Se salta la Constitución suspendiendo los derechos de circulación y reunión

Las incongruencias y abusos de las nuevas restricciones dictadas por Feijóo en Galicia

La actual situación sanitaria está sacando a la luz las peores costumbres de nuestra clase política, en una mezcla de incompetencia y de abuso de autoridad.

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Las nuevas restricciones anunciadas hoy por Feijóo

Hoy el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado nuestras restricciones en esta comunidad. Entre otras cosas, quedan prohibidas las reuniones con no convivientes -según señala Atlántico Diario, el Gobierno gallego dice que hará una vigilancia estrecha de las mismas recurriendo a las Fuerzas de Seguridad y a la imposición de sanciones-, tendremos prohibido desplazarnos a otras localidades (con excepciones como acudir al médico, al centro de trabajo o a un colegio) y se mantendrá el toque de queda a las 22:00 horas (Feijóo se ha lamentado de no poder ponerlo a las 20:00 horas).

Así mismo, el comercio no esencial tendrá que cerrar a las 18:00 horas y -según indica la web de la Xunta- "el cierre de la hostelería será total, excepto para la recogida de pedidos y la entrega a domicilio y para los comedores en el ámbito laboral". Feijóo también ha pedido a los ciudadanos que apliquen "de facto la medida del autoconfinamiento, ya que es la más segura y la que puede parar esta deriva de contagios y de ocupación hospitalaria". Lo más llamativo es que las clases se suspenden en la universidad pero no en los colegios. Estas medidas tienen un plazo de tres semanas, aunque es muy posible que se extiendan más.

Feijóo pide «un esfuerzo más»: ¿qué esfuerzo ha asumido él?

En su comparecencia, Feijóo ha dicho que "toca un esfuerzo más y un nuevo ejercicio de especial responsabilidad". Un llamamiento curioso, después de todas las prohibiciones anunciadas (eso sí, sin usar ni una vez el verbo "prohibir", para que no suenen tan mal) y sin que nos haya explicado de qué han servido tantos sacrificios como hemos hecho hasta ahora. Porque los gallegos llevamos meses con toque de queda (primero a las 23:00 horas, después a las 22:00) y con todo tipo de restricciones, y la cosa en vez de mejorar ha ido a peor. ¿Cómo se puede pedir más esfuerzos sin rendir cuentas de para qué han servido hasta ahora?

Por otra parte, creo que ya va siendo hora de hacer la pregunta del millón: ¿el esfuerzo es compartido? ¿A qué parte de su sueldo ha renunciado Feijóo, si puede saberse, mientras ordena medidas que llevan a la ruina a nuestra hostelería? Muchos ciudadanos que trabajamos en el sector privado nos estamos viendo zarandeados por medidas que anuncian políticos a quienes no afectan económicamente las restricciones que ellos ordenan. ¿Con qué cara se pide sacrificios a los ciudadanos de esta forma, sin asumir ninguno? Después de ordenar hoy el cierre de la hostelería, lo que habría estado bien es que Feijóo hubiese anunciado que renuncia a una parte de su sueldo para compartir ese esfuerzo. Pero no: pide sacrificios a otros y les empuja a acudir a la caridad para comer, mientras él conserva intactos sus ingresos.

El disparate de mantener abiertos los colegios

Un tema importante, por cierto, es el de los colegios. Galicia tiene ahora muchos más casos activos que en la primera ola. Entonces el pico máximo llegó el 28 de abril con 6.947 casos, según el gráfico publicado por Faro de Vigo con datos de la Consejería de Sanidad. A día de hoy tenemos 19.768 casos activos en Galicia. En una semana hemos pasado de 31 aulas en cuarentena a 114, y de 1.692 casos activos en los colegios a 2.754, un aumento de más de un 60%.

Es alucinante escuchar a Feijóo pedir a los gallegos que nos autoconfinemos y al mismo tiempo mantener los colegios abiertos, obligando a las familias a exponer a los más pequeños enviándolos a sitios que están demostrando ser un considerable foco de contagios. El 30 de octubre ya critiqué aquí que no se cerrasen los colegios en Galicia, señalando que en siete meses aún no había tenido tiempo suficiente para desarrollar un plan para poder dar las clases de forma telemática. Ya han pasado diez meses y, por lo visto, Feijóo sigue sin tener ese plan para dar clases telemáticas. De hecho, las universidades reanudarán sus clases el 8 de febrero de forma telemática. ¿No pueden hacerlo antes porque tampoco se habían preparado para ello?

Se salta la Constitución suspendiendo los derechos de circulación y reunión

Termino esta entrada con lo más importante: el Estado de Derecho. El 25 de octubre, cuando el Gobierno de Sánchez aprobó el actual estado de alarma e impuso el toque de queda en toda España, denuncié aquí que esa medida atenta contra los Artículos 19 y 55 de la Constitución. El Artículo 19 es el que ampara la libertad de circulación, y el Artículo 55 señala que ese derecho sólo puede ser suspendido "cuando se acuerde la declaración del estado de excepción o de sitio en los términos previstos en la Constitución". Pues bien: Feijóo no sólo limita aún más ese derecho, prohibiéndonos los desplazamientos fuera de nuestras localidades, sino que además suspende de facto el derecho de reunión protegido por el Artículo 21 de la Constitución, otro derecho que el citado Artículo 55 sólo permite suspender en un estado de excepción o de sitio.

Ciertamente, gran parte de la responsabilidad de la suspensión de esos derechos recae sobre el Gobierno de Sánchez, por no haber utilizado la herramienta jurídica adecuada para suspenderlos. Tenemos unos políticos más preocupados por la propaganda que por el Derecho, y para ellos declarar el estado de excepción habría sonado a franquista, aunque esta situación sea la más excepcional que hemos vivido en España desde nuestra Guerra Civil. Pero que el Gobierno de Sánchez se salte la Constitución no le da derecho a Feijóo a hacer lo mismo.

El Estado de Derecho está para ser respetado en todo momento: para eso contempla incluso cómo se debe actuar en las situaciones excepcionales. Con las medidas que están tomando el Gobierno central y los Gobiernos autonómicos, lo que tenemos en España se parece cada vez menos a un Estado de Derecho y cada vez más a una dictadura. De hecho, resulta indignante que los mismos políticos que suspenden a la ligera nuestras libertades con la excusa de la pandemia al mismo tiempo nos pidan responsabilidad, una cualidad que está estrechamente ligada con la libertad. Si somos cada vez menos libres, ¿con qué cara nos piden que seamos responsables?

Si deciden por nosotros, ¿para qué nos piden responsabilidad?

Desde luego, sé que la situación que vivimos en Galicia es gravísima. Llevo diez días autoconfinado en mi hogar, saliendo únicamente para cosas absolutamente imprescindibles (temas de salud y compra de productos básicos). Lo que sí me parece razonable de la comparecencia de hoy de Feijóo es que nos pida a los gallegos que nos autoconfinemos. Y recalco: que nos lo pida, no que tome esa decisión por nosotros suspendiendo alegremente nuestros derechos constitucionales sin tener competencias para ello.

Ése es, de hecho, el gran vicio en el que están incurriendo nuestros políticos: han recurrido indiscriminadamente a prohibiciones, sin molestarse en explicar siquiera cuál es su razón de ser (¿me contagio si salgo a la calle solo a medianoche, pero los niños no se contagian en el colegio?), y después nos piden responsabilidad, que es algo que sólo podemos ejercer tomando nuestras decisiones libremente. Con esa forma de actuar, el mensaje que están lanzando a los españoles es que los políticos no pueden confiar en el buen uso que hagamos de nuestras libertades, por lo que consideran que es mejor que ellos decidan por nosotros, como de hecho ya venían haciendo en diversos ámbitos de la educación.

No me vale eso de alegar que algunos ciudadanos actúan de forma irresponsable como excusa para limitar los derechos de todos, que es lo que vienen haciendo algunos políticos y medios de comunicación desde hace casi un año, mostrándonos fotos de actitudes incívicas como paso previo a nuevas restricciones. ¿En qué país civilizado se hace pagar a los que obran bien por los que obran mal? ¿Qué idea de la responsabilidad nos transmiten unos políticos que hacen pagar a todos por la irresponsabilidad de algunos?

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Foto: Xunta de Galicia.

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Comentarios:

  1. Piriton

    Cada uno de los presidentes que tenemos en España es un dictador. Empezando por Sánchez y terminando con el de Melilla o Ceuta. Todos unos petardos. Han arruinado el turismo y la hostelería y ahora van a por el pequeño comercio. En la cárcel tenían que estar más de uno. Y no hemos dicho nada de sus sueldos que puntualmente cobran, además de los robos de las dietas. Y tampoco del endeudamiento en el que nos están metiendo para mantener tanto inútil

  2. pacococo

    Exacto, si deciden por nosotros que no nos pidan nada.

    Lo que no es de recibo es que digan una cosa y luego la contraria.

    Si tan malos son los jóvenes, que los encierren y si hay que cambiar el código penal, que lo cambien, pero no echen la culpa a los jóvenes en general. Los culpables son los miserables de la casta, que hasta se han saltado el turno para vacunarse.

    Y sigue el chorreo de muertos, que parece un río, pero no se hacen autopsias, con lo que aún no se ha aislado el virus, si es que es un virus. Y sin virus nos ponen una vacuna. No está mal.

    ¿es mucho pedir que nos digan de qué se muere y enferma la gente?

    Dan tanto asco…

    Y según las encuestas los catalanes les van a votar. Y luego que me llamen conspiranoico si pienso en pucheros.

  3. Carlos García de Pedraza

    @pacoco, hablando de pucheros aprovecho para recordaros que os vayáis reservando el catorce de febrero. Se volverán a pedir voluntarios apoderados en toda España para ir a Cataluña, como se hizo en julio para las gallegas y las vascas.

  4. wladimir

    definitivamente…..

    como un dirigente politico le puede pedir mas sacrificios al pueblo…si este no a dado alguna muestra de solidaridad y respaldo,como aportar algo de su sueldo en apoyo a los sanitarios y hospitales por ejemplo o algo similar…

    que muestre el verdadero interes de la dirigencia en apoyar a la ciudadania que debe sacrificarse otra vez mas…

    si no es asi…ante los ojos del pueblo,no tiene sentido..porque si ellos asumen las consecuencias de estas medidas mientras que el politico no….

  5. Jorge

    Este comentario lo pondré en más sitios, a ver si alguien me hace un poco de caso.
    Vamos a ver. Cuando utilizamos el adjetivo posesivo «nuestro», normalmente lo asociamos siempre a algo positivo: nuestros hijos, padres, amigos, compañeros… Pero nunca a cosas negativas normalmente. Por eso repugna decir «nuestros terroristas», «nuestros traficantes», «nuestros violadores»…
    Por eso, leer y oír habitualmente la expresión «nuestros políticos» me causa náuseas. Yo, si toca hablar del tema, siempre digo «los políticos españoles», pero jamás «nuestros políticos», pues esto da una sensación de familiariedad que no es tal.
    Ojo, dentro de la casta política excluyo a VOX; pero a nadie más. Menuda gentuza hay en política.

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