Cinco efectos que puede tener el desastre de Afganistán para los países de Occidente

Elentir EN Mar 17·8·2021 · 7:10 6

Afganistán está muy lejos. Sus asuntos no nos deberían preocupar. Éstas son algunas impresiones que pueden estar teniendo ahora muchos en Occidente.

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Antes bien, deberíamos estar muy preocupados por el desastre provocado en Afganistán por la pésima decisión de Joe Biden de ignorar los avisos de inteligencia que alertaban de este posible final. Los países occidentales se podrían ver afectados por lo ocurrido en Afganistán en al menos cinco frentes:

1. Terrorismo

Durante el anterior mandato talibán, Afganistán se convirtió en un santuario para el terrorismo islamista y concretamente para Al Qaeda, la organizadora de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en los que fueron asesinadas miles de personas en Estados Unidos. El regreso de los talibanes al poder en Afganistán ha sido celebrado por grupos terroristas como Hamás y Al Qaeda, y también por el régimen iraní, uno de los principales promotores internacionales del terrorismo yihadista. La situación afgana puede dar nuevas oportunidades al terrorismo islamista para organizarse, recibir apoyo financiero y logístico y adiestrar a sus miembros, y esos terroristas no tardarán en actuar en Occidente como ya lo hicieron hace dos décadas y como lo vino haciendo el ISIS en fechas más recientes aprovechando la retirada occidental de Irak.

2. Narcotráfico

Afganistán es el principal productor mundial de opio -produce el 84% del total mundial-, y ahora mismo su cultivo ya se había incrementado considerablemente. Esos cultivos ya venían suponiendo una gran fuente de ingresos para los talibanes en las zonas del país que estaba bajo su control. Con el opio se produce la heroína, y esta droga tiene Europa como principal destino, como alertó la ONU en mayo.

3. Inmigración

El regreso de los talibanes al poder ha animado a muchos afganos a huir de su país. Todo indica que se avecina una enorme ola de refugiados. Los países que se verán más afectados serán los vecinos, especialmente Irán y Pakistán, pero esa ola migratoria no tardará en llegar a las puertas de Europa como ya ocurrió antes. Algunos están proponiendo reducir los requisitos de entrada para esos refugiados e incluso abrirles nuestras fronteras, pero en un momento de auge del terrorismo yihadista y del narcotráfico sería una pésima idea abrir las puertas a todo el que quiera entrar, pues entre los que llegan se pueden colar terroristas y otros delincuentes, como también ocurrió antes.

4. Inseguridad

Un posible auge del terrorismo y del narcotráfico podría tener como efecto mediato una creciente inseguridad de nuestras calles. Además, el auge del terrorismo puede afectar a las rutas marítimas, especialmente a las que pasan por el Golfo Pérsico, por el Canal de Suez y por las proximidades del Cuerno de África, que es una parte considerable del trasporte mundial. Recordemos, además, los efectos que ya tuvo la ola terrorista de la década de 1970 y los atentados del 11-S en el transporte aéreo. Uno de los retos que va a tener Occidente es combatir esa creciente inseguridad sin tener la posibilidad de intervenir en uno de los principales focos de la misma.

5. China

China es una potencia emergente que ya está disputando a Estados Unidos su posición de primera potencia mundial. La pandemia que estamos viviendo, que surgió precisamente del país asiático, ha favorecido enormemente la economía china. Esa dictadura comunista mantiene relaciones amistosas con los talibanes, que incluso se han desentendido del genocidio chino contra el pueblo uigur para no molestar a sus aliados comunistas. El interés de China en su vecino occidental es evidente: Afganistán posee importantes yacimientos de litio, cobre, hierro, oro, niobio y cobalto, además de reservas de uranio, petróleo y gas natural. Hasta ahora, la inestabilidad del país y el hecho de estar parcialmente controlado por los talibanes impedía al gobierno afgano explotar a fondo esa enorme riqueza. China podría sacar una gran tajada con su explotación, lo que contribuiría a reforzar su condición de potencia. Si a eso sumamos que actualmente muchos países de África, Asia y América e incluso algunos de Europa tienen importantes deudas con China -que se dedicó a comprar deuda externa de forma masiva aprovechando la anterior crisis económica-, el gigante asiático puede acabar controlando buena parte del mundo desde el punto de vista económico, político y diplomático. Que una dictadura comunista adquiera ese importante papel nos puede conducir a una nueva Guerra Fría.

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Foto: AP/Zabi Karimi. Talibanes en el palacio presidencial de Kabul tras hacerse con el control de la ciudad el 15 de agosto de 2021.