Dio las gracias a Ucrania por su «incansable y heroica lucha contra los invasores»

Las palabras de aliento del Papa San Juan Pablo II en su viaje apostólico a Ucrania

Entre el 23 y el 27 de junio de 2001, el Papa San Juan Pablo II hizo su único viaje apostólico a Ucrania, un país de mayoría cristiana ortodoxa.

Los injustos mensajes que el Papa Francisco lanza a dos países agredidos por terroristas
Un patriotismo admirable: las palabras de Juan Pablo II ante la tumba de un soldado

Hoy quiero recordar especialmente algunas de las palabras de reconocimiento y de aliento que el Papa polaco tuvo para sus hermanos ucranianos, unas palabras muy necesarias hoy en día que Ucrania afronta una heroica defensa frente a la invasión rusa, mientras el Papa Francisco pide a los ucranianos que negocien con los invasores.

A su llegada al Aeropuerto de Boryspil de Kiev el 23 de junio de 2001, cuando Ucrania cumplía diez años de la recuperación de su independencia, San Juan Pablo II dejó claro que no venía como un mero visitante: "Vengo a vosotros, queridos ciudadanos de Ucrania, como amigo de vuestra noble nación". El Papa polaco añadió:

A lo largo de los siglos, el pueblo ucraniano ha sufrido pruebas durísimas y agotadoras. ¡Cómo no recordar, limitándonos al ámbito del siglo que acaba de concluir, el azote de las dos guerras mundiales, las repetidas carestías, las desastrosas calamidades naturales, eventos tristísimos que han dejado tras de sí millones de muertos! En particular, bajo la opresión de regímenes totalitarios como el comunista y el nazi, el pueblo corrió el riesgo de perder su identidad nacional, cultural y religiosa, y vio diezmada su élite intelectual, custodia del patrimonio civil y religioso de la nación.

San Juan Pablo II alentó el patriotismo del pueblo ucraniano ya en aquellos primeros momentos en la tierra de Ucrania, citando al poeta ucraniano Taras Shevchenko y afirmando:

Amadísimos ucranianos, os abrazo a todos, desde Donetz a Lvov, desde Kharkov a Odessa y Simferopol. La palabra Ucrania entraña una llamada a la grandeza de vuestra patria que, con su historia, testimonia su vocación singular de confín y puerta entre Oriente y Occidente. En el decurso de los siglos, este país ha sido encrucijada privilegiada de culturas diversas, punto de encuentro entre las riquezas espirituales de Oriente y Occidente.

Hay en Ucrania una evidente vocación europea, subrayada también por las raíces cristianas de vuestra cultura. Mi deseo es que estas raíces fortalezcan vuestra unidad nacional, asegurando a las reformas que estáis llevando a cabo la savia vital de valores auténticos y comunes. Ojalá que esta tierra siga cumpliendo su noble misión, con el sano orgullo que manifestó el poeta recién citado, cuando escribió: "No hay en el mundo otra Ucrania; no hay otro Dniéper". ¡Pueblo que habitas esta tierra, no lo olvides!

Ese mismo día, en Kiev, en un encuentro con políticos, intelectuales y empresarios, San Juan Pablo II dijo:

Los ancianos de vuestro pueblo recuerdan con nostalgia el tiempo en que Ucrania era independiente. A aquel período, más bien breve, siguieron los años terribles de la dictadura soviética y la durísima carestía de los primeros años de la década de 1930, cuando vuestro país, "granero de Europa", ya no lograba alimentar a sus propios hijos, que morían a millones. Y no podemos olvidar a los innumerables compatriotas vuestros que murieron durante la guerra de 1941-1945 contra la invasión nazi. Lamentablemente, la liberación del nazismo no constituyó también la liberación del régimen comunista, que siguió pisoteando los derechos humanos más elementales, deportando a ciudadanos inermes, encarcelando a los disidentes, persiguiendo a los creyentes, e incluso tratando de borrar de la conciencia del pueblo la idea misma de libertad e independencia. Por suerte, el gran cambio histórico de 1989 permitió a Ucrania reconquistar finalmente su libertad y plena soberanía.

El 27 de junio, el Papa polaco presidió en Leópolis la ceremonia de beatificación de 27 mártires ucranianos que fueron víctimas del comunismo. San Juan Pablo II recordó unas palabras del Evangelio de San Juan:

"Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos". Los mártires que hoy son declarados beatos siguieron al buen Pastor hasta el fin. Que su testimonio no sea para vosotros simplemente un motivo de orgullo, sino que se convierta más bien en una invitación a imitarlos.

Ese mismo día, en su despedida en el Aeropuerto Internacional de Leópolis, San Juan Pablo II afirmó:

Gracias a ti, Ucrania, que defendiste a Europa con tu incansable y heroica lucha contra los invasores.

Entre palabras de cariño al pueblo ucraniano por la amistosa acogida que le dispensó, el Papa polaco añadió:

Aunque sean aún dolorosas las cicatrices de las enormes heridas sufridas en los interminables años de opresión, dictadura y totalitarismo, durante los cuales se negaron y pisotearon los derechos del pueblo, mira con confianza al futuro. Este es el tiempo propicio. Este es el tiempo de la esperanza y la audacia.

Me uno a las palabras de San Juan Pablo II elogiando el patriotismo y la incansable lucha del pueblo ucraniano por su libertad. Cuánto se echa de menos a ese gran Papa.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. wladimir

    siempre crei…

    en este papa particularmente porque el vivio la situacion bajo el Comunismo y sabia lo perverso que era ese sistema….y sus palabras son autenticas….

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.