El socialista Salvador Illa tiene buenos motivos para temer más a Abascal que a Puigdemont

Elentir EN Vie 29·3·2024 · 7:06 4

Hay políticos que no piensan demasiado al emitir una declaración y acaban haciéndole un favor a sus rivales cuando pretenden criticarlos.

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Illa teme más a Abascal que a Puigdemont

Eso es precisamente lo que le ha ocurrido al socialista Salvador Illa, exministro de Sanidad del gobierno de Pedro Sánchez y candidato del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC, la rama catalana del PSOE) a la presidencia del gobierno catalán. Este miércoles, el diario británico The Times publicó una entrevista con él, en la que declaró lo siguiente: "La gente teme más a Abascal que a Puigdemont".

Como hacen todos los demagogos, Illa atribuye su opinión personal a "la gente", como si todos los españoles pensásemos como él. Por supuesto, su opinión no tiene base real. De hecho, si la tuviese, los socialistas no tendrían inconveniente en convocar unas nuevas elecciones y dejar de ceder al chantaje del separatismo. En vez de eso, le están regalando una amnistía a Puigdemont para dejar impunes sus delitos, violando la Constitución y pisoteando el derecho a la igualdad ante la ley.

Los socialistas son compañeros de fechorías de Puigdemont

Con sus cesiones, los socialistas han convertido a Puigdemont en el presidente del gobierno de España en la sombra, un tipo que gobierna nuestro país desde su exilio en Bélgica, a donde huyó tras ser reclamado por la Justicia por los delitos cometidos en el golpe separatista de 2017 en Cataluña, un intento de suspender la Constitución y las garantías democráticas en esa región española.

Socialistas como Illa y separatistas como Puigdemont se han convertido en compañeros de fechorías, aliándose para aprobar una amnistía que pone en peligro las libertades fundamentales y el Estado de derecho, como ha declarado el Consejo General del Poder Judicial. El máximo temor que puede sentir Illa hacia Puigdemont es el que siente cualquier malhechor hacia sus cómplices: el temor a verse traicionado por gente con tan pocos escrúpulos morales como él.

Vox ha señalado a Illa en sus acciones judiciales por la corrupción socialista

Santiago Abascal, el presidente de Vox, es un hombre que se formó como demócrata sufriendo el acoso diario de ETA y de sus simpatizantes, sufriendo amenazas de muerte de esa banda criminal y ataques a su familia. Abascal no es un hombre débil de carácter y carente de principios como Illa o como Sánchez. El líder de Vox ha demostrado con creces su capacidad para defender España y la libertad afrontando todos los retos que sean necesarios.

De hecho, en gran medida Vox fue el que llevó a los autores del golpe separatista de 2017 a los tribunales. El partido que lidera Abascal fue implacable en la defensa de nuestra democracia frente a los golpistas. Vox también está siendo el partido más firme en la oposición a la amnistía. Además, Illa es uno de los señalados en las acciones judiciales emprendidas por Vox contra el escándalo de corrupción que está afectando al gobierno de Pedro Sánchez, por los millonarios contratos irregulares adjudicados por el entonces ministro. Por si alguien tiene dudas, ayer Abascal afirmó lo siguiente:

El "señor" Illa debería estar delante de un tribunal respondiendo a los vínculos que ha tenido con la trama de corrupción que se enriquecía mientras los españoles estaban encerrados o muriendo.

Es lógico que ataque a VOX y no a Puigdemont. Le da igual que un investigado por terrorismo sea quien decida las políticas de su partido.

Lo que no quiere es que se escuche que esa alianza entre separatismo y socialismo es la responsable de la ruina, de la inseguridad, de la división, de la traición y del crimen de la corrupción.

Efectivamente, el socialista Illa tiene buenos motivos para temer a Abascal. Y quienes defendemos la democracia y la unidad de España tenemos motivos para estar agradecidos a Abascal y a Vox por su defensa de ambas, tanto contra el golpe separarista de 2017 como contra el golpe de Sánchez y de Puigdemont a nuestro Estado de Derecho.

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Foto: Vox.