Abelgrado, el suplicio de vivir la Navidad en el parque de atracciones de Abel Caballero

Como a muchos españoles, a mí me gusta la Navidad, a pesar de ser de Vigo. Un matiz que sorprenderá a muchos en estas fechas.

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Hay gente que se ha tragado sin más la campaña del alcalde socialista Abel Caballero para vender a Vigo como la ciudad de la Navidad. Una campaña que, según dicen, atrae a muchos turistas, algo que no pongo en duda: ya conté el año pasado los embotellamientos de tráfico diarios que los vigueses sufrimos por la "feliz" idea de don Abel de montar un parque de atracciones en pleno centro de la ciudad, en una zona en la que viven decenas de miles de personas. Unos vecinos que en muchos casos ya están hartos del suplicio que atraviesan para llegar a sus casas, porque el gobierno municipal socialista llena el centro de atracciones.

Este viernes se repitió el atasco. Cada 1 de diciembre se celebra el día de la restauración de la independencia de Portugal, una fiesta nacional que muchos lusitanos aprovechan para ir de compras a Vigo. Ayer, el atasco fue colosal, por la afluencia de coches y de autobuses que venían de la frontera portuguesa. Esto sólo ha sido un adelanto de lo que nos espera en las próximas semanas: vigueses atrapados en sus barrios por el parque de atracciones particular de Abel Caballero.

Vivir en medio de este parque de atracciones tiene serias consecuencias. Si tienes una urgencia hospitalaria y tiene que pasar una ambulancia, te fastidias. El año pasado vi a una ambulancia con las sirenas encendidas atascada durante cinco minutos en una céntrica calle que no tarda ni medio minuto en recorrerse en condiciones normales. Si necesitas ir a cualquier sitio en coche, tienes que planificarlo con antelación, ya que posiblemente estarás media hora o 45 minutos metido en un atasco sólo para salir del centro. Para los que no conozcan Vigo, diré que desde el centro hasta la playa de Samil puedes tardar, como mucho, 20 minutos en condiciones normales.

Mucha gente lo justifica por el turismo y los ingresos que deja. Un turismo que me parece muy bien. Pero el turismo no justifica que los vecinos del centro de Vigo se sacrifiquen en esta campaña de promoción personal del alcalde socialista, renunciando a la tranquilidad y a poder desplazarse con una cierta normalidad para mayor gloria de Abel Caballero. Y es que esto no va de la Navidad: es una promoción del alcalde. Dicen algunos que la Navidad es una fiesta especialmente dirigida a los niños. En Vigo, la Navidad tiene como protagonista al alcalde, hasta unos extremos que provocan vergüenza ajena.

Para que se hagan una idea los que no viven aquí, éste fue el cartel oficial del encendido del alumbrado navideño de este año, difundido por el propio alcalde en su cuenta de Twitter. No aparecen la Sagrada Familia ni la mula y el buey. Aparece Abel Caballero. Imagínense las risas si el alcalde de Madrid hiciese esto con un cartel oficial. Aquí lo hace Abel Caballero y no pasa nada.

Él es el gran protagonista de la fiesta. Ni los niños, ni la Navidad, ni los Reyes Magos ni Papá Noel.

De hecho, si aparece Papá Noel tiene que ser con el alcalde. Abel Caballero es como la dama de la canción de Cecilia: si le dejasen sería el niño en el bautizo, la novia en la boda y el muerto en el entierro, con tal de ser el protagonista de todo lo que pasa en la ciudad. Más que Vigo, esto ya parece Abelgrado, la finca particular de Abel Caballero, pagada, eso sí, por todos los vigueses.

Por supuesto, es él quien enciende el alumbrado navideño. ¿Pensabas que iba a dejar a unos niños robarle el protagonismo? Esto no es una campaña de Navidad. Es "su" Navivad.

Esta campaña de promoción personal es un éxito gracias a la ayuda de los medios. Los medios locales subvencionados de Vigo están bien controlados desde el ayuntamiento. Si uno quiere enterarse de ciertas cosas tiene que acudir a medios digitales locales que no reciben subvención alguna. Contando Estrelas no recibe ni pide subvenciones, por eso aquí podéis leer lo que en otros sitios no se publicaría.

A su vez, los medios nacionales dan noticia de la Navidad de Abel Caballero como algo gracioso, como una anécdota con la que te echas unas risas, pero que también contribuye a la promoción de este alcalde socialista, que lleva ya varias mayorías absolutas. Pregunten a los que le votan por qué lo hacen. Las luces navideñas es la respuesta más habitual. Porque por lo demás, don Abel es conocido por sus muy malos modos con los periodistas que le hacen alguna pregunta incómoda, por dedicarse a talar árboles masivamente en toda la ciudad (mantenerlos sale más caro), por sabotear el Camino de Santiago a su paso por Vigo (por su estúpida batallita institucional contra la Xunta) y por despilfarrar cantidades millonarias en obras de tan dudoda utilidad como las rampas de la Gran Vía o el HALO de Vialia.

Pero las dichosas lucecitas parece que lo compensan todo. O al menos parece que lo compensan para muchos que no tienen que sufrir este caos diario de tráfico provocado por el propio ayuntamiento con su parque de atracciones en pleno centro urbano.

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Fotos: Twitter @abelcaballero.