey, lo cual es un insulto a todos los españoles, pues Felipe VI, como Jefe del Estado que es, nos representa a todos los ciudadanos de España, catalanes incluidos.

Los separatistas vetan al Rey por su valentía frente al golpe

Yo no soy monárquico, pero a Felipe VI le reconozco el mérito de haber sido una de las pocas autoridades del Estado que estuvo a la altura frente al golpe separatista. Basta con recordar su excelente mensaje televisado del 3 de octubre, denunciando el que los separatistas venían vulnerando "de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado". Muchos españoles -y entre nosotros muchos catalanes- nos sentimos agradecidos por aquel mensaje del Rey. Y en sentido opuesto, muchos españoles, incluso muchos que no somos monárquicos, nos sentimos indignados el verano pasado, cuando el separatismo le montó al Rey una encerrona en la manifestación tras los atentados en Cataluña, convirtiéndola en un miserable acto de propaganda en el que todos los lemas de los separatistas fueron para atacar al Rey y a España, pero ni uno para criticar a los terroristas. El recuerdo de aquel bochornoso espectáculo debería hacer que la Casa Real y el Gobierno de España se planteen seriamente rechazar la posibilidad misma de que el gabinete de Torra organice los actos conmemorativos de aquellos atentados. No se puede confiar en unos desleales que aprovechan cualquier oportunidad, incluso unos atentados terroristas, para ventilar su odio a España.

Que vaya en nombre del PSOE y que su partido le pague el viaje

Si Pedro Sánchez quiere proseguir con su actitud servil hacia quienes quieren romper España, si quiere ceder ante ellos llegando al extremo de aceptar su invitación para acudir a un acto en el que han vetado al Rey -y le han vetado, todo hay que decirlo, por defender a España y al Estado de Derecho-, entonces lo que debe hacer Sánchez es ir en nombre del PSOE, pagando su partido el viaje. Como dirigente de ese partido tiene todo el derecho a pasear su nombre por el barro: no sería el primero en hacerlo. A lo que Sánchez no tiene derecho es a humillarnos a todos los españoles, representados en nuestro Rey, y menos aún si piensa hacerlo usando un avión oficial, un coche oficial y una comitiva que pagamos todos con el fruto de nuestro trabajo. Yo no pago impuestos para que el presidente del Gobierno me humille como español. Vete en tu nombre y en el de tu partido, Sánchez, si te apetece demostrar aún más indignidad, pero en mi nombre, ¡no!