Tal día como hoy, en 1973, falleció J.R.R. Tolkien, mi escritor favorito. En su obra se inspira una serie de Amazon Studios que se ha estrenado hoy.
La serie, titulada "El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder", se ambienta en la Segunda Edad del Sol de la Tierra Media, y tiene como principal protagonista a Galadriel, elfa del clan de los Noldor. Como cabía esperar, gran parte de lo que aparece en la serie sólo está inspirado en la obra de Tolkien, pero no aparece en sus libros. Estamos ante la primera gran producción sobre la obra de Tolkien que no se basa en ninguno de sus libros, sino que coge retazos de algunos para elaborar una historia totalmente inventada y entrelazada, eso sí, con hechos que se cuentan en "El Silmarillion" y en otros libros póstumos del autor británico.
Algo así ya ocurrió parcialmente en la trilogía cinematográfica de "El Hobbit" dirigida por Peter Jackson, en la que el cineasta neozelandés sacó tres películas de un solo libro, añadiendo muchas cosas que no aparecían en él. Así como su trilogía cinematográfica de "El Señor de los Anillos" me gustó mucho, no puedo decir lo mismo sobre las películas "El Hobbit": me defraudaron. Estoy seguro de que muchos espectadores no compartirán esta valoración, pero hay que tener en cuenta que leí la obra de Tolkien cuando era un adolescente, años antes de que Jackson la llevase al cine. Puedo aceptar que se coja la obra de Tolkien y se añadan cosas que él no escribió, mientras se respete el espíritu del original, pero me cuesta encajar que se añadan cosas que Tolkien nunca habría escrito (basta con leer sus cartas para entender el sentido que tenía él sobre su obra).
Hay que decir que la serie de Amazon está cosechando mayoritariamente buenas críticas en los medios, pero esto a mí no me dice nada. Lo que eso puede significar es que estamos ante una serie entretenida y bien hecha cinematográficamente, pero yo espero algo más de una serie basada en la obra de Tolkien. ¿Lo aporta esta serie? Antes de seguir escribiendo, he de advertiros que a continuación daré algunos detalles sobre los dos primeros capítulos de la serie, así que si todavía no los habéis visto, tal vez prefiráis dejar de leer en este punto.
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Hay que decir que la serie empieza de una forma muy parecida a la trilogía cinematográfica de "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson. Hay tomas espectaculares de las Tierras Imperecederas y de los Árboles de los Valar, algo que ya esperábamos por las imágenes que ya se habían adelantado antes del estreno. Lamentablemente, esa parte se me hizo muy corta. Desconozco si va a salir más en sucesivos episodios, a modo de escenas retrospectivas. Ojalá sea así. En lo relativo a las localizaciones, respetan mucho la obra original. Es lo mínimo. En la Tierra Media hay espléndidas vistas de los reinos élficos de Lindon y Eregion y del reino enano de Khazad-dûm. Todo eso me ha gustado.
En cuanto a los personajes, se apartan bastante de la obra de Tolkien. Empezando por Galadriel, lo que se nos muestra en "Los Anillos de Poder" es una elfa que no tiene mucho que ver con la Galadriel que Tolkien describió en "El Señor de los Anillos", que era una mujer alta y majestuosa, muy bien representada por Cate Blanchett en las películas de Peter Jackson. En esta serie, Galadriel es una guerrera a la altura de un operador de los Navy SEALs. En los libros, Galadriel no aparece protagonizando ningún combate como los de esta serie. Además, Amazon se salta el canon literario en muchos aspectos.
En cuanto a los pueblos mostrados, llama la atención la presencia de los hobbits, concretamente de los pelosos, que en los libros no aparecen hasta la Tercera Edad. Pero sobre todo, lo que llama la atención de la presentación de los distintos pueblos es que Amazon no sólo no ha respetado el canon literario, sino que ha proyectado aquí el esquema racial ideal de nuestra sociedad actual. Tengamos en cuenta que Tolkien fue concreto a la hora de describir los pueblos que aparecían en sus obras, y sobre todo a la hora de distinguirlos. En este aspecto, la obra de Tolkien es un reflejo de la propia humanidad a lo largo de siglos, cuando la diversidad racial no era ni remotamente tan común como ahora (y ahora lo es en determinados países, no en todos).
Hoy estamos acostumbrados a que personas de distintas razas convivan en un mismo entorno, lo cual está muy bien. Pero no siempre ha sido así. Históricamente, fenómenos como el mestizaje racial del Imperio Español han sido algo excepcional. Hay que tener en cuenta, además, que la obra de Tolkien se basa en la mitología europea. Resulta ciertamente extraño ver a hobbits con distintos colores de piel (eso sí: ninguno asiático, por ejemplo), un elfo de piel oscura (no aparece nada así en la obra de Tolkien) y una enana de raza negra que, curiosamente, no tiene barba (las mujeres enanas la tenían, algo que Jackson plasmó bien en sus películas de "El Hobbit").
Lo mismo ocurre con el papel de la mujer en "Los Anillos de Poder". En las películas de "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson sólo hay una mujer guerrera: Éowyn, y no porque el cineasta neozelandés se lo inventase, sino porque aparecía así en la obra de Tolkien. Pero Éowyn era la excepción. En la obra de Tolkien la mujer tenía un papel más tradicional. Tolkien no habla en ningún momento de ejércitos en los que participen elfas, pero en la serie de Amazon hay mujeres guerreras (o al menos una mujer) en la compañía que acompaña a Galadriel, que también hace un papel de guerrera. Esto no se inspira en la obra de Tolkien, sino en la sociedad actual, que no tiene nada que ver ni con lo que escribió el autor británico ni con la propia historia de la humanidad.
Así pues, la serie de Amazon incurre en una confusión muy frecuente hoy en día, derivada de la corrección política: pensar que lo que consideramos ideal en la actualidad debe proyectarse en toda obra cinematográfica, aunque esté ambientada en un pasado o en una obra literaria que nada tiene que ver con ese ideal actual. Entiendo que han querido hacer una serie de tal forma que las mujeres y las personas de ciertas razas no se sientan discriminadas, pero además de ser una forma de tergiversar la obra de Tolkien, también es un esfuerzo inútil. Por mucho que intenten someter la obra de Tolkien a los filtros de la corrección política, siempre habrá alguien que se queje, ya sea porque en la serie aparecen demasiadas personas de piel blanca, o porque no aparecen relaciones homosexuales (al menos en los dos primeros capítulos no se ha visto nada de esto) o por cualquier otro motivo.
Lo que hacen series como la de Amazon con esos guiños a la corrección política es tan lamentable como absurdo. La obra de Tolkien ha tenido mucho éxito porque en ella podemos sentirnos identificados con ciertos personajes por su forma de ser, independientemente de cuál sea su raza, su estatura, su sexo o su papel en la obra. Por ejemplo, mi personaje favorito es Samsagaz Gamyi, y no por sus características físicas (yo no soy un jardinero de pies peludos que va descalzo a todas partes), sino porque es la representación del amigo leal, y esto lo entiende cualquier persona de cualquier parte del mundo.
En fin, por mi parte seguiré viendo la serie, pues me ha parecido entretenida e interesante, pero de momento no ha conseguido provocar en mí la impresión que me provocaron las películas de "El Señor de los Anillos" de Peter Jackson la primera vez que las vi. Y sin embargo, sí que me ha dejado ese poso amargo, esa lástima de que teniendo tantos medios, no hayan sido capaces de ser más fieles a la obra de Tolkien y la hayan pasado, además, por el filtro de la corrección política, estropeándola en algunos aspectos. Una pena.
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Comentarios:
El Peregrino Gris
Una pena, la verdad.
La trilogía del Hobbit también me decepcionó. Si bien la primera película me encantó, la segunda era cuestionable, pero pasable y la tercera se me hizo un muermo. Me dió la impresión de que Jackson iba a hacer dos películas originariamente pero después, para sacar más dinero, hizo tres y rellenó las dos últimas con un contenido pobre en calidad. A ver, la mitad de la tercera película se la pasan peleando en la batalla y eso fue todo…
12:13 | 3/09/22
wladimir
definitivamente…esto es el resultado de como a veces los guionistas echan a perder exelentes obras que pudieron ser buenas peliculas y series…quedando en nada…
19:35 | 3/09/22
Eärendil
Vamos a ver, a mi si me encantó el Señor de los Anillos y el Hobbit (aunque no que la dividieran en 3 partes). No obstante, con sus eventos inalterables y sus cambios (a mi por ejemplo me apenó q no apareciera Tom Bombadil o Glorfindel), son dos grandes entregas maravillosas para los amantes del mundo Tolkeniano.
En cuanto a la serie, vale, es cierto que podemos ver elementos que algunos pueden tildar de “wokismo”, como la nueva personalidad de Galadriel (de fiera guerrera a hechicera penitente) o que el actor de Arondir (Ismael Cruz Cordova, que quizás no nos convenza mucho pero, puede sorprendernos en un futuro) sea afro-latino (algo que en la obra de Tolkien no se ve, pues los elfos son caucásicos), pero pienso que esos cambios son cuasi-insignificantes (me gusta la historia de amor entre Arondir y Brownyng, aunque no esté en los libros porque me recuerda a Beren y Luthien y a Aragorn y Arwen)
Lo importante es la historia, la evolución de la Tierra Media, y nada más. A mi por ejemplo, me horroriza la versión de Stanley Kubrick del Resplandor, pero no hago tanto aspaviento con eso (Stephen King se despecho a gusto según creo con Kubrick).
Es posible luchar contra el wokismo, sin caer en la 🤬 (como hacen sus partdarios) y, al mismo tiempo, la libre expresión.
Gracias
Pd: Aunque es cierto que la cronología podría ser más acertada.
15:33 | 4/09/22
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