El apagón y la cadena logística: un logro del libre mercado que el socialismo no reconoce

El apagón del 28 de abril en España ha mostrado las debilidades del Estado con su pésima intervención en el sector energético.

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Un fracaso de la política energética diseñada por el gobierno

Es una intervención torpe y empeñada en anular una importante fuente de energía que aporta estabilidad al sistema, la energía nuclear, pero el gobierno de Pedro Sánchez se niega a reconocer su error, como tiene por costumbre. En vez de eso, para tapar el fracaso del Estado en prevenir ese grave fallo, la izquierda se ha centrado en felicitar a algunos sectores públicos, como sanidad y fuerzas de seguridad.

El ninguneo sistemático de la izquierda al sector privado

Por supuesto, hay que reconocer la entrega de esos sectores, pero llama la atención el ninguneo sistemático de la izquierda al sector privado, empezando por las compañías eléctricas, que no son las culpables de una catástrofe provocada por una mala planificación de la llamada "transición energética" por parte del gobierno, una planificación diseñada por políticos dando la espalda a las necesidades de la sociedad y del mercado. Unas necesidades a las que el sector privado viene respondiendo con mucha más eficiencia en el marco del libre mercado.

Hoy quiero destacar una faceta de ese sector privado que ha demostrado una especial fortaleza: la cadena logística, que incluye todos los procesos necesarios para que los artículos que necesitamos para vivir lleguen desde sus centros de producción hasta los centros comerciales donde los compramos. La cadena logística de un país desarrollado como España es algo admirable, que merece ser valorada y que debemos a la economía de mercado, que ha sido capaz de desarrollarla para responder a las necesidades de la sociedad.

Una cadena logística que logró recuperarse rápidamente del apagón

Este lunes, el apagón afectó gravemente a la cadena logística, ya que depende en gran medida del transporte ferroviario (que se vio gravemente afectado) y del transporte marítimo (en España las terminales de mercancías de algunos puertos quedaron prácticamente inactivas). La distribución de productos también se vio afectada por los problemas registrados en la automoción, debido a los graves atascos en algunas ciudades y a las largas colas que se formaron en gasolineras. A pesar de ello, los efectos del apagón en la cadena logística se diluyeron en sólo 48 horas. Al día siguiente del apagón, muchos supermercados ya habían empezado a recuperar la normalidad.

Los efectos del afán por someterlo todo al control del Estado

Es indignante que desde el gobierno se niegue todo reconocimiento a esa cadena logística, como ya ocurrió durante la pandemia. El sector privado ha logrado crear un gran sistema de producción, transporte, almacenamiento y distribución de productos, y sin esa cadena logística nuestro modo de vida sería muy diferente. Entiendo que los apóstoles del "decrecimiento" que hay en la izquierda añoren los tiempos de las cartillas de racionamiento, habituales en países sometidos a una guerra o que han sufrido los desastrosos efectos de las recetas socialistas, pero si hoy disfrutamos de un alto grado de bienestar es en gran medida gracias a esa cadena logística privada.

Hay que decir que no debería sorprender a nadie que el socialismo sea incapaz de reconocer ese logro, ya que incluso en sus franquicias supuestamente más moderadas, esa ideología mantiene su aspiración de que el Estado controle todas las facetas de nuestras vidas, aunque ese modelo ya haya demostrado reiteradas veces su fracaso e incluso haya llevado a la ruina a países antaño tan ricos como Venezuela y Argentina. Si queremos evitar que en España se repita lo que ocurrió en esos países, debemos reivindicar más que nunca los logros de la iniciativa privada y denunciar la amenaza que el fanatismo socialista supone para nuestro bienestar y nuestra prosperidad, una amenaza que ha vuelto a quedar patente con el apagón de este lunes.

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Foto: Arno Senoner.