La ministra comunista no ha dedicado ni un tuiteo a criticar a los talibanes

Irene Montero critica la labor de los militares en Afganistán: esto hizo ella por los afganos

Durante los casi 20 años que ha durado la intervención en Afganistán, 100 españoles perdieron sus vidas en esa misión militar lejos de sus hogares.

El 'feminismo' de la ultraizquierda española: así quiso abandonar a las mujeres afganas
El infame blanqueamiento de los talibanes por parte de la ultraizquierda occidental

Las cifras que plasman la gran labor de nuestros militares en Afganistán

Según datos publicados por el Ministerio de Defensa, a lo largo de estas dos décadas 27.100 militares españoles han pasado por Afganistán, que llevaron a cabo 28.000 patrullas y 1.400 misiones de desactivación de explosivos, proporcionando así seguridad al pueblo afgano y salvando muchas vidas que podrían haber sido destrozadas por minas terrestres y artefactos explosivos improvisados (IED). Además, en el hospital instalado por la Unidad Médica de Apoyo al Despliegue (UMAD) del Ejército del Aire fueron atendidos 10.800 civiles afganos y 1.800 miembros de la coalición internacional, y se practicaron 139 intervenciones quirúrgicas, salvando así aún más vidas.

Esas cifras son sólo un resumen que no pueden plasmar un montón de sacrificios personales y de largos meses lejos de sus familias, en una de las zonas de operaciones más hostiles que han afrontado nuestras Fuerzas Armadas en décadas de misiones en el exterior. Sólo nuestros militares, guardias civiles y policías que estuvieron allí, así como sus familias, conocen bien todo lo que ha supuesto para ellos esta misión, sobre todo las secuelas que les ha dejado esa dura experiencia. Como español, y desde estas páginas, lo mínimo que puedo expresarles es mi orgullo y mi gratitud por la labor que han hecho, y me gustaría que eso mismo es lo que recibiesen de los miembros gobierno de España, pero está visto que esto es mucho pedir con un gobierno como éste.

Irene Montero se lanza a echar basura contra la intervención militar en Afganistán

En las últimas horas, y después de tirarse días sin decir ni pío sobre lo que estaba pasando en Afganistán, la ministra de Igualdad, la comunista Irene Montero, ha hecho una breve pausa en sus vacaciones para publicar un hilo de Twitter en el que se lanza a criticar la intervención militar en Afganistán. En él, la ministra afirma: "Las mujeres afganas llevan décadas viendo sus derechos fundamentales vulnerados, una violación de Derechos Humanos que ahora se ve duramente agravada. Ninguna intervención militar ha servido para evitarlo". En ese mismo tuiteo enlaza un infame artículo de un medio de extrema izquierda, al que no pienso dar difusión aquí -porque me niego a generarle ingresos a ese panfleto proporcionándole visitas-, echando basura sobre la labor que han hecho nuestros militares y los de otras Naciones en Afganistán.

La situación de las mujeres afganas echa por tierra el discurso victimista de Montero

Obviamente, la situación en Afganistán en estos últimos 20 años está muy lejos de ser tan buena como la que se da en este horrendo infierno machista y heteropatriarcal llamado España, en el que Montero ha tenido la desgracia de nacer. Recordemos que en marzo de 2019, Montero afirmó, refiriéndose al sistema de libre mercado que tenemos en España: "Este sistema económico es incompatible con la vida". Y es que para comunistas como Irene Montero, donde se vive divinamente es en paraísos socialistas como Cuba y Venezuela. Lo que no es capaz de explicar es por qué hay tantas mujeres, entre ellas las afganas, que darían lo que fuese por poder vivir en España. Y donde digo las afganas podría citar también a las iraníes, de las que Montero aún no se ha acordado tal vez por los favores de su pareja a la dictadura islamista de Irán, que somete a las mujeres a unas formas atroces de discriminación.

Tal vez lo que le molesta a la ministra del caso que nos ocupa es que la atroz amenaza que se cierne sobre las mujeres afganas deja en ridículo los discursos victimistas del feminismo izquierdista en España, unos discursos que intentan convencer a las mujeres españolas que están tan oprimidas, discriminadas y maltratadas como si viviesen en un país musulmán. Basta con que surja un caso tan evidente como el de Afganistán para que el cuento del feminismo progre se vaya al garete. Por eso hay que poner a los militares occidentales como los malos, sin decir ni pío sobre los talibanes, ¿no, ministra?

Está en peligro otro de los cuentos de la izquierda: el multiculturalismo

Lo que no dice Irene Montero es que en estos 20 años la intervención militar contribuyó a crear muchas oportunidades para las mujeres en Afganistán, permitiendo la escolarización de niñas y chicas, abriéndoles las puertas a ámbitos profesionales que tenían vetados y otorgándoles derechos que antes, con los talibanes, no tenían ni por asomo. Por supuesto, la situación de las mujeres allí está muy lejos de ser la ideal, pero eso se debe a la cultura islámica, que es el mismo motivo por el que las mujeres sufren una gran discriminación en la práctica totalidad de los países de mayoría islámica. Pero si Montero criticase eso, se iría al garete otro de los cuentos de la izquierda: el multiculturalismo, según el cual todas las culturas son iguales y equiparables, tanto la cristiana occidental como la musulmana, algo que la terca realidad no se cansa de desmentir.

A pesar de que su sectarismo ideológico parece no tener límites, Montero podría tener el mínimo detalle de lamentar el final de esa etapa de dos décadas y la amenaza que suponen los talibanes para las mujeres, pero no ha dedicado ni una crítica a esos fanáticos islamistas. Ni una. ¿Será porque sus colegas iraníes están encantados con el nuevo régimen islamista de Afganistán y Montero no quiere contrariarles, no vayan a tacharla de imperialista proyanqui?

Hasta hace dos días Montero no publicó ni un mísero tuiteo sobre Afganistán

Por lo demás, ya que a Irene Montero le parece tan mal la labor que han hecho nuestros militares en Afganistán, ¿nos puede explicar qué ha hecho ella por el pueblo afgano? Recordemos que la ministra comunista nació el 13 de febrero de 1988. Así pues, cuando los primeros militares españoles llegaron a Afganistán, Montero era una niña de 12 años. A los 16 se afilió a las Juventudes Comunistas, una organización totalitaria que en 2010 pedía la retirada de las tropas españolas de Afganistán, tal vez para ponérselo aún más fácil a los talibanes. Con todo, la suerte de los afganos -y en especial de las mujeres afganas- no parece haberle quitado el sueño a la ministra. He sido incapaz de encontrar alguna declaración suya sobre Afganistán hasta hace dos días. Esto es lo que pasa cuando buscar en su perfil de Twitter alguna mención a ese país:

Ni siquiera aparece nada poniendo el nombre de Afganistán en inglés:

Hasta anteayer, Montero no había escrito tampoco ningún mensaje mencionando a los afganos en general ni a las afganas en particular. Por lo visto, le importan lo mismo que las mujeres iraníes. Eso sí, esta niña pija que es incapaz de interrumpir sus vacaciones para escribir siquiera un mísero tuiteo de reconocimiento a la labor de nuestras Fuerzas Armadas, aún tiene la tremenda cara de ponerse a criticar a los militares que han asumido todo tipo de sacrificios e incluso han perdido la vida por ayudar a los afganos de los que ella ha pasado olímpicamente.

Alguien así no merece ser ministra de España. Su sueldazo y el dineral que cuesta su ministerio -451 millones de euros de presupuesto sólo este año- estaría mucho mejor empleado dotando a nuestros militares de más medios para misiones como la de Afganistán, o al menos compensando a las familias de los militares caídos en esa misión. Y si nos ponemos encontraremos, sin mucho esfuerzo, miles de cosas más útiles y más justas en las que poner ese dineral antes que en manos de una niñata desagradecida que odia a su propio país y que cree que sus militares no se merecen ni las gracias.

---

Foto: Efe.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Luna

    En el mensaje «“Las mujeres afganas llevan décadas viendo sus derechos fundamentales vulnerados, una violación de Derechos Humanos que ahora se ve duramente agravada.» reconoce implícitamente su culpa por no haber denunciado esta violación de derechos durante las décadas en que se ha estado dando. Es evidente.

    Hasta ahora no convenía decir nada y no lo ha hecho porque en el fondo no le preocupaban estos problemas «ajenos». Es ahora que le conviene una imagen gratuita de cara a la galería y se erige como abanderada de la causa para ver de chupar un poco de popularidad y de hacerse la estupenda, el típico populismo oportunista de roja facilona que no soluciona nada ni en este país ni en aquél. Que siga con su caviar y su pijerío de influencer porque no sirve para nada más, ni ha hecho nada más, ni es capaz de hacerlo. Adorno, florero y ocupación de un puesto en donde otra mujer sí podría demostrar para qué son perfectamente válidas. Y es que en España lo que no funciona es el feminismo, las mujeres funcionan bien (con algunas excepciones como esta, claro).

  2. Ginés Ladrón de Guevara

    Que este ser malévolo esté al frente de un ministerio es una espantosa vergüenza para España y para cualquier persona decente, pero es de gran ayuda para que la gente se dé cuenta de las infinitas vileza y ruindad del socialismo. Cada vez que abre la boca, consigue alejar más al socialismo del alma de la sociedad.

  3. Alejandro

    Lamentable.
    Esta sinvergüenza es ministra, gracias a su relación sentimental con el coletas.
    No se ha ganado el sueldo ni un solo día.
    Por supuesto, no va a twitterar nada en contra de los talibanes, porque cortan gargantas y son enemigos de occidente.
    A esta inútil había que enviarla a Afganistán, con billete de ida, para que empatice con los talibanes. Y así les adoctrina sobre violencia machista, ideología de género y marxismo.

  4. James G. Skinnner

    Creo que los anteriores comentarios a tu nota lo dice todo. Un sabio dijo una vez que se puede ser tonto/a o sinvergüenza pero un/a sinvergüenza tonto/a no tiene sitio en ninguna parte.

  5. Lugareño

    Ponte el burka de una vez, leñe, Irena Mantero. Mira que te haces rogar, ¿eh?

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.