Maniobras de Societat Civil Catalana contra una asociación independiente

El veto de SCC a Hablamos Español: ¿otra rebelión cívica que se intenta desactivar?

Este domingo se organizó en Cataluña un acto de apoyo a los hijos de guardias civiles que han sido humillados por profesores separatistas. Un acto cuya organización ha dejado un sabor amargo.

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Una asociación independiente que defiende la libertad lingüística

Según me comunican desde la propia asociación, la iniciativa surgió de un grupo de organizaciones entre las que figura Hablamos Español, una asociación independiente que defiende activamente la libertad lingüística y que está desarrollando en toda España una ILP de libre elección de lengua, un derecho que no defienden ni Ciudadanos, ni el PSC ni el PP en Cataluña. En el caso de Cs y del PP, ambos partidos defienden el "trilingüismo", y el PSC sigue defendiendo el monolingüismo escolar en catalán, igual que los separatistas. Se da la circunstancia de que Hablamos Español está experimentando un notable crecimiento, también en Cataluña, y esto parece haber encendido alarmas, no sólo entre los separatistas, sino también entre quienes quieren someter al movimiento cívico al control de los grandes partidos. El miedo al crecimiento de esa asociación independiente se ha incrementado especialmente tras el éxito de su manifestación del 2 de junio en Valencia, a pesar de haberla convocado en solitario y con escasos medios.

SCC se hizo con el control del evento y vetó a Hablamos Español

Societat Civil Catalana acabó apropiándose de la organización del acto de apoyo a los hijos de guardias civiles, vetando a Hablamos Español, que quedó excluido sin más. El lema oficial de la convocatoria, propuesto por un padre catalán, iba a ser "Alumno yo te creo", pero SCC impuso un lema más descafeinado: "Por una escuela de todos". A pesar de todo, el 9 de junio Hablamos Español expresó su apoyo al acto, informando que sería una de las asociaciones participantes. Circularon dos carteles, uno con el logo de Hablamos Español y otro sin él, y también dos videos, uno que intentaba reflejar la realidad del adoctrinamiento en las aulas, y otro suave y descafeinado. El sector de SCC y su asociación afin, Asamblea por una Escuela Bilingüe, prefirieron el vídeo blandito, que fue el que distribuyeron oficialmente, aunque el otro acabó circulando y siendo compartido en redes y en grupos de WhatsApp. Finalmente, Hablamos Español quedó excluido del cartel, de la nota de prensa y de la organización del acto.

De esta actitud podríamos deducir que a SCC y sus grupos afines les sobraba gente y podían prescindir de una asociación que en este momento está movilizando a muchas personas en toda España, también en Cataluña. Sin embargo, la asistencia fue de 500 personas. No está nada mal para una modesta concentración como la que se iba a hacer inicialmente, pero no tanto para una fiesta con pinchadiscos, varias carpas con actividades lúdicas, globos y un gran escenario (dicho sea de paso, no entiendo que un acto reivindicativo acabe convirtiéndose en esto, a menos que lo que se pretenda es que la noticia no sean los discursos). La fiesta costó 10.000 euros, según la campaña de cuestación lanzada por los organizadores en Indiegogo. Un coste de 20 euros por asistente.

El precedente de los días previos al referéndum ilegal del 1 de octubre

No es la primera vez que SCC hace cosas tan feas como ésta. El 26 de septiembre del año pasado, sólo 5 días antes del referéndum ilegal separatista, Societat Civil Catalana intentaba desmovilizar a los catalanes que se sienten españoles con un comunicado en su web: "No nos debemos dejar llevar por la tentación de sucumbir ante esa estrategia de confrontación deleznable", decía la nota, como si no se debiese hacer frente a un golpe de Estado. SCC también afirmaba que "la alta responsabilidad que tenemos en estos momentos, nos lleva a desestimar acciones que pudieran llevarse a cabo en las calles y plazas de nuestras ciudades y pueblos". El 25 de septiembre, El Independiente revelaba que SCC había recibido una petición del Gobierno de no hacer movilizaciones. El día 27 Abc publicaba que el PP no quería manifestaciones con banderas españolas "por no provocar más de la cuenta a los exaltados independentistas". SCC actuó como una simple correa de transmisión del poder político, y no como una entidad de la sociedad civil.

El 29 de septiembre, SCC publicaba un nuevo comunicado intentando desmovilizar a la gente, afirmando que se había planteado convocar una manifestación para el día 30 "con entidades cívicas y organizaciones políticas", pero no la convocó "por responsabilidad, sensatez y por contribuir a la convivencia". Por entonces ya estaban convocadas movilizaciones de la Fundación DENAES para el 30 de septiembre, que acabaron siendo un rotundo éxito de movilización a pesar de los llamamientos de SCC para no movilizarse. A la vista del éxito, y en menos de 48 horas, el 2 de octubre SCC decidió ponerse al frente convocando una manifestación que se celebraría el día 8. Como ya ha pasado otras veces en el movimiento cívico español, la convocatoria de SCC se hizo para darle las riendas de la movilización a los partidos políticos, concretamente a Ciudadanos, al PP y al PSC, los tres partidos a los que pertenecen gran parte de los miembros de SCC.

Mandando callar a los manifestantes que pedían prisión para un golpista

El día de la manifestación, tanto esos partidos como SCC condenaron los gritos de "Puigdemont a prisión" coreados por los manifestantes, un burdo intento de ponerles un bozal cuando se limitaban a reclamar para un golpista lo que se merece. Pero claro, las únicas acciones judiciales contra el golpe las había iniciado Vox el 6 de septiembre con una querella contra Puigdemont y su gobierno. A estas alturas, y sin ser muy mal pensado, cabe preguntarse si el PP, Cs y el PSC pretendían zanjar el golpe con alguna nueva componenda con los separatistas, porque a pesar de tener abundantes medios gracias a las subvenciones que reciben, ninguno de esos tres partidos ha impulsado acciones judiciales contra los golpistas.

SCC ya vetó a Somatemps el 12 de octubre en Barcelona

El bochorno se repitió con motivo de la movilización del 12 de octubre de 2017, día de la Hispanidad. Asociaciones cívicas catalanas venían convocando un acto ese día, del que SCC se había desmarcado en 2015 y en 2016. Como señaló Javier Barraycoa, cofundador de Somatemps, en un artículo publicado en su blog, tras citar a esa asociación a dos reuniones de trabajo en las que finalmente no les recibió nadie, SCC convocó a las demás asociaciones, pero vetando a Somatemps y a Javier Barraycoa, e incluso amenazando al resto de asociaciones con dejar el acto en el aire si no aceptaban ese veto. Y esto sólo tres días antes del 12 de octubre.

SCC se ausentó el 6 de diciembre "para no enfrentar más a Cs, PSC y PP"

De cara al 6 de diciembre, día de la Constitución, se repetía el esperpento. El movimiento cívico Espanya i Catalans, junto con otras asociaciones, convocó una manifestación en la Plaza Urquinaona, en defensa de nuestra Carta Magna y de la unidad de España. Como no controlaba esa movilización, Societat Civil Catalana anunció que renunciaba a manifestarse ese día para no enfrentar más a Cs, PSC y PP. "Nuestro objetivo, como siempre, es que estos partidos políticos estén representados", alegaron. ¿Pero esto va de sociedad civil o de poder político?

La bochornosa apropiación de la manifestación por Tabarnia

Y llegamos al 6 de febrero. Ese día, la Plataforma por Tabarnia convocó su primera manifestación para el 25 de febrero. En la nota difundida por Efe no se mencionaba por ninguna parte a Societat Civil Catalana. Nueve días más tarde, en una reunión en La Moncloa, SCC anunció a Rajoy su intención de convocar una gran manifestación por Tabarnia para el 25 de febrero. Una vez más, SCC se apropiaba de una convocatoria ajena, con toda la cara, presentándola como propia. Pero lo más pasmoso estaba por llegar: un día después, el 16, SCC desconvocaba la manifestación, a pesar de que ni siquiera la había convocado esa entidad. SCC alegó que había recibido "un gran número de peticiones por parte de varios sectores del mundo político, económico y social" para posponer la movilización. El día 17 Jaume Vives, portavoz de la Plataforma por Tabarnia, decía sentir tristeza y frustación. Ese día, su plataforma comunicaba también que posponía la convocatoria, un día después de haberla cancelado SCC.

El movimiento cívico catalán debería reflexionar sobre la actitud de SCC

Hace ya muchos años que vengo sosteniendo desde este blog que el movimiento cívico, para ser eficaz y coherente a la hora de defender sus principios, tiene que ser necesariamente independiente del poder político. El caso de SCC, como antes otros que ya relaté aquí, nos demuestra el peligro de que ciertas asociaciones actúen como meras recaderas de los políticos. Lo único que se consigue así a corto plazo es que el movimiento cívico quede sometido a los intereses de los grandes partidos y controlado por éstos, y a medio y largo plazo el resultado es el desánimo y la desmovilización, que es precisamente lo que los grandes partidos intentan hacer cuando una movilización cívica no está controlada por ellos o se les va de las manos: desactivarla. El movimiento cívico catalán corre ahora ese riesgo, tras haber demostrado una notable fuerza durante meses. Espero, sinceramente, que se abra una seria reflexión entre las asociaciones ciudadanas de Cataluña ante la actitud que ha adoptado SCC.

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Comentarios:

  1. Enrique

    Ya lo hicieron, el PP y otras asociaciones, con Alcaráz y la rebelión cívica.
    nihil novum sub sole…

  2. Daniel

    Gracias por la explicación, ahora lo entiendo todo.

  3. Enrique

    Estuve en la 1ª manifestación en Madrid. Para allí nos fuimos desde La Coruña y desde Bilbao.

    No hay cosa más grave que la utilización de, y la traición a, la «rebelión civica». Y con ello me refiero al PP, de los otros no nos esperábamos otra cosa.

    A mí, particularmente, en conversación privada, me mintieron Mariano,(Rajoy), y Antonio, (Basagoiti).

    Cosa que no hicieron en la misma situación el Sr. Aznar, María San Gil o el hijo de Abascal, (Santiago).

    Ahora vienen a contarme que lo que yo viví en mi infancia y adolescencia en Las Vascongadas, es un mal sueño, que realmente fue la «primavera vasca».

    Dios nos libre de vivir tiempo «interesantes».

    Solo me queda, Elentir, agradecerte que sigas contando estrellas.

    Abrazo. Enrique.

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