En ambos casos, una minoría impuso su lengua a la mayoría de la población

Las similitudes entre el régimen lingüístico del Apartheid de Sudáfrica y el de Cataluña

Hoy en día, la palabra "Apartheid" (que significa "separación", en afrikáans) tiene unas nefastas connotaciones que implican discriminación e intolerancia.

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Un gobierno que ganó con menos votos porque valían más los del ámbito rural

El Apartheid fue un régimen de segregación racial impuesto entre 1948 y 1991 por el gobierno de Sudáfrica, que durante todo ese tiempo estuvo en manos de un solo partido: el Nasionale Party (Partido Nacional), una formación nacionalista afrikaner (nombre que recibe la población sudafricana de origen holandés). Curiosamente, ese partido llegó al poder habiendo tenido muchos menos votos que su principal oponente, el United Party (probritánico), gracias a un sistema electoral que asignaba más representación a las zonas rurales que a las urbanas (lo que ocurre, por ejemplo, en Cataluña, donde un voto vale más en Lérida y Gerona que en Barcelona y Tarragona).

El aislacionismo lingüístico promovido por el nacionalismo afrikaner

Fue así como un partido nacionalista mayoritario en el rural se hizo con el poder en el país e impuso ese régimen de segregación racial. Además de las normas que discriminaban a la población por su raza, el Nasionale Party apostó por una línea aislacionista en materia lingüística. Para que nos hagamos una idea, el gobierno nacionalista sudafricano no permitió la introducción de la televisión en el país hasta 1976 porque la consideraba una amenaza para el afrikáans, la lengua derivada del neerlandés hablada por la población blanca afrikaner.

Otro aspecto de la política aislacionista del Nasionale Party fue el lingüístico. El inglés no sólo era la lengua materna de la población blanca de origen británico, sino que también era la lengua más demandada en la enseñanza por la población negra, que tenía nueve idiomas nativos distintos y que veía en el inglés una forma de conseguir más oportunidades laborales, incluso en el extranjero. Además, la población negra asociaba el afrikáans con el Apartheid, ya que era la lengua hablada por la población blanca que había impuesto la segregación.

La población blanca afrikaner tenía al idioma afrikáans como un símbolo de su identidad nacional e incluso de conciencia de clase marginada (hasta mediados del siglo XX, los afrikaners, mayoritarios en el mundo rural, tenían unos ingresos medios inferiores a los sudafricanos blancos de origen británico, mayoritarios en las ciudades). Desde su oficialización y separación del neerlandés en 1925, el afrikáans se había convertido en una lengua singular y limitada a un solo país. Su posible desaparición se convirtió en un acicate nacionalista para la minoría afrikaner. Es el mismo acicate que usa el nacionalismo en Cataluña, recurriendo al pretexto de la posible desaparición de la lengua catalana como excusa para lesionar derechos individuales.

Los afrikaners también marginaron a los blancos que hablaban en inglés

En "Multilingualism, Afrikaans and normative political theory" (2006), el profesor Pieter Duvenage, del Departamento de Filosofía de la Nelson Mandela Metropolitan University, explicaba: "la élite nacionalista afrikaner (movilizada por el Partido Nacional) se propuso construir sistemáticamente un estado nacionalista separando a los afrikaners de los sudafricanos blancos de habla inglesa, los grupos étnicos negros y los hablantes de afrikáans de color". Es decir, que la lengua no sólo se utilizó como un elemento para reforzar la segregación racial, sino también para marginar a los blancos de lengua inglesa.

La política lingüística del Nasionale Party incluyó una fuerte promoción del afrikáans en las instituciones públicas, la industria editorial, la enseñanza, el ámbito científico y los medios de comunicación. Al cabo de unas décadas, los afrikaners pasaron de ser "pobres blancos" -como se veían a sí mismos- a ser la élite política, económica y cultural del país.

Una minoría empeñada en imponer su lengua a la mayoría de la población

En 1974, el gobierno nacionalista sudafricano dio un paso más en esa política de aislacionismo lingüístico: el Afrikaans Medium Decree (Decreto Medio de Afrikáans). El objetivo no declarado pero más que evidente de este decreto era desplazar al inglés como lengua mayoritaria de Sudáfrica en favor del afrikáans. En resumidas cuentas: un proyecto de ingeniería social para sustituir a una lengua por otra contra la voluntad de la población. En "The Afrikaans Medium Decree" (2019), el historiador británico Alistair Boddy-Evans, experto en historia africana, recordaba cuál fue el régimen lingüístico de ese decreto: "el inglés y el afrikáans se utilizarán como medios de instrucción en nuestras escuelas en un 50-50".

Algunos pensarán que era una decisión salomónica y justa. Nada más lejos. El decreto tenía un truco para privilegiar el afrikáans: se harían en inglés las clases de ciencias y las asignaturas más prácticas (las que tienen menos texto y dan menos opciones de adquirir un vocabulario amplio), y se reservaban para el afrikáans las matemáticas, aritmética y ciencias sociales. Así mismo, la religión, música y educación física se impartirían en la lengua materna del alumno, algo que en la práctica sólo se aplicaba a los blancos. Se trata de un modelo parecido al "trilingüismo" que aplica el PP en Galicia, que reserva para la lengua gallega las asignaturas con más texto.

La inmersión obligatoria en Cataluña es un modelo aún más excluyente

Como podemos ver, el modelo de inmersión obligatoria en Cataluña es aún más intolerante y excluyente que el del Apartheid, ya que el gobierno catalán no admite siquiera un 25% de horas lectivas en español: quiere una enseñanza monolingüe en catalán, a pesar de que en Cataluña la mayoría de la población es hispanohablante. En Sudáfrica el afrikáans también era la lengua de una minoría, y su imposición en las escuelas, aunque fuese al 50%, provocó un estallido social.

La violenta respuesta afrikaner a las protestas contra el decreto del afrikáans

El 16 de junio de 1976, en Soweto, una zona residencial negra al suroeste de Johannesburgo, cientos de niños y adolescentes negros se manifestaron contra la imposición del afrikáns en las escuelas y fueron tiroteados por la policía sudafricana, una masacre que dejó 58 muertos y 788 heridos y que provocó un escándalo internacional. Igual que está ocurriendo ahora en Cataluña, la fanática élite nacionalista no tuvo reparos en utilizar la violencia contra niños para impedir que se discrepase de una intolerable imposición lingüística.

Mandela promovió una nueva Constitución que estableció la libertad lingüística

En abril de 1994 se convocaron en Sudáfrica las primeras elecciones en las que la población negra tuvo derecho de voto. Fue el final de 46 años de gobierno del Nasionale Party y la caída definitiva del régimen del Apartheid (la segregación racial había sido derogada tres años antes). Ganó por mayoría absoluta el Congreso Nacional Africano. El nuevo presidente, Nelson Mandela, inició la redacción de una nueva Constitución que fue aprobada en diciembre de 1996, cuyo artículo 9 estableció la igualdad para todas las razas.

Además, la nueva Constitución sudafricana, todavía vigente, introdujo en su Artículo 6 nada menos que 11 idiomas oficiales: Sepedi, Sesotho, Setswana, siSwati, Tshivenda, Xitsonga, Afrikáans, Inglés, isiNdebele, isiXhosa e isiZulu. Además, su Artículo 29 afirma: "Cada uno tiene el derecho de recibir la educación en la lengua oficial o las lenguas de su elección". Por si alguien desconoce este dato, es el mismo derecho a la libre elección de lengua que reclama Hablamos Español y que Vox propone en el punto 62 de su programa: "Los padres deben tener derecho a elegir la lengua de escolarización de sus hijos".

El separatismo catalán rechaza esa libertad y apoya la imposición

Paradójicamente, partidos, sindicatos y medios separatistas y de izquierdas llaman "ultraderechistas" a los que defienden en España esa misma libertad lingüística (recordemos que Mandela era comunista, pero eso no le impidió establecer ese derecho homologable con el de otros países democráticos). Se trata, además, de los mismos partidos, sindicatos y medios separatistas y de izquierdas que apoyan en Cataluña un régimen lingüístico aún más intolerante y antidemocrático que el del Apartheid. Los mismos, también, que callan ante el acoso a un niño de 5 años por reclamar ya no un 50%, sino un penoso 25% de horas lectivas en español, el idioma mayoritario de los catalanes.

En términos democráticos, lo que pasa en Cataluña es tan anormal como lo era la Sudáfrica del Apartheid. Ya va siendo hora de derribar esa anormalidad democrática. Si a los fanáticos nacionalistas les parece muy bien la enseñanza monolingüe en catalán, que la elijan para sus hijos y que dejen a los demás decidir en qué idioma quieren escolarizar a sus niños. Esto sería lo propio de una democracia y de una sociedad libre, y no la dictadura lingüística que han impuesto el separatismo y la izquierda en Cataluña.

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Imagen: Pixabay.

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Comentarios:

  1. Borakruo

    Van ustedes por buen camino, porque el problema catalán y el del resto de los separatismos periféricos que beben de él, se explican en una sola palabra: ¡¡¡RACISMO!!!

    Lo que ocurre en Cataluña desde hace muchos años es que hay una parte de la población que son racistas hasta la médula y se creen superiores al resto del Reino. No tienen ustedes más que ver que los grandes negreros de España, han sido en su mayoría catalanes. Y Cuba la perdimos por culpa del racismo catalán, que trataba a los nativos como esclavos.

  2. JuanM

    Aquí, gracias a PSOE, PP y la jerarquía eclesiástica también la han impuesto. Y conjugo bien; la han impuesto.

  3. wladimir

    estoy de acuerdo…

    con que esto… de que Una minoría empeñada en imponer su lengua y su forma de ver las cosas a la mayoría de la población…esta muy mal…

    y encima si uno levanta su voz en desacuerdo con ellos…es objeto de amenazas y agresiones…eso es algo democratico?

    por supuesto que no…por eso hay que defender la unidad de España y su lengua…y evitar la division en la que estan empeñados estas «minorias» que desean imponer su «dictadura» ideologica y linguistica a las grandes mayorias que si quieren estar en
    el estado Español…

  4. Alberto77

    Un alcalde y diputado socialista culpa a los padres de Canet de Mar por querer escolarizar a su hijo también en castellano
    Michel Montaner es alcalde de Chirivella y diputado en las cortes valencianas
    https://www.elcatalan.es/un-alcalde-y-diputado-socialista-culpa-a-los-padres-de-canet-de-mar-por-querer-escolarizar-a-su-hijo-tambien-en-castellano

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