Las ideas que los socialistas transmiten a los españoles con la elección de Illa

Gran parte de nuestra clase política se ha acostumbrado a tomar decisiones sin preocuparse de los mensajes que transmite a la gente.

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Un ejemplo de ello es la elección del socialista Salvador Illa como presidente del gobierno regional catalán este jueves, una elección que ha sido posible gracias al apoyo de los separatistas de ERC (un partido que promovió el golpe de Estado separatista de 2017) y a los ultraizquierdistas de Comuns. Para obtener el apoyo de ERC, los socialistas han cedido a una de las exigencias de los separartistas: que Cataluña controle el 100% de sus impuestos, quebrantando el principio de solidaridad entre regiones.

Cataluña es una de las regiones más ricas de España, así que la cesión de los socialistas significa privilegiar a una región rica frente a las más pobres, lo que implicará que estas últimas tengan que pagar más impuestos para compensar lo que Cataluña deja de aportar al Estado, simplemente porque los socialistas han decidido ceder a un chantaje más del separatismo, con el único fin de obtener más poder.

Además de esto, debemos recordar que Salvador Illa fue ministro de Sanidad e hizo una gestión nefasta en plena pandemia, contribuyendo con sus decisiones a que España fuese uno de los países más perjudicados de Europa, tanto en términos sanitarios como en número de muertos, y también en los efectos económicos de la pandemia. En resumidas cuentas, los socialistas han decidido premiar a un gestor incompetente otorgándole el gobierno de la segunda región más poblada de España.

Además, en su discurso de investidura, Illa ha defendido la ley de amnistía que otorga privilegios penales a los aliados separatistas de los socialistas, borrando su historial de delitos por el mero hecho de que a Sánchez le hacía falta sus votos para poder seguir en el poder.

Finalmente, Illa ha dicho que Cataluña forma parte de una "España plurinacional". Aunque la Constitución no diga nada de eso, no importa, porque los socialistas ya han dejado claro que pueden saltarse la Constitución cuando quieran y sin consultar a los españoles, gracias a que tienen el control del Tribunal Constitucional y la mayoría izquierdista en ese órgano bendecirá cualquier atropello anticonstitucional que hagan.

Imaginemos cómo podríamos explicar esto a los españoles y las cosas que le trasmite esta situación a los más jóvenes, es decir, a los que están en el proceso de armarse de unos valores con los que hacer frente a los retos que se les presenten en la vida. Éstas son las ideas que los socialistas transmiten con sus actos:

• La idea de que el fin justifica los medios, y que no importa recurrir a medios ilegítimos para conseguir algo, porque lo único que importa es satisfacer tus deseos a cualquier precio y pasando por encima de quien haga falta.
• La idea de que las normas de convivencia no son iguales para todos, y que se aplican o no dependiendo de si quienes ejercer el poder pueden obtener un beneficio personal o partidista con ello.
• La idea de que el que manda puede hacer lo que quiera, sin respetar las normas, poniendo sus deseos personales como único límite a su poder y violando cualquier norma aprobada por una amplia mayoría, como es la Constitución.
• La idea de que no importa hacer mal tu trabajo, mientras seas socialista y sepas utilizar tus contactos para seguir ejerciendo cargos de responsabilidad aunque hayas demostrado una clara incompetencia.
• La idea de que tratar injustamente a la gente, violando las normas para beneficiar a tus amigos, está bien, siempre que te inventes escusas cínicas como que conceder privilegios a tus amigos sirve para resolver conflictos.

Lo que los socialistas están transmitiendo a los españoles son unas ideas aberrantes que parecen pensadas para fundamentar una dictadura, al destruir las bases éticas y morales sobre las que se asientan los pilares de la democracia. Esas ideas son las propias de una banda de corruptos, fanáticos y sectarios, una banda que se cree con derecho a pisotear a los demás y a vivir a costa del esfuerzo ajeno.

Esas ideas son incompatibles con una sociedad civilizada y democrática, y quienes las transmiten no sólo merecen responder por ello ante los tribunales. También merecen ser señalados como unos parásitos y unos traidores a España y a la democracia, porque están llevando a cabo una tarea de demolición contra ambas.

Algún día tendrán que rendir cuentas ante los españoles por todo el daño que están haciendo, y también por el pésimo ejemplo que están dando a los jóvenes. Ninguna amnistía podrá borrar esto.

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Foto: PSC.