Este miércoles 23 de enero el Parlamento gallego escenificó una alarmante alianza que deja tocada la imagen del Partido Popular sólo unos días después de su Convención Nacional de 2019.
El BNG quiere una versión gallega de los Mozos de Escuadra
El pasado 21 de noviembre, el grupo parlamentario del Bloque Nacionalista Galego (BNG), una formación separatista y de ultraizquierda que irá en coalición con Bildu y con ERC a las próximas elecciones europeas, presentó una moción (ver PDF, pág. 130864) para reclamar "la transferencia a Galicia de las competencias en materia de tráfico, circulación de vehículos y seguridad ciudadana, así como la actuación que debe llevar a cabo para posibilitarle al Cuerpo de Policía de Galicia la asunción de las funciones reflejadas en el artículo 15 de la Ley 8/2008". Es decir, que el BNG quiere una Policía regional gallega (actualmente la Xunta tiene adscrita una unidad de la Policía Nacional). Teniendo en cuenta el penoso espectáculo que están dando los Mozos de Escuadra en Cataluña, cabe preguntarse si los separatistas quieren que Galicia tenga también su propia policía política.
El número de funcionarios por cada 100 habitantes se ha duplicado desde 1975
Hay que recordar que los separatistas llevan muchos años reclamando cada vez más competencias para las autonomías con el fin de lograr la progresiva desaparición del Estado en regiones vasca, catalana y gallega, y al mismo tiempo un aumento del intervencionismo público en la sociedad, lo redunda en un gasto público cada vez más desmesurado. Ese fenómeno ha generado una situación de cada vez más desigualdad entre españoles y más intervencionismo público, al haber en la práctica 17 miniestados cada vez más elefantiásicos, que consumen una enorme cantidad de recursos y emplean a cada vez más personal. De hecho, siendo una dictadura, en 1975 España tenía 650.000 funcionarios. Según los últimos datos del INE referidos al tercer trimestre de 2018, en España hay actualmente 3,16 millones de empleados públicos. El número de funcionarios públicos por cada 100 habitantes se ha duplicado en España desde 1975.
En 17 años la población gallega aumentó un 0,46% y sus funcionarios un 28,29%
Un claro ejemplo del disparate autonómico es que según el INE, en Galicia actualmente hay 190.000 empleados públicos, un 29% del número de funcionarios que tenía el franquismo en 1975 en toda España. A comienzos de 2002, Galicia tenía 148.100 empleados públicos y 2,69 millones de habitantes (datos del IGE). Actualmente Galicia tiene 2,7 millones de habitantes. Es decir, que en 17 años la población gallega ha aumentado unos 12.000 habitantes (un 0,46%), pero el número de empleados públicos en Galicia ha aumentado en 41.900 (un 28,29%). Esto no hay economía que lo aguante, y menos aún en una región como la gallega, con una población cada vez más envejecida. Lo que necesita Galicia es hacerse más atractiva para los inversores y para los que quieran venir a vivir aquí, y no hacerla más hostil, que es lo que supone aumentar cada vez más el peso de las administraciones públicas en la sociedad (y con ello el gasto público y la presión fiscal).
El PP se comporta como el furgón de cola del nacionalismo
Como refleja la web del Parlamento de Galicia (pulsa aquí), la comisión institucional de dicha cámara aprobó finalmente por unanimidad una versión modificada de la propuesta del BNG: "El Parlamento de Galicia insta la Xunta de Galicia a demandar del Gobierno del Estado la convocatoria de la Comisión Mixta de transferencias, con objeto de llevar adelante todas aquellas transferencias ya reclamadas, así como aquellas nuevas que el Gobierno gallego consideren convenientes contemplando todas aquellas que ya fueron transferidas o se están negociando con otras Comunidades Autónomas". Esta petición se enmarca en la estrategia del separatismo de ir logrando la desaparición del Estado en Galicia, y era previsible que los nacionalistas de En Marea también la apoyasen, igual que el PSOE, que siempre se limita a ejercer en Galicia un papel de mero portamaletas del separatismo. Lo insólito es que el PP también apoyó esa moción, que aumenta aún más las exigencias de la planteada inicialmente por el BNG. La excusa del PP es que Galicia no sea menos que las comunidades catalana y vasca. Un argumento pueril e irresponsable. Lo que tendría que hacer el PP es pedir que se aligere el peso de las administraciones públicas y que se cohesione más la Nación, y no engordar todavía más la administración gallega ni dar balones de oxígeno al separatismo. En vez de eso, el PP se pone a hacer de furgón de cola del nacionalismo.
Un 30% de gallegos pide menos o ninguna autonomía, y sólo un 9% pide más
Cabe preguntarse a qué votantes pretende captar el PP con este apoyo a los socios gallegos de Bildu. Ahora mismo sólo un 9% de los gallegos piden más autonomía, y sólo un 3% apoya la separación de Galicia de España. Por el contrario, un 20% de los gallegos opinan que sería mejor una España sin autonomías y un 10% apoya un modelo con menos autonomía regional. La amplia mayoría, un 50%, prefiere dejarlo todo como está. Galicia nunca ha sido una región en la que hubiese un gran espíritu autonomista, aunque los políticos pretendan vendernos esa idea. En 1981 sólo un 28,27% del censo participó en el referéndum del Estatuto de Galicia, con un 73,35% de votos a favor. Fue una cifra de participación ridícula y muy inferior a la del referéndum sobre la Constitución Española de 1978, en el que participó el 50,21% del censo de Galicia, votando un 89,04% a favor. Lo curioso del caso es que a ese 30% de gallegos que pedimos menos o ninguna autonomía nadie nos representa a día de hoy en el Parlamento de Galicia, mientras que ese 9% que pide aún más autonomía está hoy representado por el 100% de los partidos con presencia en esa cámara, incluido el PP. Feijóo dijo el mes pasado que "Vox no tiene cabida en Galicia". Pues sinceramente, el PP le está dejando un hueco enorme con su apoyo al nacionalismo.
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Comentarios:
JFM
Una de las consecuencias de dar la tabarra con el gallego es que disade tanto a las personas que quieran a vivir a Galicia ya que sus hijos estarian en desventaja como a las eùmpresas ya que para sus necesidades de personal estarin limitadas al vivero gallego y tendrian dificultades en trasladar a su personal de otras regiones.
La torre de Bael en en la que los nacionalistas quiern trnsformar Espña cuesta carisimo
16:22 | 25/01/19
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