De afrancesados y putinejos

Me pasma la capacidad que tienen ciertos opinadores para sostener un discurso y el contrario con toda la cara. Veamos un ejemplo.

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Hoy Hughes critica (con razón) al autor afrancesado Félix José Reinoso, al que acusa de escribir "una teoría, una política y hasta una poética del entreguismo al invasor". Hughes resume así las tesis de Reinoso: "el objeto del hombre en la sociedad no es vivir independiente, porque eso se lo tenía más bien en los bosques; sino vivir seguro. Para gozar de esta seguridad, ha renunciado su independencia, y cedido una parte de la libertad natural".

Y sobre el libro escrito por Reinoso, Hughes añade: "Esta interpretación servil de la historia de España, tan cercana a la que se enseña hoy en día, sin orgullo ni patriotismo, tiene una explicación filosófica que la hace actualísima: el objetivo de una sociedad no es vivir libre, sino vivir bien, segura, tranquila".

Reconozco que hasta esa parte me estaba divirtiendo. Más abajo os explicaré el motivo. El caso es que Hughes concluye: "Este libro de Reinoso, ridiculizado por Menéndez Pelayo, es la biblia eterna de los afrancesados, serviles, anglosumisos, liberales, liberalios y acomodaticios varios que pululan en España". Es decir, que para este señor afrancesado es algo equivalente a ser liberal. Con un par.

Como liberal-conservador, me permito recordarle que entre los miembros de las Cortes de Cádiz había un importante sector liberal, encabezado por Gaspar Melchor de Jovellanos, que se opuso a los franceses -fue miembro de la Junta Suprema Central- y fue el precursor del actual liberalismo conservador en España, una corriente ideológica a la que pertenecen autores tan destacados como el catedrático Francisco José Contreras, hoy diputado de Vox.

Entre los liberales de Cádiz también estaba el sacerdote Diego Muñoz-Torrero, que fue miembro de la Junta Suprema de Extremadura en la lucha contra los invasores franceses. Liberal también fue el poeta Bernardo López García, autor de la famosa "Oda al dos de mayo", un canto heroico ensalzando el alzamiento español contra Napoleón.

Hay que reconocer que sí, que hoy tenemos autores que escriben cosas muy parecidas a las que escribió Reinoso, pero para referirse a los países de otros. Veamos un ejemplo:

"El pacifismo urgente de parar la guerra se tiene por apaciguamiento, otro de esos mecanismos inatacables de su cosmovisión hollywoodiense. Pero los ucranianos mueren, Ucrania es destruida, y detenerlo debería ser lo primero, lo primordial. Parar la masacre. Parar la destrucción del país. Mejor esta Ucrania que menos Ucrania. Sin embargo, le piden más esfuerzo, le dan más armas, para que (ellos) luchen (por nosotros) contra Putin, para acabar con él, para democratizar Rusia, para atraparla en un Afganistán, para reunificar Europa, para separarla energéticamente de Moscú, para… son todo razones instrumentales, que consideran a Ucrania un medio, un escenario o un cuerpo sacrificial. Son mensajes que envueltos en su bandera prolongan su tormento".

¿Qué diferencia hay entre esto y lo que escribió Reinoso? Pues que uno pide a Ucrania que se resigne y el otro se lo pedía a España. Y ahora, ¿a que no adivináis quién fue el autor de ese párrafo publicado el 9 de abril de 2022? ¿Pablo Iglesias Turrión, tal vez? Pues no: lo escribió el mismo Hughes que hoy equipara a los liberales con los afrancesados, acusándoles de "entreguismo al invasor". Lo dicho: con un par.