El país tuvo dos enfrentamientos armados con la URSS y uno con Alemania

Las tres guerras de Finlandia entre 1939 y 1945 y su extraña situación en la SGM

De todos los países que tomaron parte en la Segunda Guerra Mundial, tal vez el que tiene una historia más peculiar y complicada es Finlandia.

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La independencia y la Guerra Civil Finlandesa

Históricamente Finlandia había estada vinculada a Suecia desde comienzos del siglo XIII hasta la Guerra Finlandesa (1808-1809), que acabó en una victoria rusa por la cual Finlandia pasó a convertirse en un Gran Ducado del Imperio Ruso. La caída del zarismo en 1917 y la descomposición de Rusia dio una oportunidad a los finlandeses, que declararon su independencia el 6 de diciembre de 1917. Unas semanas después estalló una Guerra Civil que fracturó la sociedad finladesa en dos bandos: el rojo, formado por la izquierda socialista y apoyado por la Rusia bolchevique, y el blanco, formado en su mayoría por conservadores y apoyado por Alemania. En mayo de 1918, el bando rojo fue derrotado.

Un caza Curtiss P-40 Warhawk, fabricado en EEUU, con la "Hakaristi", la esvástica usada desde 1918 hasta 1945 por la Fuerza Aérea Finlandesa (Fuente: Plane Encyclopedia).

Entre el final de la Guerra Civil Finlandesa y 1922, Finlandia continuó teniendo enfrentamientos armados con la Rusia bolchevique, especialmente por el dominio de Karelia, la región fronteriza entre el sur de Finlandia y Rusia. Una vez terminados esos conflictos, Finlandia volvió a ser el país pacífico y tranquilo que era antes. Durante el periodo de entreguerras, Finlandia se consolidó como un país democrático, con un parlamento plural y en el que los socialdemócratas tuvieron habitualmente la mayoría simple de los escaños, pero salvo en el efímero gobierno del socialdemócrata Väinö Tanner (1926-1927), el resto de los gobiernos fueron de otro signo (agrarios, liberal-conservadores y progresistas). Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial el 1 de septiembre de 1939 con la invasión germanosoviética de Polonia, el primer ministro de Finlandia era Aimo Cajander, del Partido Nacional Progresista.

La 'Hakaristi', la esvástica azul usada por Finlandia antes que por los nazis

Curiosamente, Finlandia adoptó la Hakaristi, una esvástica de color azul en fondo blanco, como emblema de su Fuerza Aérea en 1918. No fue un caso excepcional: la Fuerza Aérea de Letonia usó una esvástica roja en ese mismo periodo. La esvástica era entonces un emblema de buena suerte entre los aviadores, sin connotaciones políticas. Por esos años también lo usaron aviadores americanos, e incluso las tropas mongolas del Ejército Rojo lucían una esvástica como insignia, hasta que su uso fue prohibido en 1922 después de que se apropiaran de ella los nacional-socialistas alemanes.

Soldados finlandeses durante la Guerra de Invierno.

La Guerra de Invierno: la invasión soviética de Finlandia en 1939

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Finlandia era un país políticamente próximo a las democracias occidentales (Reino Unido, Suecia, Francia y EEUU). De hecho, la mayor parte de los aviones utilizados por Finlandia para hacer frente a la invasión soviética del 30 de noviembre de 1939, eran aviones británicos, americanos y suecos. La invasión soviética de Finlandia fue consecuencia del protocolo secreto firmado por Alemania y la URSS en agosto de 1939, protocolo con el que nazis y comunistas se repartieron también Polonia y las repúblicas bálticas. Frente a esa invasión, Finlandia recibió el apoyo del Reino Unido y Francia, que incluso planearon una intervención a favor de los finlandeses que fue impedida por la negativa de Suecia a permitir el paso del contingente francobritánico. La invasión también causó indignación en EEUU, al ser una agresión de una dictadura totalitaria contra un país democrático. Finlandia también recibió el apoyo de voluntarios estonios, suecos, noruegos, daneses, húngaros, polacos y yugoslavos y también algunos italianos movidos por el anticomunismo. Como Hitler era entonces aliado de Stalin, Alemania vetó el paso de toda ayuda militar a Finlandia por su territorio y por la Polonia ocupada.

Contra todo pronóstico, la invasión soviética de Finlandia fue una humillación para la URSS, que recibió una dura paliza de los finlandeses en un territorio que dominaban ampliamente (bosques nevados y una zona llena de lagos) y gracias, en gran medida, a la estrategia defensiva de Carl Gustaf Emil Mannerheim. Finalmente, el armisticio firmado con los soviéticos obligó a Finlandia a entregar parte de su territorio, pero fue una entrega ridícula frente a la pretensión inicial de Stalin de una conquista total del país. Así concluyó la primera de las tres guerras que implicarían a Finlandia hasta 1945: la Guerra de Invierno o "Talvisota", como la llaman en ese país.

Soldados finlandeses con un fusil ametrallador durante la Guerra de Invierno (Fuente: SA-Photo/Skoy/Seura.fi).

La soledad de Finlandia y la Guerra de Continuación (1941)

En los meses siguientes, Finlandia intentó seguir estrechado sus lazos con el Reino Unido y Suecia. No obstante, los británicos estaban soportando en solitario duros ataques alemanes en su propia isla. Francia había sido ocupada por Alemania, y Suecia no estaba interesada en arriesgar su neutralidad, además de tener en Alemania a un importante cliente de sus exportaciones de hierro. Finlandia se quedó sola y eso acabó acercándola a la esfera de influencia de Alemania en los momentos previos al inicio de la invasión alemana de la URSS en junio de 1941. Cuando ésta comenzó, Finlandia vio la oportunidad de recuperar los territorios perdidos en 1940, de modo que tres días después del inicio de la Operación Barbarroja (como se llamó la invasión alemana de la URSS), Finlandia declaró la guerra a los soviéticos y se lanzó a recuperar su territorio.

Esa parte de la Segunda Guerra Mundial es conocida en Finlandia como la Guerra de Continuación ("Jatkosota", en finlandés). La participación finlandesa en la ofensiva alemana contra la URSS fue bastante limitada, y Finlandia, que seguía siendo una democracia, rechazó sumarse al Pacto del Eje, aunque sí que se unió al Pacto Antikomintern, un pacto anticomunista del que también formó parte un país neutral, España (entonces bajo la dictadura del General Franco) y la República de China, que estuvo en el bando aliado.

Un Messerschmitt Bf-109 G-2 fabricado en Alemania y en servicio con la Fuerza Aérea Finlandesa en junio de 1943, durante la Guerra de Continuación, en una foto tomada en el Aeropuerto de Helsinki (Fuente: MilitaryImages.net).

La escasa reacción de los Aliados y el perfil bajo de Finlandia en esta guerra

La alianza entre Finlandia y Alemania no fue tomada muy en serio por los aliados. El Reino Unido y los países de la Mancomunidad Británica de Naciones tardaron varios meses en contestarla con declaraciones de guerra. El Reino Unido hizo esa declaración el 5 de diciembre de 1941, y Finlandia hizo una declaración de guerra recíproca contra el Reino Unido al día siguiente. Canadá, Austria, Nueva Zelanda y Sudáfrica declararon la guerra a Finlandia en los días siguientes. El Gobierno de Checoslovaquia en el exilio hizo lo mismo el 16 de diciembre. Significativamente, ningún otro país aliado -ni siquiera EEUU, la Francia Libre o el Gobierno de Polonia en el exilio- imitaron ese gesto. Y durante la guerra, finlandeses y británicos no se enfrentaron en ningún combate.

A su vez, los finlandeses también adoptaron un perfil bajo en esta guerra. A pesar de que podían haberlo hecho, no cortaron la línea férrea que unía el puerto de Murmansk con el resto de Rusia, una vía de gran importancia por la que llegaron muchos suministros de los aliados occidentales a la URSS. Finlandia tampoco quiso participar en el Sitio de Leningrado, que fue una auténtica carnicería y una brutal matanza de civiles. Los finlandeses se limitaron a asegurar su territorio y repeler los ataques soviéticos.

Aunque la Guerra de Continuación costó muchas más bajas a los soviéticos que a los finlandeses, Finlandia era un país más pequeño y menos poblado que la URSS. A medida que la guerra empezó a torcerse para Alemania, la suerte de Finlandia quedó echada. La guerra acabó con la firma de un armisticio entre finlandeses y soviéticos cuando aún había tropas alemanas en Finlandia. El país nórdico nunca se había considerado formalmente como un aliado de Alemania. De hecho, Finlandia se consideraba "cobeligerante" contra la URSS, un término que la URSS y los aliados no admitieron al final de la Segunda Guerra Mundial. Curiosamente, Finlandia fue el único país democrático que figuró como aliado de Alemania y también el único que tenía a judíos en su ejército, ya que el gobierno finlandés no desató contra ellos ninguna persecución (si bien sí que entregó a Alemania algunos judíos que se refugiaron en Finlandia).

Soldados finlandeses durante la Guerra de Invierno. Llevan cascos tipo Stahlhelm alemanes, un modelo muy extendido en esa época incluso entre países neutrales (Fuente: MilitaryImages.net).

La Guerra de Laponia (1944) contra los alemanes

La paradójica situación del país nórdico durante la Segunda Guerra Mundial acabó culminando con una tercera guerra, esta vez contra Alemania: la Guerra de Laponia ("Lapin Sota", en finlandés). Esta extraña guerra dio comienzo con la retirada de uno de los contendientes, Alemania. Una retirada que fue inicialmente pacífica pero que acabó dando paso a una táctica de tierra quemada en Laponia, en el norte de Finlandia. En noviembre de 1944 el grueso de las tropas alemanas ya habían abandonado el país camino de Noruega. La Guerra de Laponia terminó en abril de 1945, cuando los últimos soldados alemanes abandonaron Finlandia. El papel de los soviéticos en esta guerra consistió en presionar y fiscalizar a los finlandeses, que inicialmente apenas hostigaron a los alemanes en su retirada. Los soviéticos pretendieron que Finlandia atacase a los alemanes y al mismo tiempo le exigía desmovilizar su ejército. Los efectos de esta guerra duraron décadas en Laponia, debido a la gran cantidad de minas que dejaron los alemanes a su paso.

Soldados finlandeses colocan la bandera de su país en el hito fronterizo entre Finlandia, Noruega y Suecia el 27 de abril de 1945, al concluir la Guerra de Laponia, justo después de que las últimas tropas alemanas se retirasen a Noruega (Foto: Readme.fi).

Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial para Finlandia

Finlandia pagó durante años el resultado de la Segunda Guerra Mundial, teniendo que ceder a la URSS parte de su territorio, pero sin perder su independencia ni verse obligada a sumarse al Pacto de Varsovia, como les ocurrió a otros países que fueron ocupados por los soviéticos. Siguió siendo una nación neutral pero vigilada de cerca por la URSS. Con todo, fue el único país de la Segunda Guerra Mundial que tuvo tropas extranjeras en su suelo pero que no perdió su democracia. Las alianzas de Finlandia en la Segunda Guerra Mundial pueden resultar extrañas, pero fueron la consecuencia de una política que buscaba preservar la independencia del país, algo que el gobierno finlandés logró en una gran medida. Lo que conllevó esa experiencia para Finlandia fue tener clara la determinación de volver a defender su territorio siempre que fuese necesario: hoy en día el país sigue teniendo servicio militar obligatorio y dispone de un pequeño pero muy bien equipado ejército, además de unas instalaciones defensivas considerables.

Hoy en día, la única amenaza contra Finlandia sigue siendo Rusia, y más desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania (recordemos que Putin amenazó a Finlandia y a Suecia con ser las próximas invadidas al día siguiente de atacar a Ucrania), motivo por el cual ambas naciones, tradicionalmente neutrales, han pedido su admisión en la OTAN.

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Imagen principa: Piotr Forkasiewicz. Representación artística de un caza Hawker Hurricane finlandés derribando un caza soviético Polikarpov I-15 durante la Guerra de Invierno (1939-1940).

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Comentarios:

  1. wladimir

    interesante…

    este pais ha demostrado que el Imperio Ruso (desde Ivan el Terrible hasta los Romanov) y la URSS no son un estado invencible,que pueden ser derrotados tal y como lo ha estado haciendo Ucrania en la actualidad…

  2. Diego

    Dos puntualizaciones:

    1) Sobre el uso del hakaristi como escarapela aeronáutica nacional finlandesa, se debe a que el conde sueco Rosen participó como voluntario en la guerra civil finlandesa y además les aportó tres aviones que fueron el embrión de la futura Ilmavoinat o Fuerza Aerea Finlandesa. El propio Rosen pilotaba uno de esos aviones y su emblema personal era una esvástica. Curiosamente si hermana sería la segunda esposa de Hermann Göring.

    2) Los soldados con el casco tipo stahlhelm creo que son de la época de la Guerra de Continuación, no de la de Invierno. Van un poco fresquitos para ser invierno en Finlandia.

  3. El caso es que la hakaristi fue adoptada como emblema de la Fuerza Aérea Finlandesa en 1918, mientras que el Partido Nazi no la adoptó como insignia hasta la década de 1920.

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