Un arzobispo deja en evidencia al gobierno por su posición sobre aborto y subrogación

En una sociedad donde los principios ceden ante las ocurrencias o los deseos, nunca está de más leer opiniones bien fundamentadas.

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Es el caso del mensaje lanzado ayer por Monseñor Luis Argüello, arzobispo de Valladolid, a propósito del rechazo del gobierno a la gestación subrogada. Un mensaje muy acertado y que deja en evidencia el doble discurso del gobierno en lo que respecta a la vida humana:

Aplaudo el mensaje de Monseñor Argüello. Y por supuesto, coincido plenamente con su contenido. Me parece bien que el gobierno se oponga a la gestación subrogada, por las razones que señalé ayer aquí. Y como también señalé en ese artículo, la posición de la izquierda apoyando el aborto y rechazando la subrogación es puramente incoherente, pues maneja unos argumentos para un caso y rechaza esos mismos argumentos para el otro caso. Igual que con la prostitución.

De hecho, la propia izquierda ha suministrado algunos de los falaces argumentos que ahora utilizan los partidarios de los vientres de alquiler, al defender el asesinato de niños por nacer con la falsa tesis de que una mujer puede hacer lo que quiera con su cuerpo, como si el hijo por nacer fuese parte del cuerpo de la madre. Si se acepta que una madre sea dueña de la vida de su hijo para matarlo, entonces también lo será para venderlo.

Es triste, por lo demás, ver que el la irracionalidad y el relativismo moral que la izquierda ha esgrimido para promover el aborto ahora se han extendido también a una parte de la derecha, que ahora aplaude los vientres de alquiler incluso dando a entender que si la izquierda se opone a ellos es que están bien. Una cosa no es buena o mala porque la apoye o la rechace la izquierda (o la derecha), sino por cómo esa cosa se ajusta a criterios objetivos de bien, de justicia y de verdad.

Si veo a una persona de izquierdas rechazando el racismo, nunca se me pasará por la cabeza decir que el racismo está bien. Y que una persona de derechas defienda algo malo, injusto o falso nunca me animará a defender esa cosa. Es absurdo apelar a criterios sectarios o partidistas en materia intelectual, obviando sin más los criterios de razón.

Lamentablemente, nuestra sociedad se ha dejado invadir, a izquierda y derecha, por una debilidad y una pereza intelectuales que empiezan a causar alarma. Por ello agradezco a Monseñor Argüello y a personas como Francisco José Contreras, Lourdes Méndez y Rocío de Meer que hayan dado un paso al frente en las últimas horas para defender la razón y la dignidad humana en este debate.