1. Luis Carlos

   En una de las novelas de Harry Potter hay una cita «si quieres saber cómo realmente es un hombre, fíjate cómo trata a sus inferiores». A esto yo añado lo que he dicho ya varias veces: «si quieres saber si alguien defiende la libertad o es otro tirano con piel de cordero, debes fijarte en cómo reacciona cuando alguien le lleva la contraria». Y muchos en su ciega arrogancia se creen que el fanatismo es algo de gente religiosa, y por tanto su ateísmo o agnosticismo les vacuna, le inmuniza de convertirse en semejante monstruos cuando la Historia ha dado buenos ejemplos de lo contrario. Como dijo madam Roland poco antes de ser guillotinada «¡OH LIBERTAD, CUÁNTOS CRÍMENES EN TU NOMBRE!». Han usado el pasado para restregarnoslo en la cara hasta que nos hemos dado cuenta que han usado la culpa y la vergüenza para manipularnos emocionalmente mientras se ha ocultado escandalósamente que ellos tienen mucho de lo que arrepentirse.

   Se han puesto en evidencia de que han olvidado de que sin el respeto a la dignidad humana, la base de nuestros derechos, la lucha contra la opresión es una hipócrita farsa, porque el que se rebela contra la autoridad una vez en el poder se puede convertir en un nuevo tirano, a veces peor que el anterior.

   No se puede defender la libertad y al mismo tiempo reclamar que el estado sea el hada madrina que resuelva todos tus problemas gracias a sus superpoderes, que su solución sea nuevas leyes, normativas y regulaciones, y más poder de control por parte del estado porque no confía en que el ciudadano libre por su propia voluntad actúe de forma responsable y honesta cuando le expliques el porqué y así tomar conciencia.

   El verdadero intelectual librepensador no presume de lo listo que él, porque no necesita sentirse superior a nadie, sino al revés, las gente más inteligente se da cuenta de la facilidad para meter la pata al menor descuido, y prefiere mostrar y compartir sus conocimientos, aunque a veces esto le hace quedar como un pedante repelente. Disfruta de los debates como un desafío para su intelecto, una oportunidad de mostrar sus conocimientos, y si el otro está dispuesto a escuchar, se toma la molestia de explicar con datos y argumentos el porqué de su punto de vista, y a ser posible, lanzar a modo de desafío preguntas incómodas que hagan reflexionar y provocar dudas. En cambio la persona tóxica trata de forzar a los demás a que le den la razón y seguirle la corriente a base de pisotear, humillar, maltratar psicológicamente, como una forma de castigo, al pobre que ose discrepar. No se dan cuenta que si le faltan el respeto el otro ya no confiará ni querrá seguir escuchando.

   Con la excusa de salvarnos de las garras del capitalismo salvaje nos quieren engañar con un falso remedio que es aún peor que la enfermedad, porque su receta es que la economía esté monopolizada por una sinarquía, una élite, de burócratas y altos cargos, que no tienen que preocuparse en ser competentes porque ninguna marca rival les va a quitar clientes, ni en sufrir en sus propias carnes las consecuencias de sus actos porque somos los demás los que pagaremos por los platos rotos.

   Se acabó el falso dilema de o contra Franco o contra la libertad, la democracia y el progreso. Franco fue un dictador, pero eso no convierte en los buenos de la película a los torturadores de las chekas ni a los comecuras que quemaban conventos y pretendían el mayor genocidio anticatólico del siglo XX, que nos dió el triste récord de santos mártires del siglo XX.

   El PSOE y Podemos están dando perfecto ejemplo de lo que es un jefe tóxico, lo opuesto al verdadero liderazgo. Se comportan como unos psicópatas sin escrúpulos y encima su comportamiento es para acabar en los tribunales de justicia por negligencia criminal u homicidio por imprudencia grave. Y eso sin hablar de las sospechas de que los tribunales de justicia americanos quieren interrogarles por sus posibles vínculos con el narcotráfico, a los principales cargos de los dos partidos, incluyendo a Pablo Iglesias e incluso Rodriguez Zapatero (y alguno podría sospechar que Falconetti también está en el ajo).

   19:04 | 6/05/20

2. Luna

   Extraña manera la de estos comunistas de romper el negacionismo que han mantenido siempre: Usar la ideología como amenaza. ¿Qué puede tener de deseable o bueno para «el pueblo» una Unión Soviética perpetrada para fastidiar a Abascal?. Más allá de la perversión, de la locura o la estupidez necesarias para formular una amenaza así queda una maldad enfermiza.

   Para escribir un twit así es necesario enterrar primero la justicia, la razón, la verdad y las más legítimas aspiraciones. Igual es requisito dejar de ser humano para enviarlo.

   10:40 | 7/05/20

3. Juan Ramón

   Estas actitudes no sorprenden y suelen quedar impunes mientras sea en ese sentido. En el contrario, y por menos, las condenarían inmediatamente en las televisiones y demás medios con tremendo odio. Actuando entonces los juzgados.

   Es el resultado de la particular ingeniería social en el que, durante décadas, se ha impuesto un pensamiento «adecuado». Inmoral y antidemocrático, pero adecuado para unos fines destructivos.
   Y se habla sin problemas de conquistar la calle e ir a matar fachas. Necesidad de activistas… Siendo los enemigos, todo bicho viviente que disienta, como «fascistas» o «fachas» pues también hay que dotar de nombre, para que sea más tangible, a cualquier y distinto enemigo…

   11:42 | 7/05/20

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