Nos jugamos algo más importante que un ayuntamiento o un gobierno regional

Van a por Vox para que todos renunciemos a discutir los dogmas progres: ni un paso atrás

Mar 4·6·2019 · 20:07 6

La compleja situación creada en España por los resultados de las elecciones locales y autonómicas del 26 de mayo está generando un intenso debate sobre los posibles pactos entre PP, Cs y Vox.

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La negativa de Vox a dejarse tratar como un felpudo por Ciudadanos ha dado lugar a numerosas presiones mediáticas contra el partido de Abascal para que pase por el aro del partido naranja. Precisamente esta mañana Santiago Abascal ha concedido una entrevista a Federico Jiménez Losantos, uno de los periodistas que con más insistencia ha estado reclamándole a Vox que se pliegue a las exigencias de Ciudadanos, incluso apelando al patriotismo. Frente a esa tesis, Abascal ha denunciado en esa entrevista que Ciudadanos "continúa con la imposición de un cordón sanitario del que nos quieren hacer cómplices, y nosotros reaccionamos precisamente defendiendo a nuestros votantes, no a nosotros mismos". Es más: el presidente de Vox recordó que "es un cordón sanitario que nace en España el 13 de marzo del 2004, según el cual sólo hay un sistema posible, que es el de la izquierda. Sólo hay una manera de pensar. Y desde entonces se ha consolidado en España un sistema político y mediático al servicio de la izquierda".

Así funcionó ese cordón sanitario durante el gobierno de Zapatero

Con su mención al 13 de marzo de 2004, Abascal hacía referencia a la campaña de agitación lanzada por la izquierda para utilizar electoralmente los atentados del 11-M, una campaña que logró un vuelco electoral y llevar a Zapatero a La Moncloa, iniciándose desde entonces una descarada imposición de las ideas de la izquierda desde el poder, una imposición desarrollada con las leyes de género, la memoria histórica, el aborto, los pactos con ETA y las cesiones al separatismo catalán. Durante el mandato de Zapatero, el gobierno socialista y sus medios afines se emplearon a fondo en estigmatizar y desprestigiar a todos los que nos opusimos a esa operación de asalto contra nuestra democracia. A los que criticamos las leyes de género y el aborto se nos llamó "machistas" y "homófobos". A los que criticamos que el PSOE impusiese por ley su versión de la historia reciente de España se nos llamó "franquistas" y "fachas". A los que nos opusimos a los perversos pactos con ETA se nos llamó "ultraderecha" e incluso se nos acusó de querer que ETA siguiese asesinando, una acusación infame y miserable que incluso se lanzó contra víctimas de esa banda terrorista. Y a los que nos opusimos a las cesiones al separatismo catalán se nos llamó "anticatalanes", como si sólo se pudieses ser catalán si suscribes los caprichos del secesionismo.

El origen de esa operación: el Pacto del Tinell de diciembre de 2003

No obstante, discrepo con Abascal en las fechas. Ese proyecto de imposición de la izquierda no se inició el 13 de marzo de 2004, sino el 14 de diciembre de 2003 con el llamado Pacto del Tinell, firmado por el PSOE con los separatistas de ERC y con ICV, la marca catalana de los comunistas de Izquierda Unida. El pacto incluía un anexo (ver PDF), titulado "Criterios sobre actuación política general", que señalaba: "Ningún acuerdo de gobernabilidad con el PP, ni en la Generalitat ni en el Estado". Esto tenía como fin, en la práctica, la exclusión del PP del juego democrático. Entonces el PP aún no se había sometido a los dogmas de la izquierda como lo hizo a partir de abril de 2008, cuando Rajoy mostró la puerta de salida a liberales y conservadores. Hasta esa fecha, las presiones del PSOE y de sus medios afines sobre el PP fueron enormes, tanto como las que ahora hay para aislar a Vox. Con machacona insistencia, el gobierno de Zapatero y todo su batallón mediático acusaron al PP y a sus medios afines de querer fomentar la "crispación". Así, transmitieron a la opinión pública que si no había paz y tranquilidad en España era porque el PP, al que asociaban sistemáticamente con la "ultraderecha", se oponía a la agenda ideológica del gobierno.

El sometimiento del PP y la defenestración de María San Gil

A partir de abril de 2008, el PP de Rajoy decidió cambiar de estrategia. Se deshizo de María San Gil y de otras figuras relevantes del partido que podían haberse opuesto a su giro progre y a su nueva política de flirtear con el nacionalismo. No está de más recordar ahora que precisamente, entre los dirigentes del PP que se implicaron en la defenestración de la expresidenta del PP vasco, estuvo uno de los que ahora atacan con más dureza a Vox: Alberto Núñez Feijóo se mofó abiertamente de San Gil. Desde la dirección del partido incluso se pusieron a difundir bulos para desprestigiarla. Fue realmente asqueroso. De hecho, fue precisamente esa campaña de acoso a San Gil la que llevó a Ortega Lara a abandonar el PP el 22 de mayo de 2008. En los años siguientes, y especialmente tras su llegada al poder en 2011, el PP acabó plegándose a los dictados ideológicos de la izquierda -y también en gran medida del nacionalismo- y mantuvo intactas las leyes ideológicas de Zapatero. Era el peaje a pagar a la izquierda para que sus medios no les señalasen como "fachas", o al menos eso debieron pensar los ilusos dirigentes del PP.

Cs ya apoyó una moción contra Vox de uno de los firmantes del Pacto del Tinell

Lo que ahora está pasando contra Vox no es más que la reedición de aquel Pacto del Tinell, pero esta vez el acoso cuenta con muchos más apoyos, pues en estos 15 años muchos políticos y medios de derechas han acabado sometiéndose a los dogmas progres, ya por activa (suscribiéndolos) o por pasiva (evitando discutirlos). Lamentablemente, hay que reconocer que los firmantes del Pacto del Tinell han tenido un gran éxito: han dado lugar a una España en la que discrepar de la izquierda te puede costar ser señalado, acosado e incluso agredido por el mero hecho de defender posiciones liberales o conservadoras. El cordón sanitario lanzado por Ciudadanos contra Vox abunda en ese afán de la izquierda por expulsar del juego democrático a quienes discrepamos de sus dogmas. De hecho, recordemos que Cs ya apoyó en enero una moción de los separatistas de ERC -uno de los partidos firmantes del Tinell- en el Ayuntamiento de Barcelona para aislar a Vox. Por eso hay que aplaudir la firmeza de Vox y su negativa a dejarse imponer ese cordón sanitario, que como bien señaló Abascal esta mañana, no sólo se dirige contra los votantes de Vox, sino también contra quienes votan a otros partidos (y contra muchos que no fueron a votar) y que no apoyan las tesis de la izquierda. Nos jugamos algo más importante que un ayuntamiento o un gobierno autonómico: nos jugamos el derecho a discrepar de los dogmas progres. Y ante esa amenaza no podemos ceder. Como bien ha dicho hoy @alonso_dm, ni un paso atrás.

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Imagen: fotograma de la película "300"

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Comentarios:

  1. pacococo

    Como es natural, la casta sabe muchas cosas que nosotros no sabemos, de modo que el «cordón sanitario» debe tener profundas razones.

    Una de las razones es el asunto de eta. El psoe negoció y prometió y cumplió parte de las promesas, los podemitas siempre han apoyado eso, pero el pp calló y continuó con la política de acercamiento de presos, por ejemplo, es decir que el pp fue un encubridor y c’s, pues a lo que haga falta, seguramente, no tengo el dato, encubriría también.

    Es que estamos hablando de presunta traición y presunto encubrimiento, delitos contemplados en el Código Penal y que si vox sigue incordiando, puede que algunos se sienten en el banquillo y una vez sentados, los jueces pueden o no favorecerlos.

    Así que por esto y por cosas que no sabemos, hay que silenciar a vox.

  2. Sharovarov

    Yo creo que Vox no debería de tener miedo a una segunda travesía del desierto. Mejor eso que acabar dándole la razón a gente como a Villalobos, que hace pocos días dijo que se estaba volviendo al bipartidismo y al sentido común.

  3. Sharovarov

    Y «bipartidismo y sentido común» en boca de esa progra ya sabemos lo que es: dictadura del pensamiento único progre.

  4. Sharovarov

    Resumiendo, que soy partidario de que Vox pille poder; si no, prefiero que sigan las Carmenas otros cuatro años.

  5. Lorenzo

    Vox es la única posibilidad que nos queda para cambiar el sistema político e ideológico en España.
    Si ceden a las presiones y a los cantos de sirena de ciertos «patriotas», demostrarán que es un partido irrelevante y servidor volverá entonces a la abstención.

  6. Manuel Ros Amo

    VOX no es ultraderecha es llanamente el partido ALIANZA POPULAR, que creo Fraga con la idea de que era un centro derecha que aglutinaría a la derecha española y que además hundió a FUERZA NUEVA, por ser considerado precisamente FUERZA NUEVA como la ultra derecha.Luego ALIANZA POPULAR se desvirtuó uniéndose a políticos provenientes del CENTRO DEMOCRATICO…y nació el PARTIDO POPULAR. Y con el tiempo la degradación del PARTIDO POPULAR le ha vuelto irreconocible y desde luego sin ideas . Por dignidad no digan que VOX es la ultraderecha.

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