Pablo Iglesias usa el argumento de la minifalda para negarse a condenar las agresiones a Vox

El vicepresidente comunista del Gobierno de España parece empeñado en no perder una sola oportunidad para demostrar su poco apego a la democracia.

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Fue Pablo Iglesias el que inició la cacería contra Vox en 2018

Hoy Pablo Iglesias tuvo la oportunidad de actuar como un demócrata y condenar las agresiones a Vox, agresiones que Podemos no ha condenado a lo largo de dos años. Recordemos que fue el propio Iglesias el que inició esa cacería contra Vox con su "alerta antifascista" de diciembre de 2018, una reacción propia de un antidemócrata ante los resultados de Vox en las últimas elecciones andaluzas.

Ahora se niega a condenar las agresiones contra ese partido

Hoy, en una entrevista publicada por el Huffington Post, a Pablo Iglesias le han preguntado con toda claridad: "¿Condena los ataques a Vox en los actos en Cataluña?" Y no lo ha hecho. No condenar las agresiones a la oposición que él mismo instigó con esa "alerta antifascista" es de primero de comunismo, su asignatura favorita. Era algo previsible: lo sorprendente es que un tipo como Iglesias tuviese una reacción propia de un demócrata ante algo así.

Dice que «Vox está cómodo» con las agresiones

Como un buen comunista, Iglesias empieza mostrando su comprensión hacia los agresores: "Entiendo que haya mucha gente en Cataluña antifascista que esté sanamente y democráticamente indignada ante la normalización de la ultraderecha". Desde luego, agredir a otros por sus opiniones no es ni sano ni democrático, y se acerca mucho al fascismo que Iglesias tanto dice repudiar. Pero además, Iglesias recurre a un argumento tan viejo como perverso para dar a entender que los agredidos disfrutan con las agresiones: "Vox está cómodo con las situaciones que se han creado, que contribuyen a darle un cierto protagonismo".

Afirma que los de Vox «estaban buscando» ser agredidos

Por si no había sido lo bastante miserable con esa respuesta, el jefe de Podemos se refiere a las agresiones contra Vox con estas palabras: "creo que lo que estaban buscando es un tipo de reacción como la que hemos visto". Tal vez Iglesias, que tanto presume de feminista, no se ha dado cuenta de ello, pero eso que ha dicho es el viejo argumento de la minifalda para disculpar a los violadores: es que iba provocando, es que lo estaba deseando... Un argumento propio de miserables.

¿Debemos empezar a preocuparnos por la gente que rodea a Iglesias?

El jefe de Podemos hace muy mal recurriendo a un argumento así que saca a la luz lo peor de su personalidad. Recordemos que en 2018, Pablo Iglesias se tuvo que disculpar con una periodista por desear azotar "hasta que sangre". Dos años después de que esa periodista le denunciase por ello, el jefe de Podemos acabó admitiendo que era "una broma machista imperdonable".

Viendo que ahora recurre al viejo argumento de la minifalda para no condenar las agresiones a sus rivales políticos, además de preguntar a qué grado de discrepancia considera admisible responder con violencia física, y si la cosa alcanzará también a todo el que discrepe de él incluso dentro de Podemos, también es lógico empezar a sentir lástima y temor por las personas que rodean a ese tipo, empezando por las más vulnerables. Alguien que maneja argumentos tan repugnantes para justificar una agresión por motivos de opinión, ¿cuánto tardará en considerar justificada una paliza por cualquier otro motivo?

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Foto: Podemos.