Combatió contra los nazis y acabó detenida y torturada por los comunistas

Elżbieta Zawacka: la heroica historia de una mujer polaca que llegó a ser General

Polonia es un país que tiene una larga tradición de mujeres en la vida militar, incluso en misiones muy arriesgadas que muchos hombres no habrían asumido.

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Se ofreció como voluntaria para contribuir a la defensa de su país

Uno de los mejores ejemplos de polacas que se convirtieron en guerreras es Elżbieta Zawacka. Era una mujer católica, rubia y de ojos azules, conocida por su seriedad, su ardiente patriotismo. nació en 1909 en Toruń, una población polaca entonces bajo dominio prusiano. Cuando cursaba estudios en la Universidad de Poznan se unió a la Organización para la Preparación de la Mujer para la Defensa del País (PWK), una organización fundada en 1928 para entrenar militarmente a las mujeres para servicios auxiliares en caso de guerra. Una vez empezó a trabajar como maestra, Elżbieta se ofreció como voluntaria para ayudar al PWK como instructora, alcanzando el rango de comandante.

Elżbieta Zawacka con el uniforme de la Organización para la Preparación de la Mujer para la Defensa del País (PWK), al que se unió cuando estaba en la universidad.

Defendió Polonia en la invasión de 1939 y se unió a la resistencia polaca

En septiembre de 1939, cuando Alemania y la URSS invadieron Polonia, Elżbieta contribuyó a la defensa como miembro del Batallón Militar Auxiliar de Mujeres en Leópolis, participando en la defensa de esa ciudad. Una vez ocupado el país por alemanes y soviéticos, Elżbieta se unió a la resistencia polaca ya en octubre de 1939, alistándose en una de sus primeras organizaciones: el Służba Zwycięstwu Polski (SZP, Servicio para la Victoria de Polonia), adoptando el pseudónomo de Zelma y desarrollando su actividad en la Alta Silesia. En 1940 fue asignada a Varsovia al Cuartel General del Armia Krajowa (AK, Ejército Nacional), empezando a colaborar con el Zagroda, su departamento exterior.

Elżbieta Zawacka, en el centro, con otras miembros del PWK en 1939, antes de la Segunda Guerra Mundial. Elżbieta participó en la campaña de 1939 en la defensa de Leópolis, y al mes siguiente se unió a la resistencia polaca para continuar con la lucha (Foto: Fundacji Generał Elżbiety Zawackiej).

Los alemanes nunca lograron capturarla

Elżbieta empezó entonces una incansable actividad como mensajera que le llevó a cruzar cientos de veces la frontera, viajando a Alemania, el Reino Unido, Francia, Andorra y España, utilizando nombres falsos como Zofia Zajkowska o Elizabeth Watson. A pesar del enorme riesgo que suponían estos viajes para ella, los alemanes nunca lograron capturarla. En 1943 fue enviada a Londres, haciendo escala en Gibraltar, como mensajera del Comandante en Jefe del AK, entre otros fines para mejorar el status de las mujeres en el Ejército Polaco.

Una vez en Gran Bretaña, Elżbieta hizo un curso de paracaidista, regresando a su país en septiembre de 1943 en paracaídas. Por este motivo, muchos la consideran la única mujer que formó parte de los legendarios Cichociemni, los soldados polacos entrenados para desarrollar labores de comandos, aunque ella no se consideraba uno de ellos, pues no llegó a terminar el curso específico de comandos. A decir verdad, su labor como mensajera fue más arriesgada que la que desarrollaron la mayoría de los Cichociemni.

En 1951 los comunistas la detuvieron y la torturaron

De vuelta en la capital de Polonia, y con el pseudónimo de Zo, participó en el Levantamiento de Varsovia de agosto de 1944. Tras la derrota de los insurgentes, consiguió llegar a Cracovia, ayudando a reconstruir las estructuras del AK en esa ciudad. Como otros miembros del Armia Krajowa, al finalizar la guerrra se unió a una nueva organización, Wolność i Niezawisłość (WiN, Libertad e Independencia), que tenía como fin combatir contra los nuevos ocupantes de Polonia: los soviéticos. En 1946 se incorporó a la vida civil, trabajando en distintos destinos, principalmente como maestra. Aunque había abandonado la actividad clandestina, en 1951 fue detenida por la dictadura comunista y torturada. La condenaron a 10 años de prisión, pero fue liberada en 1955.

Elżbieta Zawacka hizo cientos de viajes como mensajera de la resistencia polaca durante la Segunda Guerra Mundial, utilizando nombres falsos como Zofia Zajkowska o Elizabeth Watson.

El reconocimiento a su heroica lucha tras la caída del comunismo

Tras su liberación, siguió trabajando como profesora y terminó su doctorado en la Universidad Pedagógica de Cracovia. En 1976 viajó a Londres por motivos académicos, siendo hostigada por la dictadura comunista a su regreso a Polonia, por lo cual su salud empeoró. Sufrió dos infartos y en 1978 se vio obligada a jubilarse. Pero su compromiso con Polonia no terminó ahí. Se unió al sindicato católico Solidarnośc en Toruń, y también fundó una asociación de veteranos del AK en esa ciudad.

Tras la caída del comunismo, en 1990 el Gobierno polaco reconoció su servicio a Polonia otorgándole la Cruz de Oficial de la Orden de Polonia Restituta. En 1993 fue nombrada ciudadana de honor de Toruń. Además, recibió dos veces la Virtuti Militari, la más alta condecoración militar de Polonia, y le fue otorgada la Cruz del Valor en cinco ocasiones. En 1995 el presidente Lech Walesa le otorgó la Orden del Águila Blanca, la más alta distinción cívico-militar del país.

Elżbieta Zawacka, ya anciana. Junto al cuello lleva la insignia de paracaidista del Ejército Polaco.

Fue la segunda mujer polaca en alcanzar el rango de General

Finalmente, en 2006, a petición de otros veteranos del Levantamiento de Varsovia, el presidente de la República de Polonia, Lech Kaczyński, ascendió a Elżbieta al rango de General de Brigada. Fue la segunda mujer polaca que llegó al generalato. Elżbieta falleció el 10 de enero de 2009, dos meses antes de cumplir los 100 años.

Cześć jej pamięci! ¡Honor a su memoria!

Soldados polacos junto al monumento a la General Elżbieta Zawacka en Cracovia, en su inauguración en 2014 (Foto: Żołnierze Niezłomni w Parku Jordana w Krakowie).

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Comentarios:

  1. Alfonso

    Cześć jej pamięci!
    Una heroína ejemplar, necesitamos personas así ahora.

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