Lourdes Méndez recordó el origen nazi de esta promoción de la eutanasia

El valiente discurso de una diputada de Vox contra la ley totalitaria de eutanasia del PSOE

Hoy ha empezado a debatirse en el Parlamento español la ley de eutanasia promovida por el Partido Socialista, una ley que amenaza el futuro de los cuidados paliativos a enfermos en España.

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Una ley para que los enfermos se sientan una carga y menos dignos de vivir

Tanto Vox como el Partido Popular han mostrado su oposición a este proyecto legislativo. La diputada Lourdes Méndez, de Vox, ha hecho un valiente discurso denunciando el carácter totalitario de esta ley y su origen nacional-socialista, pues hay que recordar que hace 80 años fue el Tercer Reich el primer régimen que promovió un proyecto de eutanasia para liquidar a discapacitados mentales y físicos, dando a entender que sus vidas no merecían ser vividas, que es exactamente la misma filosofía que siguen impulsando los promotores actuales de la eutanasia, transmitiendo la aberrante idea de que la vida de enfermos y ancianos es menos digna que la de los demás, presentándoles como una carga para la sociedad y sometiéndoles a una presión social e institucional para que dejen de estorbar. En este sentido, Méndez ha señalado: "Los más débiles, los más vulnerables estarán presionados por el sistema y acabarán sintiéndose una carga".

"Ustedes ante el sufrimiento proponen eliminar al enfermo, proponen la muerte"

La diputada de Vox ha advertido que "en un futuro no muy lejano, todas estas leyes homicidas se juzgarán como un absoluto horror", y ha propuesto como alternativa una Ley de cuidados paliativos: "nosotros ante el sufrimiento proponemos acompañamiento, proponemos cultura del cuidado y proponemos aliviar el dolor. Ustedes ante el sufrimiento proponen eliminar al enfermo, proponen la muerte", reprochó a los autores del proyecto de eutanasia del PSOE. Podéis ver aquí la intervención completa de Lourdes Méndez:

Ante discursos como éste, sólo me cabe decir que me alegro de haber votado a Vox. Nunca me he sentido tan representado por un partido político como lo estoy ahora. Gracias por vuestra valentía y vuestra claridad a la hora de hacer frente a proyectos tan aberrantes como éste del PSOE.

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Foto: Vox.

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Comentarios:

  1. Lorenzo

    ¡Qué gran discurso! Nos queda el consuelo de que todavía hay políticos que se oponen a la locura y a la decadencia moral que invaden Occidente.

  2. Felipe

    Me parece de los mejores discursos, sino el mejor, que ha pronunciado un diputado/a de Vox. Defiende la posición del partido contra la eutanasia y además la argumenta a la luz de la razón, que creo que es lo que a veces le falla a Vox y este blog ofrece en abundancia.

  3. Sharovarov

    Señora Méndez, ¿defender la dignidad del ser humano desde la concepción hasta la muerte natural no tiene nada que ver con la religión? Ay, ay, ay…

  4. María

    Mi más sincera enhorabuena a Lourdes Méndez. Un discurso magnífico, valiente, mesurado (sin alharacas) y muy adecuado. Políticos así necesita España.

  5. NADIE, NI LOS LIDERES LOCOS, COMO HITLER, NI LOS ESTADOS DE GOBIERNO, INCLUSIVE NI LOS PADRES O FAMILIARES, TIENEN LA FACULTAD DE ORDENAR LA MUERTE DE UN SER HUMANO POR SU DISCAPACIDAD, SOLO DIOS, EN SU MOMENTO.

  6. Blanca

    Un gran discurso, sí señor. ¡Qué distinta la categoría moral de unas personas a otras! ¡Qué diferente la gente de VOX a la del resto de los partidos!

  7. Luna

    He seguido el debate y sólo ha habido tres intervenciones que puedan considerarse a la altura de un parlamento y a la altura de las circunstancias, que son las de pretender por tercera vez que se apruebe la eutanasia. El resto ha sido de lo más lamentable y paupérrimo, consistiendo por parte de todos los parlamentarios (excepto dos, de los que ya hablaré) en un intento paupérrimo de fijar por su cuenta en qué consiste -olvidando la mayoría de aspectos y ciñendo la definición a sus intereses-, dramatizar sobre sufrimientos que bien puede tratar un anestesista o un psicólogo, dependiendo de su índole, citar algunos casos mediáticos (que en su día compusieron la campaña de presentación de lo que hoy pretenden), lanzar balones fuera (aludiendo por ejemplo al PIN parental, que no tiene absolutamente nada que ver con esto) o inventando que es «un nuevo derecho» como si generarlos fuera facultad de algunos partidos y no se encontraran en la naturaleza misma de las cosas.

    No sólo se encuentra una carencia absoluta de argumentación por la parte pro-eutanasta sino que además hay una falta completa de análisis, lo que me lleva a sospechar que estuvo pactado por cuenta de tantos parlamentarios como intervinieron con intención de aprobar el proyecto. Porque esta es la estrategia de todos: Convertirla en un imaginario que se puede ver en la película «mar adentro» y olvidar todo lo demás.

    Los dos que se salvan: Lourdes Méndez (Vox) de quien ya ha hablado Elentir (y con quien coincido plenamente) y José Ignacio Echániz (PP), con dos intervenciones. Éste no resulta tan brillante en su exposición y defensa, pero sí da una buena réplica, recordando que en Holanda -país que ha sufrido la eutanasia durante años- han visto fatales consecuencias de la misma y están modificando incluso su funcionamiento, y que el PSOE pretende la aprobación sin que exista la reclamación por parte de los ciudadanos que él le otorga, pero sobre todo sin que se presente la necesaria documentación al respecto por parte de médicos, juristas y otros profesionales. Y en otra parte de su discurso mete el dedo en la llaga profundamente, desnudando la verdad con el valor que requiere el caso: Lo hacen por ahorrarse gastos de hospitalización, bajas laborales y pensiones. (Olvidó el tema de los bienes que pueden pasar a Hacienda tras el deceso). Esto hay que decirlo: Lo hacen por esto y nada más.

  8. Luna

    Perdonad que ponga dos comentarios seguidos, pero uno sólo quedaría farragoso y juntaría un poco churras con merinas. En este segundo quiero explicar un poco en qué consiste el proyecto de ley para que veáis que realmente se pasó por encima de puntillas, con la intención de hacer un paripé ante los informativos y «conmiserarnos sobre el sufrimiento ajeno» (Otros dijeron que no era necesario sufrir para alcanzar la eutanasia, pero bueno). Están tratando de ponernos un papelucho que lo justifique todo y elevarlo al rango jurídico y legislativo, sin más.

    Digo yo que un aspecto como éste está sujeto a un enorme abanico de posibilidades que deben ser sujetas a norma, para evitar usos indebidos, abusos, agonías terribles, errores de interpretación, dolo y demás. Resultaría verdaderamente difícil legislar un ámbito tan sujeto a casuística de forma efectiva aun para el más positivista que lo intentara (creo que un iusnaturalista no lo haría jamás). Esperaba encontrar extremos como la explicitación de los medios tanáticos válidos y quizá la prohibición de otros por su crueldad o mala praxis, un intento de establecer el procedimiento dentro de lo que ellos consideraran decoro y «dignidad». Pero soy un iluso y no sé en qué país vivo. Por lo visto, lo mismo se podrá dar muerte al paciente en una plaza de toros llena de espectadores, dando tortura o garrote vil a la víctima sin contravenir su redacción.

    Exactamente consiste en una prolija exposición de motivos (que no hablan de los ahorros en pensiones y demás que bien delató Echániz) en plan PSOE, o sea que lo de matar a la gente es moderno, un derecho que debemos disfrutar hasta el placer más absoluto y tal y tal. Luego se lía a establecer un protocolo administrativo de lo más elemental (y deficiente) sobre la firma del consentimiento, os puedo asegurar que la que se hace cuando se va a entrar en un quirófano tiene muchas más formalidades y garantías que esta: En caso necesario, puede firmar OTRA PERSONA el consentimiento (pongamos por caso un heredero de la fortuna del reo). Y aquí se llega con lo que vienen a ser meras normas sobre el curso de este documento que creo básicas y demasiado similares a la petición de cambio de nombre de un vehículo a la DGT.

    Algo se contempla sobre los requisitos para poder solicitar la solución final: Ser español o residir en España, tener un domicilio o una delegación, un DNI (supongo que otros como el NIE valdrán, lagunilla que denota lo grosero de este redactado), ser mayor de edad (por ahora, mañana ya no), tener una enfermedad o dolencia (no dice cuáles se consideran válidas y cuáles no, a veces tengo terribles dolores de muelas), que se reitere pasados al menos quince días (aunque en casos sin especificar podrá aplicarse igualmente: coladero) y estar bien de la chaveta (sin que fije quién ha de tomar esta consideración, si una depresión pasajera cuenta para esto, determinando también un coladero para quienes no lo estén o no puedan expresarse, en donde OTROS toman la decisión).

    Contempla el derecho de objeción de conciencia de los médicos, pero con el matiz zapateril que ya podríamos suponer: Deberán informar por escrito de la misma y formar parte de un archivo de potenciales represalias, así como pasar al final de la cola en los puestos enchufiles, naturalmente. No obstante, los centros sí estarán obligados a dar matarile, puesto que establece que la Sanidad [sic, la sanidad jamás será matar] está obligada a ofrecer este servicio.

    ¿Que cómo se procederá a «prestar el servicio del sacrificio reclamado»? «con mucho cuidado y respeto, no dice más. Esto puede interpretarse como se quiera, que hay que afilar bien el hacha, que quizá sea mejor que parezca un accidente o que igual dejamos de lado la metralleta. Por lo demás, queda en el aire algo tan delirante como que el sujeto pasivo puede recibir una píldora mortal para automedicarse en su hogar sin tener siquiera el control de si eso funciona bien, o su bebé de tres meses se la come por accidente. Ya me dirán quién puede certificar que la ingesta final no fue forzada por un tercero con intereses criminales en lugar de voluntaria…

    Señores Diputados: Aquí se bate el récord de la estupidez jurídica. Ahora resulta que el único modo de evitar el suicidio penado consiste en tomar una píldora «homologada» por un centro médico y pagada por Insalud, que si en lugar de esto ingiere cianuro comprado a un camello por la calle sí está penado.

    Poco más contiene esta ley, por lo que puede verse que le falta todo. Por el momento, obliga a los médicos a cumplir un cometido completamente inverso al de su profesión (conservar o mejorar la salud en lo posible), contrario a su código deontológico y ajeno por completo a sus estudios profesionales puesto que nada de matar expresamente forma parte de las asignaturas curriculares. Eso sí, una extraña obsesión con que en todos los documentos debe figurar el domicilio de todo el mundo, no vaya a ser que el pequeño detalle se escape aun cuando no obliga facilitar datos tan imprescindibles como el número de Colegiado. Ya veis la chapuza.

    ¿Por qué han escogido a los médicos, cuando el cometido es el que sólo puede cumplir un verdugo?, ¿A nadie se le ha ocurrido contemplar la necesidad de esta figura y oficio ante el escenario que plantean?. Pues no, como no se contempla el modo de resolver los conflictos de intereses ni la necesidad de que la otorgación de firma la haga personal cualificado jurídicamente.

    Se establece una especie de comisión que dirime si se «concede» o no la eutanasia a quien la pida, pero no os penséis que tiene la misma composición que si fuera a dictarse una pena de muerte, por cierto, que aquí no hay un Jurado (menos mal) para darle unos aires progres y democráticos, esto queda entre una cuadrilla que bien pudiera asimilarse a la Camorra y veremos progresar en sus veleros y cochazos.

    Quedan en el vacío legislativo las posibles responsabilidades por negligencia o error (pongamos por caso, matar al paciente de la cama de al lado por una confusión). No se contempla un arrepentimiento de última hora, qué se debe hacer en caso de que el mismo se dé entre la agonía y si el fármaco letal debe ser reversible o conseguirse su anulación en esas circunstancias, la posibilidad de recurso por parte de conocedores de alguna causa que invalide o vicie el consentimiento (que además será secreto) u otras cosas más técnicas como el punto en que puede aplicarse o no durante una intervención quirúrgica que se complique. Tampoco aparece el recurso a familiares, amigos u otras personas que pudieran mejorar el estado anímico del paciente y disuadirle de sus deseos de morir, ni los recursos que los mismos centros hospitalarios pueden buscar para este efecto. En muchos casos bastaría administrar un simple antidepresivo o enviar a una enfermera con empatía y simpática, transmitir una buena noticia…

    Los médicos pueden ser objetores, sí. Pero ¿Y el ministro de Sanidad, por ejemplo? ¿Y los consejeros del mismo cometido en las CCAA, los alcaldes, concejales y demás? NO. Tampoco se contempla que objeten los funcionarios públicos a quienes corresponda la administración de todo este acto, de naturaleza administrativa según contempla esta «ley» (normativa pelada y coja, como hemos visto.)

    Concluyo que no sólo nos imponen la eutanasia sino que además escriben unos pretextos jurídicos con coladeros y lagunas para que todo tenga cabida, que han dejado este proyecto en manos de los más torpes legisladores que han podido alcanzar para que no funcione, para que no haya otra ley que lo regule verdaderamente y para que no se puedan depurar responsabilidades en un terreno que muy fácilmente alcanza lo criminal. Alucino cuando un diputado nefasto decía que esta ley «es de lo más garantista» (creo que no se la había leído), incluso «excesivamente garantista». Sólo puedo suponer que es partidario de la ruleta rusa y poco más.

  9. Chica

    Esto es una de las cosas que me gusta a Vox, algunas cosas me gustan, otras no, pero me gusta que defiende el derecho a la vida. Da miedo esa ley, en vez de mejorar la sanidad, ayudas a la dependencia, ayudas y tratamientos modernos para las personas con discapacidad o la gente mayor, quiere aprobar esa ley.

  10. Chica

    Los médicos en la sanidad publica a quien manda a especialista, deciden a quien opera o no, deciden si te dan tratamiento o no, ahora en Madrid 34% de los ciudadanos tiene seguro médico privado (yo también por necesidad, no por ser rica) y ahora quiere aprobar esa ley.
    Vox es nuestra salvación. Abascal es nuestro pastor.

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