Un simple latido pone nerviosos a los partidarios del aborto: el caso de Hungría

Elentir EN Jue 15·9·2022 · 7:11 2

Instalar tus tesis ideológicas en una mentira tiene un gran inconveniente: los hechos van a estar quitándote la razón por mucho que intentes ocultarlos.

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El cambio en el formulario para abortar en Hungría

Este lunes 12 de septiembre, el número 147 de la Gaceta Húngara, el boletín oficial en el que se recogen las normas legales de ese país, publicó un decreto del ministro del Interior, Sándor Pintér, que modifica el "Formulario de solicitud de interrupción del embarazo" (así se titula), introduciendo el siguiente párrafo que entra en vigor este jueves 15 de septiembre:

"El informe médico presentado registra que el proveedor de salud presentó el factor que indica el funcionamiento de las funciones vitales fetales a la mujer embarazada de manera claramente identificable".

Por si alguien no lo ha entendido, lo que esto implica es que si una mujer quiere deshacerse de su hijo o hija por nacer, se le tienen que mostrar la información que demuestra que el feto está vivo. Si lo que te propones es pedir a un médico que mate al ser humano que llevas en tu vientre, lo mínimo es que el médico compruebe (y una vez comprobado, te informe de ello) si ese bebé está vivo. Matar a un ser ya muerto o a un ente inanimado sería absurdo.

La oposición húngara cree que es «cruel» saber que ese bebé está vivo

Según informaba ayer la agencia Reuters, la oposición húngara ha tachado como "innecesariamente cruel" esta medida. Esta observación resulta muy curiosa. Desde hace años, en los servicios de salud se requieren consentimientos informados para todo. Es una forma de que el paciente sepa en qué consiste el servicio que se le proporciona y, también. Pero curiosamente, en el caso del aborto, sus partidarios quieren que haya un consentimiento ignorante y a ciegas: que la madre no sepa lo que va a hacer, en resumidas cuentas.

Sobre la cuestión que nos ocupa cabría preguntar: ¿lo "cruel" es mostrarle a una madre que su hijo por nacer está vivo, o matar y descuartizar a ese ser humano inocente e indefenso? La respuesta es más que obvia para quien tenga un mínimo de humanidad y no esté cegado por la ideología. La ciencia demuestra que la vida humana empieza en la concepción, y lo hace sin dejar ya resquicio a la menor duda. A pesar de ello, los partidarios del aborto siguen negando ese hecho científico igual que los terraplanistas niegan la forma de la Tierra.

Un mero latido echa por tierra el discurso del movimiento proaborto

Es una ignorancia tan absurda y tan empeñada en negar hechos más que demostrados, que ahora mismo basta con que hablemos de los signos vitales del niño por nacer, como por ejemplo un latido de su corazón, para que los partidarios del aborto se pongan muy nerviosos. Y es que un simple latido echa por tierra todo su discurso, basado en falsedades como afirmar que un niño por nacer no es un ser humano o incluso ni siquiera es un ser vivo. Llevan años engañando a la gente y ahora sólo pueden confiar el éxito de esas mentiras a la censura de la verdad. ¿Pero cómo censurar una evidencia científica? Eso podrá hacerse en una dictadura como la China comunista, pero es algo incompatible con una sociedad democrática.

La palabra-policía habitual para silenciar al que discrepa

Por lo demás, y como es habitual, medios como la BBC, El País, Deutsche Welle y The Guardian, han anatemizado al gobierno húngaro con el habitual mote de "ultraderecha". Es una palabra-policía que llevan muchos años usando para silenciar a todo aquel que discrepa de los irracionales dogmas ideológicos de la izquierda. El problema es que la irracionalidad del movimiento proaborto es tan colosal que esos intentos de silenciamiento ya resultan inútiles. Diría que hasta resultan infantiles, pero no es propio de los niños cometer algo tan monstruoso como eso a lo que muchos adultos llaman "derecho".

En Hungría el aborto es legal hasta la semana 12: ¿esto es la «ultraderecha»?

La paradoja, dicho sea de paso, es que El País afirma que "Budapest tiene una legislación más abierta desde los años cincuenta. La ley de 1992 permite a la mujer abortar libremente hasta la semana 12, y hasta la 24 en varios supuestos, aunque obliga a un periodo de espera para recibir información sobre opciones alternativas. El Gobierno de Fidesz, en el poder desde hace 12 años, ha asegurado en varias ocasiones no tener intención de restringir este derecho".

Llamar "derecho" a matar a seres humanos indefensos es aberrante, pero ¿se dan cuenta de la contradicción? Nos dicen que Orbán lleva 12 años sin derogar una ley abortista y aún así le llaman "ultraderecha". ¿Qué tendrá que hacer para apaciguar a estos nuevos inquisidores? ¿Aprobar el aborto hasta el parto, o tal vez legalizar el infanticidio como ya proponen algunos abortistas en EEUU? Espero que el gobierno húngaro actúe con coherencia con el rechazo al aborto que ha expresado en ciertos ámbitos y empiece a apostar por una protección total de la vida prenatal. Si los fanáticos del aborto le van a insultar haga lo que haga, que al menos sea por proteger la vida prenatal sin matices.

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Foto: Kelly Sikkema.