El NKVD reactivó este campo antes de que el Ejército Rojo llegase a Auschwitz

Majdanek: el campo de concentración alemán reutilizado por la URSS contra polacos antinazis

Esta semana muchos medios han hablado del 75º aniversario de la llegada del Ejército Rojo a Auschwitz. Sin embargo, hay otro campo de concentración alemán mucho menos conocido.

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El pacto entre alemanes y soviéticos para repartirse Polonia

Como ya sabéis, el 23 de agosto de 1939, la Alemania de Hitler y la URSS de Stalin firmaron el llamado Pacto Ribbentrop-Molotov, que incluía unas cláusulas secretas (que no fueron descubiertas hasta 1945) por las que ambas potencias se repartían Polonia, Finlandia, Lituania, Letonia y Estonia. El 1 de septiembre de ese año Alemania invadió Polonia, y el día 17 la URSS se unió a la invasión, ocupando la franja oriental del país de acuerdo a lo previamente acordado con Alemania. En los meses siguientes, hasta el inicio de la invasión alemana de la URSS el 22 de junio de 1941, alemanes y soviéticos colaboraron activamente, incluso intercambiándose prisioneros y celebrando reuniones conjuntas entre la Gestapo y su homólogo comunista, el NKVD.

Una imagen del desfile conjunto organizado por alemanes y soviéticos en Brześć Litewski, Polonia (hoy Brest-Litovsk, en Bielorrusia) tras la invasión conjunta del país conforme a lo acordado en el Pacto Ribbentrop-Molotov.

La creación del campo de concentración de Majdanek por orden de Himmler

Tras la invasión alemana de la URSS, el jefe de las SS alemanas, Heinrich Himmler, ordenó la construcción de un campo de concentración cerca de la ciudad de Lublin, en la Polonia ocupada. Denominado oficialmente Konzentrationslager Lublin, el campo se construyó junto al suburbio de Majdan Tatarski, por lo que los lugareños lo apodaron Majdanek (el pequeño Majdan). Construido por prisioneros judíos y soviéticos en condiciones de esclavitud, en septiembre de 1942 este campo de concentración se convirtió en campo de exterminio, empezando a asesinar prisioneros mediante el gas Zyklon B en aplicación de la política de "Solución Final" aprobada por el Tercer Reich contra los judíos. A ese campo fueron enviados 130.000 hombres, mujeres y niños, en su mayoría judíos y polacos no judíos (recordemos que Majdanek fue uno de los destinos de parte de los 116.000 polacos de Zamość deportados por los alemanes), seguidos de más reducidos grupos de prisioneros de otras nacionalidades. En la primavera de 1943 los alemanes empezaron a enviar a Majdanek a una parte de los judíos de los guetos de Varsovia y Białystok. Según el Museo Estatal de Majdanek, en ese recinto fueron asesinadas 80.000 personas, 60.000 de ellas judías.

Una foto de reconocimiento aéreo del campo de concentración de Majdanek hecha el 24 de junio de 1944 (Foto: Majdanek Museum / Wikimedia).

Los planes de Stalin para la Polonia de la postguerra

Majdanek ha pasado a la historia no sólo por los crímenes que los alemanes cometieron allí, sino también porque fue el primer campo de exterminio descubierto por los Aliados. El Ejército Rojo llegó al recinto el 22 de julio de 1944. Ese mismo año Majdanek también se convirtió en el primer escenario de una comisión para esclarecer los crímenes de lesa humanidad cometidos por los alemanes en los campos de exterminio. Sin embargo, en el verano de 1944 sería el escenario de un hecho deshonroso y poco conocido fuera de Polonia. Por aquel entonces, Stalin ya estaba pensando en la postguerra y sus planes chocaban con la existencia de una gran resistencia polaca que en su mayor parte no era comunista. La resistencia polaca empezó a formarse el 27 de septiembre de 1939, en plena invasión germanosoviética, con la creación del Służba Zwycięstwu Polski (Servicio de la Victoria de Polonia). En los años siguientes se formó un auténtico Estado clandestino polaco fiel al Gobierno de Polonia en el exilio, con sede en Londres y cuyo propósito era que la guerra acabase con la recuperación de Polonia como una Nación libre y democrática.

Soldados del Ejército Rojo junto a los crematorios del campo alemán de Majdanek tras la llegada de los soviéticos al recinto.

La resistencia polaca no comunista: el AK, los BCh y las NSZ

En Polonia fue creada la mayor organización de resistencia contra los alemanes de la Segunda Guerra Mundial: el Armia Krajowa (AK, Ejército Nacional), formado el 14 de febrero de 1942 a partir de la fusión de otras organizaciones clandestinas. El AK llegó a tener unos 400.000 miembros, la mayoría de ellos polacos católicos. Leal al Gobierno polaco en el exilio, dirigió sus esfuerzos a combatir a los alemanes, incluso aceptando colaborar con los soviéticos -por ejemplo, en la liberación de Vilna- a pesar de las malas relaciones que tenían con ellos. Además del AK, los Bataliony Chłopskie (BCh, Batallones Campesinos), afines a la derecha agraria polaca, llegaron a tener unos 160.000 miembros. Parcialmente integrados en el AK, los BCh eran también fieles al Gobierno polaco en el exilio y centraban su labor en combatir a los alemanes. Así mismo, las Narodowe Siły Zbrojne (NSZ, Fuerzas Armadas Nacionales), afines a la derecha nacionalista, llegaron a tener unos 70.000 miembros, muchos de los cuales rechazaban seguir las órdenes del Gobierno polaco en el exilio, combatiendo por igual contra alemanes y soviéticos.

La resistencia comunista polaca: de la Czerwoną Milicję al Armia Ludowa

Como en otros países ocupados por los alemanes, la resistencia comunista polaca no se formó hasta la invasión alemana de la URSS. En 1941 se formó la exigua Czerwoną Milicję (Milicia Roja), apenas activa fuera de Varsovia, y en marzo de 1942 se creó la Gwardia Ludowa (Guardia Popular), que en 1944 dio lugar al Armia Ludowa (Ejército Popular). Ambas organizaciones eran fieles a Moscú y sus efectivos siempre fueron muy inferiores a los de los demás grupos de resistencia (llegando a tener unos 40.000 miembros en su mejor momento), en parte porque la amplia mayoría de los polacos no simpatizaban con el comunismo -recordemos que los bolcheviques habían invadido Polonia en 1920, siendo derrotados en la Batalla de Varsovia-, y en parte también por culpa de Stalin: recordemos la purga de 1937 y 1938 contra la minoría polaca en la URSS acabó con el asesinato de entre 50.000 y 60.000 personas, muchas de ellas comunistas. Así que Stalin tenía un problema: quería establecer una dictadura comunista en la Polonia de la postguerra, pero la resistencia polaca no comunista era mucho más fuerte que los fieles a Moscú.

Soldados de la 27ª División de Infantería del Armia Krajowa (AK) en los bosques de Volinia, en 1944. Miembros de esta unidad de la resistencia polaca estuvieron entre los prisioneros del campo del NKVD en Majdanek.

Stalin ordenó liquidar a la resistencia no comunista sin esperar a la derrota alemana

La decisión que tomó Stalin para solucionar ese problema fue emitir una orden el 13 de julio de 1944 para liquidar a la resistencia polaca que no seguía las órdenes de Moscú, y lo hizo sin esperar siquiera a que los alemanes hubiesen sido expulsados de Polonia. Como ya comenté aquí, en julio de 1944, tras su decisiva aportación a la liberación de la ciudad de Vilna, miles de combatientes del AK fueron perseguidos y detenidos por el NKVD soviético. Hechos similares ocurrieron en Lviv y Lublin por aquellas fechas. Fue una traición flagrante de los soviéticos a la resistencia polaca, una traición que el Ministro de Información británico, Brendan Bracken, ordenó ocultar. Recordemos que el 1 de agosto de 1944 el AK empezó el Levantamiento de Varsovia contra los alemanes. Muchos combatientes del AK que podrían haber contribuido a esa operación habían sido previamente arrestados por los soviéticos.

La reactivación de Majdanek por los soviéticos para recluir a la resistencia polaca

El 23 de julio, los soviéticos tomaron Lublin y convirtieron la ciudad en la nueva capital de la Polonia comunista, con la creación del llamado Comité Polaco de Liberación Nacional, un gobierno títere de Moscú. Pronto empezó la represión: en Poland's Holocaust (2007), Tadeusz Piotrowski señala que entre julio de 1944 y junio de 1945, más de 50.000 polacos fueron arrestados solamente en el área de Lublin. A mediados de agosto de 1944 el antiguo campo de concentración alemán de Majdanek fue parcialmente reactivado por el NKVD, previamente desalojado de los antiguos prisioneros que habían sobrevivido al cautiverio impuesto por los alemanes. El NKVD usó el campo para recluir a miembros de la resistencia polaca, principalmente miembros del AK y de los BCh, pero también integrantes de las NSZ y del Wolność i Niezawisłość (WiN, organización de resistencia anticomunista formada por antiguos miembros del AK). Paradójicamente, el lugar elegido por los soviéticos fue el llamado Campo III, que antes había alojado a polacos deportados de la comarca de Zamość. Hoy se sabe que miles de miembros de la resistencia polaca fueron ejecutados por los soviéticos, y decenas de miles fueron deportados a Siberia, tratados como enemigos, espías y traidores, a pesar de haber estado combatiendo durante años contra los alemanes.

Soldados del Armia Krajowa junto a soldados soviéticos en Vilna, tras la toma de la ciudad, antes de que el Ejército Rojo iniciase la persecución contra la resistencia polaca (Foto: Archivo Nacional Polaco / Wikimedia)

En la actualidad aún se desconoce el número real de prisioneros de la resistencia polaca que pasaron por el Campo III de Majdanek controlado por el NKVD, que fue usado como un campo de tránsito para los prisioneros polacos que más tarde eran deportados a otros campos en Rusia. A Majdanek fueron enviados muchos miembros de la 27ª División de Infantería de Volinia del AK, que como otros muchos miembros de la resistencia polaca, se negaron a sumarse al Ejército Rojo por considerarlo una traición a su Patria. El 23 de agosto de 1944 también llegó a Majdanek un grupo de 250 prisioneros polacos procedentes de Ryazan, que más tarde fueron enviados a gulags en Diagilew, Susłongierz, Griazowiec, Czerepowiec y Skopin.

Un testimonio directo de las condiciones infrahumanas del campo del NKVD

El NKVD siguió usando el campo hasta 1945: mientras el Ejército Rojo entraba en Auschwitz, los soviéticos ya mantenían a polacos encarcelados en Majdanek en condiciones infrahumanas, como demuestra un documento encontrado en el Campo III citado por el Museo Estatal de Majdanek, que contiene una lista con nombres de 84 oficiales y 52 suboficiales de la resistencia polaca que estuvieron allí, junto a una breve nota que dice: "Somos tratados como prisioneros de guerra. La comida es terrible: muchos hombres sufren problemas estomacales. Nos niegan los contactos con nuestras familias. No se permiten paquetes de comida o ropa desde el exterior. El problema más acuciante: la vacunación contra la disentería y el tifus. La comida se sirve en condiciones primitivas, sin cucharas, tazones, etc. Los hombres buscan algunos platos en la basura. No hemos sido informados sobre la razón de nuestro internamiento o lo que será de nosotros".

Aquellos hombres eran héroes que habían luchado con valor contra los nazis, para finalmente ser tratados como traidores, bandidos y enemigos por los soviéticos. Dedico esta entrada a todas las víctimas del campo de Majdanek, incluidos aquellos patriotas polacos que en la actualidad son prácticamente ignorados más allá de su Nación.

Cześć i chwała bohaterom!
¡Honor y gloria a los héroes!

Coronas de flores con la bandera polaca y velas en recuerdo de las víctimas del campo de concentración de Majdanek (Foto: Państwowe Muzeum na Majdanku)

Bibliografía:

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Foto principal: Adam Jones, Ph.D. / Wikimedia.

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Comentarios:

  1. Luis Carlos

    Hoy en día te puedes encontrar en las redes sociales muchos negacionistas afirmando que no hubo cámaras de gas o que se han inflado las cifras de víctimas. Como si no les faltara las ganas, aparte de las víctimas no judías. Y cuesta trabajo encontrar información para refutarles, y si les muestras algo te dirán que esa fuente no es fiable.

  2. Pues desde luego, fuentes hay y abundantes. Otra cosa es que les valgan a ellos. Con un fanático no hay información ni argumento que valgan.

  3. Luis Recinos

    Gracias por la información y la documentación. Como siempre, entrada muy interesante.

  4. maytehuete

    Lo que es demencial es que sigan en el olvido todas las atrocidades hechas por los comunistas de todos los países, y únicamente se siga incidiendo en el nazismo, que ciertamente fue terrible. De ahí se demuestra la parcialidad y sectarismo de los historiadores e informadores que ha habido y siguen existiendo. Nada más ir a las universidades para ver cuál es la tendencia de los profesores y el complejo de silencio de los que no lo son. Y esto ya existía en los años 50 y 60…

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