Aprueba una ley para multar a medios y películas que digan palabrotas

Putin va a conseguir que publicar tacos sea un gesto de rebeldía al despotismo

El presidente ruso promulgó ayer una ley para sancionar el uso de palabrotas en medios de comunicación, obras de teatro, películas, espectáculos, libros, conciertos y obras de arte. Algunos, leyendo la noticia, nos hemos acordado de "Demolition Man" (1993), una película en la que un malhablado policía mantenido en hibernación durante 36 años es descongelado en un futuro muy repipi en el que decir una palabrota es objeto de multa.

Algunos han interpretado esta nueva ley como un ataque a la libertad de prensa, y no les falta razón: es una ley absurda que pretende imponer la buena educación a base de multas. O al menos ése es el pretexto, claro, porque de leyes abusivas como éstas suelen valerse gobiernos que tienen en mente usarlas a su conveniencia. Es lo que ocurre casi siempre cuando el Estado se empeña en entrometerse en nuestra vida más allá de sus legítimas competencias: todo abuso de poder acaba corrompiendo a quien lo comete y dando lugar a más abusos. Personalmente me preocupa esto mucho más que el hecho de que en una película digan palabrotas. Ante un poder abusivo que se vale de pretextos como éste, a mí me darían ganas de saltarme mi compromiso personal de no publicar palabras soeces en este blog, porque al convertirlas en objeto de multa, dicho poder las acabaría convirtiendo en un gesto de rebeldía a su despotismo.

Si Putin quiere fomentar la buena educación, debería hacerlo poniendo los medios para lograr una educación de calidad en las escuelas, y con esto no quiero decir a que el gobierno ruso se entrometa en la vida escolar como lo hacía la dictadura soviética: la mejor forma de asegurar una educación de calidad es garantizar la libertad de educación, pues los padres son los que tienen que decidir lo que es mejor para sus hijos, y no el Estado. Educar es enseñar a caminar, y ese proceso implica que el alumno aprenda a asumir responsabilidades, algo que sólo podrá hacer teniendo la libertad necesaria para tomar decisiones y hacerse cargo de las consecuencias de esas decisiones. Por supuesto, esta forma de entender la vida y la sociedad no garantiza un mundo perfecto. Tomar decisiones implica cometer errores y aprender de ellos. Las ideologías que prometen un mundo perfecto sólo han traído, hasta ahora, el horror y la opresión. Si en nombre de la virtud se otorga a los políticos el poder de sancionarnos por decir tacos, o decir mentiras, o ser desagradables con los que nos rodean, o incluso por no ayudar en las tareas domésticas -¿le suena, señora Mato?-, lo que tendremos es una sociedad atemorizada por un poder político abusivo y arbitrario. La libertad implica un mundo imperfecto, con palabrotas, mentiras y otras miserias humanas... pero desde luego un mundo mucho mejor de lo que sería sin ese precioso don "que a los hombres dieron los cielos", en palabras de Cervantes.

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(Foto: Picture Alliance)

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Comentarios:

  1. paco prieto

    considerando su trayectória profesional y política, ES DE LO MAS NORMALITO…
    pero ¿quien duda de que los sistemas comunistas son los mas intransigentes?

    np hay mas que echar un vistazo al peesdonal que nos rodea: el hijo de… carrillo, el alcalde de marinaleda con su pañolito palestino y sus modales…

    ¿sigo?

    jeje

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