Miembros de Vox son amenazados por matones de ultraizquierda en San Sebastián

¿Por qué denominan «antifascistas» a estos matones si en realidad son antidemócratas?

Lun 22·6·2020 · 7:07 6

Ayer tuvimos un nuevo ejemplo de lo que la ultraizquierda entiende por democracia, pero también de las malas costumbres de muchos medios al aludir a esos totalitarios.

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Miembros de Vox son amenazados por matones de ultraizquierda en San Sebastián

Este domingo, el diputado Javier Ortega Smith, la cabeza de lista de Vox por Guipúzcoa María Pérez y varios miembros de ese partido fueron insultados y amenazados por matones de extrema izquierda en San Sebastián. La Policía autónoma vasca tuvo que establecer un cordón alrededor de los miembros de Vox para evitar que los totalitarios agrediesen a los miembros del partido constitucionalista. Podéis ver aquí el vídeo de ese acto de acoso publicado por la agencia Europa Press:

Lamentablemente, imágenes así no son nuevas en las provincias vascas. Vox ya ha sufrido otros acosos similares en esa región española: ya ocurrió lo mismo en las elecciones generales de abril y de noviembre del año pasado. Y antes incluso de la fundación de Vox, miembros del Partido Popular han sufrido ese mismo acoso en dicha comunidad, cuando no directamente los tiros en la nuca a manos de los etarras.

«Antifascistas»: una forma de presentar a los acosadores como los buenos

Lo novedoso no es este matonismo de la extrema izquierda, ya sea en su versión separatista o en la internacionalista (a menudo se apoyan entre sí). Lo novedoso es que los medios presenten a esos matones batasunos presentándolos como "antifascistas", con lo que dan a entender que los acosados son fascistas, lo que a los ojos de gran parte de la opinión pública se traduce en una aberrante inversión de papeles: los acosados son presentados como los malos y los acosadores como los buenos, cuando en realidad la extrema izquierda se comporta como tantas veces lo hicieron los matones nazis y fascistas, acosando, amenazando y agrediendo a los discrepantes, algo que nunca ha hecho Vox, que es un partido democrático y que defiende el orden constitucional.

Como podemos ver, en el vídeo de Europa Press, en su noticia sobre ese acoso y en las noticias publicadas por la agencia Efe, El Mundo, Abc, 20 Minutos, La Sexta y El Español se refieren a los agresores como "antifascistas". En algunos casos el titular se deberá al mero hecho de copiar y pegar lo que llega de agencias. En otros, la elección de ese término responderá a la mera inercia: son ya muchos años usando esa palabra para calificar a los ultraizquierdistas. Sea por la razón que sea, el insistente uso de ese término genera una gran confusión.

¿Qué pasaría si acosadores fascistas fuesen presentados como «anticomunistas»?

En este mismo blog me he referido algunas veces a esos matones como "Antifa", un nombre que al menos reduce e incluso anula la carga semántica del término "antifascista", de igual forma que la abreviatura "nazi", que en buena parte habría surgido por mera economía del lenguaje, ayudó a la izquierda a disimular el hecho de que Hitler y sus seguidores se hacían llamar a sí mismos como "socialistas". Y es que las palabras no son irrelevantes, y el uso que les damos tiene una gran importancia, pues ayudan a transmitir ideas y a definir nuestra percepción de la realidad.

Pongamos un ejemplo teórico: imaginemos que un grupo fascista acosase y agrediese a un grupo de centro-izquierda. ¿Qué dirían algunos si los medios presentasen a los agresores como "anticomunistas"? Se estaría transmitiendo la idea de que, en realidad, lo único que hacían esos violentos era rechazar a los partidarios de una ideología totalitaria y criminal, aunque en realidad los agredidos no fuesen comunistas. Pues eso mismo es lo que se lleva haciendo con muchísima insistencia con el mal llamado "antifascismo", contribuyendo a la indefensión de las víctimas de esos matones. Si lo justo es llamar "fascista" y no "anticomunista" a un matón de esa ideología, ¿por qué no se llama "comunistas", "anarquistas" o "ultraizquierdistas" a los mal llamados "antifascistas"? Ya va siendo hora de dejar de ocultar la ideología de esos matones bajo el disfraz del "antifascismo".

No son «antifascistas»: son antidemócratas que no toleran la discrepancia

Como venimos viendo desde hace ya décadas, se está llamando "antifascistas" a unos fanáticos que no toleran que nadie les lleve la contraria y que tachan de "fascista" a cualquier persona de centro-derecha, e incluso a personas sin ningún posicionamiento ideológico pero que se limitan a discrepar de la izquierda en cualquier tema. Recordemos que entre sus víctimas hay personas del centro-izquierda: ya en la década de 1930 los comunistas alemanes llamaron "social-fascistas" a los socialdemócratas, y lo hicieron siguiendo consignas del dictador y genocida Stalin, facilitando así el ascenso del nacional-socialismo, como ya expliqué aquí.

Hay que dejarlo claro: alguien que ama de verdad la libertad y la democracia debería sentir repulsa tanto por el fascismo como por el comunismo, y no sólo por uno de ellos, pues los dos son ideologías totalitarias empeñadas en acabar con la democracia. En este sentido, la extrema izquierda, y concretamente el comunismo, no es "antifascista": es antidemócrata y se comporta como tal. Tenemos que acostumbrarnos a llamar a cada uno por el término que le corresponde, pues sólo así se logrará desenmascarar de verdad a esas bandas de totalitarios.

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Comentarios:

  1. Russell

    Hasta el Libertad Digital con la maldita etiqueta

  2. Luna

    No se pueden equiparar los términos «antifsacista» y «anticopmunista» porque saltan todos los filtros de la censura que llaman «corrección política. Todo está programado -con unos troyanos por enmedio- para que el protocolo de acceso siga conceptos como «pluralidad», «libertad de expresión», «tolerancia» (y eso que hablamos de anti-)y «compromiso con la sociedad» en un sentido; pero en el otro hay un sólo algoritmo cuyo resultado es siempre «fascista, ultraderecha, no».

    Pues bueno, y a todo esto… ¿Qué rábanos es la «ultraderecha»? Aunque parezca mentira, una gente que nadie ha visto por ninguna parte, con esvásticas tatuadas y pelo corto, arreando a todo lo que pilla con un bate de béisbol… No sé, la próxima vez que vea una entifada de okupas o una algarabía tirando estatuas me fijaré bien, a ver si entre esa multitud cascante hay alguno con cruces gamadas, porque no los ví en las «noches de Barcelona», entre las hogueras.

    ¿Y la «ultraderecha»?, ¿qué me dicen de la «ultraderecha»?. En la actualidad parece ser el tercer partido más votado, que ejerce una oposición legítima pese al desprecio continuado de un Gobierno que se empeña en trasgredir todo lo legal y ha olvidado por completo que tengamos una Constitución. Uno de sus líderes necesita ser escoltado por la Ertzaiza en este vídeo por cometer el crimen imperdonable ¿y fascista? de dar un paseo por una ciudad. Casi parece un cargo de conciencia que pueda hacerlo en libertad, por lo visto. Pues bueno, digan lo que quieran, pero añadan al menos por qué el PP no es ultraderecha y Vox sí. O por qué Ciudadanos ha dejado de serlo y no le llaman ahora ni derecha ni izquierda, sólo por teléfono y cuando hace falta un pacto traicionero.

    Sería un pesado que siempre sale con lo mismo si volviera a comentar que en este escrache no importa para nada la distancia social y la miraban con lupa en las cencerradas por la mala gestión del estado de alarma, pero es que soy lo que soy y por eso lo repito. A veces parece que los rojos no sean contagiosos.

  3. Sharovarov

    Yo no he visto la palabra «antifascistas» en LD. Habrán rectificado, me imagino.

  4. Sí, en LD han rectificado el titular. Lo quito de la lista de medios que he indicado en la entrada.

  5. Luis Carlos

    San Mateo 7, 15-20

    «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los reconoceréis».

    «Quien con monstruos lucha que se cuide de convertirse a su vez en monstruo»

    Nietzsche

    Se ha abusado tanto de la falacia del falso punto medio, de tachar de radical extremista o fanático intransigente a quien no acepte determinados planteamientos, que ahora nos tomamos a guasa la etiqueta de facha, pero si todavía siguen recurriendo a ella, es porque saben que funciona lo suficiente.

    Estos maestros de la demagogia han conseguido engañar a muchos manipulando emocionalmente mediante el miedo, el rencor, la envidia, el deseo, el orgullo, la culpa y la vergüenza. Quieren explicaciones sencillas, y para ellos el marxismo es el bueno de la peli porque gracias a ellos llegó la revolución sexual de los 60 que facilitó las relaciones extramatrimoniales, y siguen soñando de que el obrero recuperará la dignidad perdida durante la revolución industrial, cuando pasó a ser visto como una simple pieza de maquinaria, mediante los ajustes de cuentas contra la burguesía capitalista. No sólo han sido engañados, sino que además de dejarse, también se empeñan en engañarse a si mismos. Le tienen tanto miedo a la «ultraderecha» y a la humillación de reconocer que están equivocados que siguen apoyando incondicionalmente a una panda de canallas que pretenden instaurar un régimen narcodictatorial que a su lado la España franquista iba a parecer un paraíso.

    Han olvidado el respeto a la dignidad humana, la base de nuestros derechos como personas, y por tanto van hacia el lado oscuro de la fuerza, en la clase de monstruos fanáticos que dicen combatir. Sin el respeto a la dignidad humana el que se rebela contra la autoridad una vez con poder se puede convertir en un nuevo tirano, a veces peor que el anterior.

    ¿Quién es el facista? El que espera que el Estado sea el hada madrina que lo resuelva todo gracias a sus superpoderes, el que espera que todo se solucione a base de más control, regulaciones, normativas y leyes, porque no confía en que el ciudadano libre, una vez concienciado y educado en los verdaderos valores morales actúe de forma honesta y responsable. Facista es el que en vez de explicar con datos el porqué de su postura, tener preparada la respuesta a un argumento que ya había anticipado que iba a ser mencionado, y lanza preguntas incómodas que hagan pensar y provocar dudas, se dedica a intentar pisotear, humillar, maltratar psicológicamente al pobre que ose llevarle la contraria para forzar a los demás a que le den la razón y le sigan la corriente. Con su grosería creen que imponen autoridad, pero sólo ponen en evidencia su vulgaridad y mediocridad.

    Su concepto de libertad es que ellos pueden hacer lo que les de la gana y los demás tenemos que hacer lo que ellos nos dicten.

  6. wladimir

    definitivamente no son antifascistas…en realidad son antidemocratas,tal y como son sus colegas politicamente correctos del progresismo-socialista-globalista ANTIFA…

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