Lluís Martínez Sistach, Arzobispo de Barcelona, ha concedido una entrevista a Catalunya Ràdio en la que ha defendido la imposición del catalán en la escuela como herramienta de "cohesión social", asegurando que ha tenido resultados "positivos" en un entorno con culturas, etnias y lenguas maternas diferentes. Significativamente no ha dicho "religiones diferentes", porque si aplicásemos su argumento al plano espiritual, ¿qué imposición propondría?
¿La libertad de educación es un 'bien', pero sólo a veces?
En abril de 2006 Monseñor Sistach afirmó que la familia y la libertad de educación son "bienes" que el ordenamiento jurídico de Cataluña y de toda España "siempre deberán fomentar y respetar". También señaló que esa libertad de educación debe tener en cuenta "las raíces cristianas de nuestro pueblo, las creencias de los cristianos y la proyección pública de estas creencias". El modo en que han de tenerlo en cuenta lo dejó claro a la hora de abordar el fenómeno del laicismo: "no es legítimo invocar la tolerancia para impedir a los cristianos actuar como tales en el espacio público de la sociedad". ¿Y sí es legítimo invocar la cohesión social para negarles a los padres el derecho a educar a sus hijos en la lengua oficial de su elección en una comunidad que tiene dos lenguas oficiales? ¿Las razones políticas pesan en este tema más que los derechos de las familias, Monseñor?
En 2012 Sistach tachó la libre elección de idioma en la escuela de 'segregación'
No es la primera vez que el actual Arzobispo de Barcelona apela a ese pretexto para defender que se vulneren los derechos de las familias en materia lingüística, plenamente en línea con los dictados ideológicos del nacionalismo catalán, con el que Sistach nunca ha ocultado su simpatía. Ese mismo argumento ya lo usó en diciembre de 2012, cuando además, dijo también que la inmersión al catalán en las escuelas "evita la segregación escolar", una afirmación 100% en línea con declaraciones hechas por dirigentes del PSOE, el BNG y también del PP.
¿Era Mandela el segregador, y no el régimen racista del Apartheid?
La paradoja es que, según ese argumento, el que segregaba en Sudáfrica en materia lingüística era Mandela, y no el régimen del Apartheid, ya que la Constitución sudafricana aprobada a la caída de éste proclamó la libertad de elección de idioma en las escuelas, es decir, ese mismo derecho que algunos políticos, en el colmo de la desfachatez, etiquetan como una forma de "Apartheid". De hecho, los disturbios de Soweto de 1976, que acabaron con una masacre de niños negros a manos de la Policía sudafricana, estallaron a raíz de la imposición del afrikáans en las escuelas en detrimento del inglés, que era el idioma elegido por las familias para poder garantizar un porvenir a sus hijos más allá de las fronteras del opresivo país en el que habían nacido.
Lo que dicen los tratados internacionales suscritos por España
Es una indecencia que los grandes partidos y los partidos nacionalistas manipulen de semejante forma para identificar como "segregación" el legítimo derecho de los padres a decidir la educación que prefieren para sus hijos, un derecho que proclama el Artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
"Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos."
La propia Convención de la UNESCO relativa a la Lucha contra las Discriminaciones en la Esfera de la Enseñanza señala que "no serán consideradas como constitutivas de discriminación", entre otras, la “creación o el mantenimiento, por motivos de orden religioso o lingüístico, de sistemas o establecimientos separados que proporcionen una enseñanza conforme a los deseos de los padres o tutores legales de los alumnos".
Así mismo, la Declaración Universal de la Unesco sobre la Diversidad Cultural señala en su Artículo 5 que "toda persona tiene derecho a una educación y una formación de calidad que respeten plenamente su identidad cultural". La suya, no la que imponga la Generalidad de Cataluña, por mucho que lo defienda Lluís Martínez Sistach.
¿Derecho a decidir si saltarse o no la Constitución, pero no a elegir la lengua en la escuela?
Pero si ya es una indecencia que los partidos mayoritarios y sus adláteres nacionalistas se pasen por el arco del triunfo todo lo que acabo de citar, lo realmente absurdo es que el Arzobispo de Barcelona se sume al coro en aras de la "cohesión social". ¿Con qué argumento defenderá ahora Sistach el derecho de los padres a decidir la formación religiosa y moral que desean para sus hijos? Porque con sus declaraciones a favor de la imposición lingüística, negando a los padres el tan cacareado "derecho a decidir" -ése que el nacionalismo invoca para saltarse la legalidad constitucional- en un ámbito que legítimamente les compete antes que a nadie, y estableciendo con ello que se ha de privilegiar a los alumnos catalanohablantes -pues eso es lo que implica la discriminación que sufren en las escuelas catalanas los alumnos cuya lengua materna es el español-, el Arzobispo de Barcelona les ha puesto una alfombra roja a los que quieren liquidar también los demás planos de la libertad de educación: la libertad de elección de centro, la libertad para educar a tus hijos conforme a tus convicciones religiosas y la libertad para escoger el modelo docente que te parezca más adecuado (coeducación o educación diferenciada). Recordemos que, por ejemplo, el PSOE ya usó el verbo "segregar" para denigrar el derecho de las familias a optar por la educación diferenciada. Gracias a Monseñor Sistach, ahora podrán amenazar este derecho en todos sus frentes usando como argumento la "cohesión social".
Como defensor de la liberad de educación, y por tanto de la libre elección de idioma, me quedo con las mucho más sensatas palabras de Monseñor Rouco Varela en diciembre de 2012: "los padres tienen derecho a que los hijos se eduquen en la lengua que los padres determinen. Es un derecho fundamental de la familia, que no puede ser suplido ni negado por la autoridad".
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Comentarios:
Hugo
Este individuo ha cambiado la religión cristiana por la nacionalista. Que use sotana resulta accesorio.
23:14 | 3/05/14
Luna
Lo que sucede es que Sistach está al final de una prórroga prolongada artificialmente, tras la presentación de su renuncia por causa de edad y «la vanguardia» publicó una portada en que el «gran vaticanista» Navarro Valls (El que no acertó ni una en el cónclave de B XVI, ni mucho menos en el de Francisco, el que ni siquiera sospechó la renuncia de B XVI, se sacaba de la manga que a Sistach le iba a suceder Cañizares. Ahora quiere agarrarse al clavo ardiendo de que es catalán y Cañizares, valenciano. Ya ves qué poco puede usar en su favor.
Todo junto no deja de ser una solemne estupidez si se mira con una óptica cristiana. La Iglesia es universal y punto. Con ojos de catalán, veo que tenemos dos lenguas y que el perseguir una para desterrarla y favorecer a otra artificialmente, no consigue nada más que cercenar nuestra historia y nuestra cultura. Luego van de victimistas y dicen que ambas están muy dañadas… ¡Pero si los separatistas son los primeros que la han destrozado!.
Da lo mismo, a estas alturas nos importa bien poco lo que diga nuestro cardenal. Él se lo ha buscado.
0:25 | 4/05/14
pacococo
Es una persona que tiene un apellido charnego y entonces hay que comportarse como un nazionalista extremo (si es posible más extremismo que ser nazionalista) para hacerse perdonar el apellido. En este caso Martinez.
Esta actuación del cardenal nos presenta a un Nostach en estado puro.
0:28 | 4/05/14
Pelayo
Lamentable ejemplo de eclesiástico al servicio del Poder
0:46 | 4/05/14
Russell
Cuando se sirve a dos señores ocurren estas cosas…
9:05 | 4/05/14
Eudoxo
Es comprensible que las iglesias y seminarios de Cataluña estén vacíos. Nada más lógico que con estos pastores no se vea a la grey por ninguna parte.
10:28 | 4/05/14
Enrique
Me pregunto si utilizaría el mismo argumento ante los que pretenden eliminar la asignatura de religión…
10:54 | 4/05/14
eduard
«Mejorar la cohesión social y evitar la marginación se consigue imponiendo una única lengua en la escuela» Con este paupérrimo razonamiento, ¿mejoraríamos también la cohesión social imponiendo un único partido político? Como todos perteneceríamos al mismo partido, la sociedad estaría muy bien cohesionada… ¿Estamos locos?
8:23 | 5/05/14
Alfonso
Premio Setien al peor prelado 2014.
11:47 | 5/05/14
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