La última batalla de Sabino Fernández Campo fue en defensa de los no nacidos

Ahora le cubren de elogios, pero el ex-Jefe de la Casa Real, fallecido ayer, tuvo que compartir las mismas descalificaciones que soportamos muchos españoles por el mero hecho de oponernos a una reforma proyectada para desproteger la vida de los más inocentes e indefensos. Y es que Sabino Fernández Campo libró una de sus últimas batalla en marzo y precisamente luchando por el derecho a vivir, situando su nombre entre los primeros de una lista de casi 2.500 juristas, académicos, científicos, médicos y profesores que suscribieron la Declaración de Madrid en defensa de los no nacidos desde una óptica científica.

La adhesión de Fernández Campo figuraba entre las 300 primeras y así es como se puede encontrar hoy en día en la web de la Declaración de Madrid:

Sabino Fernández Campo
Académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Jefe de la Casa de S.M. el Rey desde enero de 1990, hasta enero de 1993. Académico de Honor de la Real Academia de Doctores. Académico correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación.

La declaración firmada por Fernández Campo manifestaba su "defensa de la vida humana en su etapa inicial, embrionaria y fetal", recordando que "existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación" y rechazando la instrumentalización de esa vida "al servicio de lucrativos intereses económicos ó ideológicos". El texto suscrito por el ex-Jefe de la Casa Real recordaba, además, que "un aborto no es sólo la «interrupción voluntaria del embarazo» sino un acto simple y cruel de «interrupción de una vida humana»".

Desde aquí, y en mi confianza de que estará ya en el sitio que les corresponde a las personas buenas y valientes como él, quiero expresarle mi agradecimiento como español por haber ofrecido su nombre en respaldo de esta noble causa, una adhesión tanto o más destacable si tenemos en cuenta ese "estremecedor silencio de los bondadosos" del que hablaba Martin Luther King, silencio del que hoy se aprovechan quienes pretenden precipitar a nuestro país a una pendiente resbaladiza que conducirá a un retroceso histórico en materia de derechos humanos. Don Sabino no se calló y se arriesgó por la vida. Desde aquí mi aplauso y mi gratitud para él. Descanse en paz.

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(Foto: Sabino Fernandez Campo el 22 de julio de 2005. E. Méndez)