Los poco conocidos funerales y homenajes a los rivales caídos en combate

Honores a los enemigos caídos: cuando la guerra no está reñida con la caballerosidad

La guerra es algo horrendo. En ella se dan a menudo las peores atrocidades, pero incluso allí hay a veces un sitio para el trato humano y honroso al enemigo.

Ye Olde Pub: el bombardero B-17 americano salvado por el piloto de un caza Bf-109 alemán
El homenaje del Ejército de Filipinas a los españoles que lucharon en el Sitio de Baler

En medio de una guerra es muy difícil dejar el odio a un lado para rendir homenaje al enemigo caído en combate, pero aunque parezca algo muy poco frecuente, se ha dado en muchas ocasiones a lo largo de la historia. Y es que luchar por tu Patria no significa luchar con odio ni renunciando al honor, y eso lo saben muchos que han servido honradamente a sus países en diversos ejércitos durante siglos. A continuación veremos algunos ejemplos de soldados que fueron enterrados con honores por sus enemigos.

En la ciudad de La Coruña está la tumba de tumba de Sir John Moore, situada en el Jardín de San Carlos. Moore era un general británico que murió en la batalla de Elviña el 16 de enero de 1809 herido por una bala de cañón, cuando combatía junto a los españoles contra los invasores napoleónicos, cubriendo el embarque de las tropas británicas que regresaban a su país. Moore fue un héroe, un caballero y un militar honrado y humanitario. Cuando las tropas napoleónicas consiguieron conquistar La Coruña, el Mariscal francés Jean de Dieu Soult ordenó la construcción de esta tumba en homenaje a su enemigo caído en combate (foto propia).

El Mariscal de Campo Paul von Hindenburg, del Ejército Alemán, presidiendo el entierro por un prisionero de guerra británico en Colonia, Alemania, en 1917. En la foto se ve a otros mandos alemanes y también a varios pilotos del Real Cuerpo de Vuelo británico (Foto: Imperial War Museum).

Miembros del 3er Escuadrón del Cuerpo de Vuelo Australiano disparando salvas de honor en el funeral por el aviador alemán Manfred von Richthofen, más conocido como el "Barón Rojo", durante su entierro en Francia el 22 de abril de 1918. El día anterior Richtofen, el mayor as de la aviación alemana durante la Primera Guerra Mundial (con 80 derribos acreditados), había sido derribado por un piloto canadiense, el Teniente Wilfrid "Wop" May. El Barón Rojo fue un "caballero del aire", como se decía en aquella época, y sus enemigos escribieron en su tumba el siguiente epitafio: "Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor. Que descanse en paz".

Otro momento del entierro del Manfred von Richtofen. Los soldados australianos le presentaron armas y le saludaron como si hubiese caído uno de los suyos.

Dos aviadores de la Luftwaffe alemana siendo conducidos con honores hacia el Cementerio de Portobello, en Edinburgo, Escocia, el 16 de octubre de 1939, por miembros de la Real Fuerza Aérea británica (RAF). Los aviadores alemanes habían sido derribados por cazas británicos. Sus féretros fueron cubiertos con la bandera de guerra alemana de ese momento, que incluía la esvástica. Más de 10.000 personas asistieron a este funeral para rendir homenaje a sus enemigos caídos (Foto: Edinburgh News).

Miembros de la Real Fuerza Aérea británica (RAF) en el entierro de cuatro aviadores alemanes en Inglaterra en mayo de 1940. Varios de los féretros de los aviadores alemanes fueron cubiertos con banderas de guerra alemanas, y se dispararon salvas de honor por los enemigos caídos.

Un aviador observando la tumba de un Teniente británico derribado por los alemanes en el norte de África el 14 de junio de 1941. Los alemanes le enterraron y pusieron esa cruz blanca sobre su tumba, justo al lado del avión derribado. En la cruz se lee, en alemán: "Aquí yace un Teniente inglés desconocido, caído en combate aéreo".

Marines estadounidenses enterrando al Teniente General Yoshitsugu Saito con la bandera japonesa el 10 de julio de 1944. Saito cayó en la Batalla de Saipán, en la que era el más alto mando del Ejército Japonés que defendía esa isla. Su entierro fue presidido por el General Holland Smith, del Cuerpo de Marines de Estados Unidos (Foto: Universal History Archive).

Militares alemanes de la Luftwaffe en el entierro de dos aviadores británicos, los Sargentos Butlin y Holden, en Jersey en 1943. Sus féretros fueron cubiertos con banderas británicas. Jersey, igual que las restantes Islas Anglonormandas -situadas cerca de la costa francesa-, fueron los únicos territorios de la Corona británica ocupados por Alemania en la Segunda Guerra Mundial.

Coronas de flores depositadas por aviadores alemanes de la Luftwaffe en el entierro de los aviadores británicos Butlin y Holden en Jersey. Las coronas iban decoradas con esvásticas y Cruces de Hierro.

Soldados alemanes ante la tumba de un militar británico, cubierta con la bandera naval del Reino Unido. Al fondo se ve a prisioneros de guerra aliados rindieron homenaje al fallecido. No he encontrado ninguna información sobre la fecha o el lugar en los que fue tomada esta foto.

Soldados del Ejército Filipino rindiendo homenaje a los soldados españoles que lucharon en el Sitio de Baler (1898-1899). La valentía de aquellos españoles, conocidos como "los últimos de Filipinas", mereció el homenaje del primer presidente del país, Emilio Aguinaldo, que calificó su defensa de la Iglesia de San Luis, en Baler, como "una epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo". El Ejército Filipino hace este homenaje anualmente.

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Comentarios:

  1. Andrés

    La historia de los buques corsario alemanes en la Primera Guerra Mundial aporta episodios muy elegantes de caballerosidad. En particular recuerdo la ovación estruendosa dedicada al capitán Muller, del crucero Emden, por parte de los civiles capturados, una vez que fueron liderados.

  2. JuanM

    Impresiona.

  3. El Peregrino Gris

    Entre estos gestos de humanidad en mitad de una guerra me gustaría añadir el que personalmente me ha impresionado más a día de hoy. La tregua de Navidad de 1914.

    https://www.youtube.com/watch?v=Zw_fR2UaFQ4&ab_channel=AcademiaPlay

    Estos gestos son muy reconfortantes y ayudan mucho a recordar que tu enemigo no es un demonio que hay que exterminar porque impide que seas feliz. No sé si me explico…

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