El pasmoso silencio del PP mientras la izquierda se carga nuestra democracia

La censura sufrida ayer por Vox en el Congreso es un hecho de máxima gravedad que muestra lo que vamos a ver en este último año de legislatura.

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Una izquierda dispuesta a todo para perpetuarse en el poder

Tenemos una izquierda desesperada porque las encuestas electorales no le favorecen (salvo las del CIS, que están manipuladas al dictado de La Moncloa). Pero sobre todo, tenemos una izquierda sin escrúpulos dispuesta a romper todas las costuras de nuestra democracia con tal de conseguir el único fin que realmente les preocupa a socialistas y comunistas: perpetuarse en el poder erosionando las instituciones democráticas, algo que el PSOE siempre ha hecho cada vez que ha gobernado, y que en el caso de la extrema izquierda tiene como antecedente una ya larga tradición de dictaduras comunistas.

La doble vara de medir que se aplica a Vox y a los socios del PSOE

Cuando en una democracia las normas no son iguales para todos, entonces la democracia se resiente y lo que empieza es el despotismo. En España no hemos tenido que esperar mucho tiempo para comprobarlo. Hace sólo unos días, un diputado de extrema izquierda insultó al Rey varias veces. El vicepresidente primero del Congreso de los Diputados, el socialista Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, le llamó al orden, pero el diputado en cuestión no retiró sus insultos y pudo continuar su intervención. Por el contrario, en una exhibición de la ley del embudo que tanto le gusta a la izquierda, ayer sí que se le retiró la palabra a una diputada de Vox por hacer una simple mención a los "proetarras".

Este hecho resulta aún más escandaloso si tenemos en cuenta que la izquierda tiene barra libre para insultar e incluso amenazar a sus rivales desde la tribuna del Congreso, llamándoles "fascistas" y "nazis" y lanzando contra ellos todo tipo de calumnias sin que la presidencia del Congreso abra la boca. Es algo que no sólo le ha ocurrido a Vox: también lo han sufrido el PP y Ciudadanos, sobre todo antes de la llegada de Vox al Congreso, cuando la izquierda sólo tenía al partido azul y al partido naranja para vomitar contra ellos todo su odio.

Ciudadanos ha mostrado su apoyo a Patricia Rueda

La singularidad del momento actual no se debe sólo a la prepotencia y al sectarismo que exhibe la izquierda, sino a la pasividad del primer partido de la oposición, si es que se le puede llamar "oposición" a lo que hacen Alberto Núñez Feijóo y sus compañeros de filas, claro. Ayer su actitud quedó nuevamente en evidencia. Ciudadanos calificó de "indecente" la censura a Patricia Rueda y le manifestó su apoyo, mientras que la presidenta del partido naranja, Inés Arrimadas, señalaba: "A muchos diputados nos llaman fascistas cada día y no pasa nada. Las expulsiones, para quien llama filoetarras a los filoetarras. Es intolerable". Esta reacción es digna de aplauso, sobre todo teniendo en cuenta que su relación con el partido de Abascal no es precisamente buena. Cs ha sabido poner su condición de demócrata por encima de sus diferencias con Vox.

El pasmoso silencio del PP ante la censura socialista contra Vox

No se puede decir lo mismo del partido que preside Feijóo. El Partido Popular no ha tenido ni el más mínimo gesto de apoyo a Patricia Rueda ante la intolerable censura que sufrió ayer por llamar "proetarras" a los proetarras, con la única excepción -como siempre- de Cayetana Álvarez de Toledo. Ninguno de los canales de comunicación del PP ha publicado ni un solo mensaje sobre el tema. Es como si no fuese con ellos, a pesar de ser un partido al que ETA atacó tantas veces, asesinando a miembros del PP como Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordóñez, Alberto Jiménez-Becerril o Manuel Giménez Abad, por citar sólo algunos de los 14 que ETA asesinó. El PP debería ser el que con más insistencia llamase "filoetarras" a los filoetarras, pero calla cuando se censura a Vox por hacer eso mismo, una censura impuesta por un diputado del PSOE, partido que está aliado con los herederos de ETA. ¿Así entiende la democracia el PP?

El PP sí que salió a apoyar a Irene Montero hace una semana

Paradójicamente, hace una semana la secretaria general del Partido Popular, Cuca Gamarra, sí que salió a apoyar a Irene Montero cuando una diputada de Vox se limitó a recordar la verdad sobre la razón por la que es ministra. "El respeto es imprescindible en política", dijo Gamarra. Pero cuando la libertad de expresión de una diputada de Vox es pisoteada, Gamarra y el PP se callan. Mucho presumir de "constitucionalistas" y de "demócratas" para al final acabar haciendo esto. Luego se preguntarán por qué las encuestas se les empiezan a torcer, a pesar de tener al peor gobierno de la democracia. Están tan obsesionados con la "moderación" -que es como disfrazan a la tibieza- que incluso la han puesto por encima de la defensa de la Libertad. Y al hacerlo, se están convirtiendo en cómplices, con su silencio, de los atropellos de la izquierda.

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Foto: Vox Congreso.