Este jueves 8 de mayo se celebra el 80º aniversario de la derrota del nazismo y del final de la Segunda Guerra Mundial en Europa.
Ciertamente, la derrota de un régimen criminal como la dictadura de Adolf Hitler es algo que merece ser celebrado, teniendo en cuenta que ese régimen desencadenó la guerra más letal de la historia y uno de los mayores genocidios que ha sufrido la humanidad: el Holocausto, que tuvo en el pueblo judío a su principal víctima, con 6 millones de personas asesinadas en aras del diabólico antisemitismo nazi.
Hay un hecho que me provoca rechazo cuando llega cada aniversario de la victoria aliada en Europa: la insistencia de algunos en tratar por igual a todos los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, vencedores entre los cuales había dos tipos de países muy distintos: la URSS y todos los demás. Estados Unidos, Reino Unido, Polonia, Francia, Canadá, Australia y otros países aliados lucharon por la libertad frente a la tiranía nazi. Todos esos países eran democráticos antes de la guerra y soñaban con que los pueblos ocupados recuperasen la libertad perdida, en el marco de una sociedad democrática.
Por el contrario, la URSS era una dictadura aliada de la Alemania nazi al comienzo de la guerra: juntas invadieron Polonia, tras firmar un pacto para repartirse ese país, un pacto que otorgaba a Rusia la franja oriental de Polonia, así como Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia y las regiones rumanas de Besarabia y el norte de Bucovina. La dictadura de Stalin invadió todos esos países y territorios y los anexionó, con la única excepción de Finlandia, que logró resistir, pero viéndose obligada a renunciar a una parte de su territorio.
No está de más recordar que si la URSS acabó en el bando aliado no fue por decisión de Stalin, sino de Hitler, que en junio de 1941 decidió invadir al que entonces era su aliado soviético. Si Alemania no hubiese invadido la Unión Soviética, seguramente la alianza entre Hitler y Stalin no se habría roto. Recordemos que en septiembre de 1939, en el desfile conjunto que alemanes y soviéticos hicieron en Brześć Litewski para celebrar su victoria contra Polonia, el general ruso Semyon Krivoshein invitó a sus aliados alemanes a visitar Moscú tras lo que les deseó que fuese una rápida victoria contra los británicos.
Ciertamente, los ciudadanos de la URSS sufrieron toda clase de penurias y muchísimas bajas en la guerra y muchos de sus soldados lucharon de una forma admirable, pero eso no puede servir de excusa para blanquear a un régimen monstruoso, el de Stalin, que sustituyó la ocupación militar alemana en Europa oriental por una ocupación militar soviética, cometiendo toda clase de atrocidades contra polacos, lituanos, letones y estonios, llevando a cabo deportaciones y sometiendo a polacos, checoslovacos, húngaros, rumanos, búlgaros, lituanos, letones, estonios y alemanes del este a dictaduras comunistas, anexionando los estados bálticos, empujando a muchos al exilio y sumiendo a millones de personas en la opresión durante más de 40 años.
Debemos recordar que en los años posteriores a la guerra, Stalin utilizó la derrota del nazismo para legitimar su dictadura, que continuó cometiendo crímenes como los que su antiguo aliado Adolf Hitler había cometido durante la guerra. Hoy, la extrema izquierda y la dictadura de Vladimir Putin (un legítimo sucesor de Stalin, a juzgar por las atrocidades que está cometiendo contra el pueblo ucraniano) siguen legitimando a la dictadura soviética utilizando la misma excusa. Basta con ver la parafernalia comunista que se exhibe año tras año en el llamado "desfile de la victoria" cada 9 de mayo en Moscú.
En este 80º aniversario, mi especial respeto es para aquellos que lucharon por la Libertad, empezando por los polacos, que fueron los primeros en luchar contra la invasión de su país por Alemania y la URSS y los primeros en sufrir las atrocidades de esas dos dictaduras. Obvia decir que el Ejército Rojo no luchaba por la Libertad, sino por sustituir una ocupación totalitaria por otra, y yo no puedo sentir respeto por eso. No puedo sentir respeto por una dictadura que cometió un genocidio contra el pueblo ucraniano antes de que Hitler perpetrase el Holocausto. Me niego a blanquear a un régimen criminal que se alió con otro régimen criminal para repartirse una parte de Europa, y que acabó luchando contra sus aliados nazis sólo porque éstos le traicionaron.
Para terminar, en este 80º aniversario quiero recordar a todas las víctimas inocentes de una horrenda guerra provocada por dos tiranos, Hitler y Stalin. Decenas de millones de personas murieron en esa guerra. Muchos eran civiles, muchos no habían hecho mal a nadie. Esa colosal tragedia debe animarnos siempre a estar alerta contra los que apoyan ideologías totalitarias y admiran a tiranos criminales, tiranos como los que hoy gobiernan en Rusia, Bielorrusia, la China comunista, Corea del Norte, Cuba, Venezuela, Nicaragua o Irán, dictaduras que -increíblemente- tienen muchos admiradores en Occidente.
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Foto: una imagen de soldados alemanes y soviéticos juntos en el día del desfile conjunto nazi-soviético en Brest-Livosk, Polonia, 22 de septiembre de 1939, con el que ambos invasores celebraron la derrota de los polacos.
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Comentarios:
AlbertoAG
En vez de haberse detenido una vez derrotada Alemania y dejar margen para que Stalin esclavizara a media Europa, los aliados occidentales tendrían que haber seguido avanzando hacia el este para haber acabado con la URSS.
9:48 | 8/05/25
Hrodberht
El comunista fue y sigue siendo igual de dañino que el nazismo.
12:33 | 8/05/25
Hrodberht
Quería decir el comunismo.
Que esa nefasta ideología, a estas alturas de la película, tenga predicamento en el mundo teóricamente civilizado, dice muy poco del sistema político que padecemos en Occidente.
Al igual que el nazismo, el comunismo debería estar prohibido. Cuando sus simpatizantes dicen que los 100 millones de muertos es una mentira, aciertan, son bastantes más.
13:14 | 8/05/25
FaramirGL
Basura roja y basura negra. La misma porquería inmunda son el comunismo y el nacional-socialismo, dos de las tres cepas más tóxicas, totalitarias y genocidas del socialismo, ese cáncer.
Sólo queda el feminismo, el tercero de la Tríada Genocida.
Todos ellos tienen que ser prohibidos en toda Hispanoamérica y en Europa.
12:12 | 9/05/25
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