Si aplicas el 'todo vale' contra tus rivales, ¿cuánto tardarás en usarlo contra tus afines?

Una de las cosas que mis padres me enseñaron cuando era pequeño es el honor, la rectitud a la hora de obrar y el rechazo a la idea de que todo vale en la vida.

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Sin duda, he cometido muchos errores y los seguiré cometiendo, pero nunca me olvido de esa enseñanza de mis padres. Si la olvidase, mi vida sería como un barco a la deriva. Si tiramos nuestro honor por la borda, nos degradamos como personas. Si creemos que todo vale en el terreno de la política, entonces ¿en qué somos mejores que nuestros enemigos? Si no defendemos una causa noble por medios legítimos, entonces ¿merece esa causa ser defendida? ¿Y no estamos acaso deshonrando la nobleza de esa causa al defenderla con medios innobles?

Escribo esto porque esta tarde he visto a algunas personas en las redes sociales compartiendo la supuesta dirección del domicilio de los padres de un político de izquierdas. El propósito de esa difusión dice ser echar abajo la ley que deja impune la ocupación ilegal de viviendas. La cuenta de Twitter que ha difundido esos datos -que son privados- ha amenazado con seguir publicando otras direcciones de otros políticos (o de sus familias, visto lo visto).

Me ha pasmado ver la cantidad de gente que ha compartido y jaleado esa publicación, con las excusas más peregrinas. Parece que no se dan cuenta de que además de estar mal hacer eso, se trata de un delito. Y es un delito sea quien sea el político afectado. No quiero dejar de citar un detalle que algunos parecen haber obviado: una cuenta anónima de Twitter no es un notario, y nadie certifica que los datos difundidos sean de esas personas y no de otras. Es decir, que se puede estar exponiendo la dirección de una familia que ni siquiera es la que indica el mensaje, y que puede sufrir las previsibles consecuencias de que cientos o miles de personas difundan la dirección de su domicilio en la red.

Me cuesta entender en qué piensa alguien que hace esas cosas, y a quién se pretende beneficiar con un comportamiento como ése. A la derecha no, desde luego, porque al hacerlo alguien de derechas -supuestamente-, consigue que se asocie esa acción con todo su entorno político. Ciertamente, la izquierda estará encantada con tener a rivales capaces de caer tan bajo y de ponerse a su altura moralmente hablando, ya que ésa es una forma de legitimar acciones como ésa que ya hizo la izquierda. Por mi parte, que la izquierda caiga así de bajo no me parece una excusa para que gente de derechas haga lo mismo. Si la izquierda va a ser nuestro referente moral, ¿en qué nos diferenciamos de ella?

Por otra parte, cuando alguien considera que esa forma de actuar está legitimada contra un rival político, ¿quién nos garantiza que tarde o temprano no acabe considerando que ese "todo vale" también es aplicable a sus afines? Hay sólo un pequeño paso entre una y otra posición. No hablo de hipótesis: la historia está llena de ejemplos, y lamentablemente ya he tenido que sufrir en varias ocasiones a gente que se decía afín y que, ante una discrepancia, ha decidido que pasaba a ser un enemigo y todo valía contra mí. Ya estoy más que escarmentado, y me niego a contribuir, ni tan siquiera con mi silencio, a que se haga eso.

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Foto: Anthony Tori.