Las polémicas críticas ideológicas de una revista científica americana contra los Jedi

La revista "Scientific American", fundada en 1845 y con la que Albert Eisntein llegó a colaborar en 1950, parece haberse pasado de la ciencia a la corrección política.

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'Scientific American' carga contra los Jedi desde la óptica ideológica de la izquierda

El 23 de septiembre, J. W. Hammond, Sara E. Brownell, Nita A. Kedharnath, Susan J. Cheng y W. Carson Byrd publicaron en dicha revista un artículo arremetiendo duramente contra los caballeros Jedi y contra la saga de Star Wars exclusivamente por premisas ideológicas basadas en las tesis de la corrección política promovida por la izquierda política, mediática y académica.

Critica los «enfoques tóxicamente masculinos» y los «sables de luz fálicos» de los Jedi

La lectura del artículo le resultará sumamente divertida a muchos fans de la saga. Por ejemplo, acusa a los Jedi de ser "propensos al salvadorismo (blanco)", a pesar de que el gran maestro de la orden, Yoda, es un alienígena de piel verde. Además, se queja de que los Jedi tienen "enfoques tóxicamente masculinos para la resolución de conflictos (duelos violentos con sables de luz fálicos, iluminación con gas mediante “trucos mentales Jedi”, etc.)", pero no aclara qué clase de respuesta hay que dar cuando alguien te agrede, ya que los Jedi usan la violencia sólo en legítima defensa (lo de criticar los sables de luz sean por ser "fálicos" es una chorrada propia del feminismo más histérico y misándrico).

La revista considera a los Jedi «peligrosamente reaccionarios»

La revista también arremete contra la religión Jedi, "un culto excluyente, cuya pertenencia se basa en parte en la posesión de capacidades físicas y psíquicas elevadas", afirmando además que "la Fuerza se enmarca como una propiedad dinástica de las líneas de sangre nobles", y obviando que dicha religión apela al control de las propias pasiones y que distingue entre el bien y el mal, advirtiendo que la diferencia entre uno y otro la marca los actos propios, y no la biología. Ese desastrosos análisis concluye: "Los heroicos Jedi son, por tanto, emblemas de una serie de valores y suposiciones peligrosamente reaccionarios". Ahora mismo mis carcajadas se deben estar escuchando hasta en el Borde Exterior de la Galaxia...

También critica a la saga Star Wars por 'sexismo', 'racismo' y 'capacitismo'

La censura de "Scientific American" se extiende a toda la saga cinematográfica creada por George Lucas: "Star Wars tiene un legado cultural problemático. La franquicia de la ópera espacial ha sido criticada por el tráfico de injusticias como el sexismo, el racismo y el capacitismo". Entre otras cosas, la revista critica el disfraz de la Princesa Leia cuando fue hecha prisionera por Jabba en "El retorno del Jedi", tachando la indumentaria de "infame por desnudar y encadenar a la primera protagonista de la serie de películas como parte de una subtrama orientalista". Es decir, que Jabba tendría que haber sido un villano feminista. La monda.

La revista también se queja de que "Star Wars combina la 'extrañeza' con la 'no blancura', y a menudo parece depender de estereotipos racistas al representar especies no humanas." Repito: el gran maestro de los Jedi es un tipo bajito y con piel de color verde. ¿No será que los autores de ese artículo están tan obsesionados con el racismo que lo ven por todas partes? Además, la revista añade: "La serie se basa regularmente en tópicos capacistas, memorablemente en su interpretación de Darth Vader, que vincula la discapacidad física del villano con la inhumanidad maquínica y la desviación moral, presentando su respiración asistida por tecnología como un siniestro marcador auditivo de peligro y fatalidad". Que Luke Skywalker, el bueno de la trilogía original, se quede manco es algo que no mencionan, no vaya a ser que ese detalle se estropee el desbarre.

Incluso las voces de Star Wars le parecen racistas

Lo más tronchante llega a continuación: "los cuerpos y voces centrados en Star Wars han sido históricamente, con pocas excepciones, los de hombres blancos". Ahora resulta que también hay voces racistas. Que en Star Wars haya multitud de razas, especies e idiomas desde sus inicios es algo que pasan por alto. Por otra parte, me pregunto: ¿la voz y el personaje de Chewbacca también les parecerán una muestra de racismo?

La revista pasa de las críticas absurdas a banalizar el genocidio

"Scientific American" ya pasa de lo divertido a lo repugnante con la siguiente columpiada: "un segmento notable del fandom de Star Wars ha abogado agresivamente por el (re)centrado de los hombres blancos en la franquicia, y algunos han equiparado las recientes decisiones de casting con el "genocidio blanco"". A estos aprendices de comisarios políticos no les basta con proyectar sus obsesiones ideológicas sobre esa saga cinematográfica, sino además se dedican a banalizar alto tan serio como un genocidio.

Después de repasar todos los tópicos habituales de la izquierda postmoderna, no podía faltar dos de los más habituales, como son el antimilitarismo y el antiamericanismo: "la huella cultural de la franquicia se puede rastrear en la saga de la inversión y la expansión militar-industrial de los Estados Unidos". Esto le pasa a Lucas por rodar la película con recursos estadounidenses, en vez de recurrir al cine indio o chino. Seguro que así habrían sido un éxito mundial y los progres aplaudirían encantados el resultado.

Star Wars empezó a patinar cuando Disney cedió ante esos disparates progres

Lo paradójico es que las últimas películas de la saga Star Wars han ido creando desapego entre sus fans de toda la vida por ir cediendo ante tonterías como las que se vierten en ese artículo, en un intento de conciliar una buena historia, como era en sus orígenes, con los disparates de la corrección política y con los intentos de la izquierda de convertir esa saga en un manifiesto progresista (con excepciones tan notables y existosas, por cierto, como "The Mandalorian"). Si Disney quiere acabar de cargarse la saga, sólo tiene que hacer caso a "Scientific American" y convertir Star Wars en un bodrio políticamente correcto al gusto de los nuevos inquisidores de la izquierda.

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Imagen: The Clone Wars.