El caso de Galicia y los retos de Vox para tener más presencia en esta comunidad

Desde el pasado domingo se está hablando mucho sobre el caso de Vox en Galicia, donde este partido ha logrado su primera concejal.

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El caciquismo mediático del PP en Galicia

Los análisis que he leído hasta ahora en los medios pasan todos, sin excepción, de puntillas por un tema que afecta al propio ámbito de la comunicación: el control que ejerce la Xunta sobre los medios locales y regionales a base de subvenciones. Ya hablé sobre ello aquí hace cuatro años, indicando las cantidades que viene asignando el gobierno gallego al principal medio de la región, La Voz de Galicia, un medio hostil a Vox.

Pero debemos recordar que el caciquismo mediático del PP en Galicia no sólo afecta a Vox. Como también he señalado desde aquí, sirve además para silenciar toda denuncia sobre abusos lingüísticos por parte de Hablamos Español, la única asociación de este tipo que tiene presencia activa en Galicia y que se atreve a denunciar la política lingüística de la Xunta con el Partido Popular.

El silencio de los medios nacionales sobre lo que pasa en la región

A esto hay que añadir otros dos fenómenos: el primero es que ese silencio se extiende también a los medios nacionales afines al PP, y en esto incluyo a esRadio y Libertad Digital, donde sólo Luis del Pino suele hacerse eco de esas denuncias. En Abc, El Mundo, La Razón y la COPE, ni pío sobre el tema. El Debate sí suele publicar alguna noticia. Obvia decir que los medios de izquierdas no tienen el menor interés en denunciar esos abusos, ya que los apoyan en Galicia y en otras regiones.

El resultado es que los mismos medios que se escandalizan por abusos lingüísticos en Cataluña, Valencia, Baleares, Navarra o País Vasco, los silencian en Galicia. Los pocos medios independientes que quedan, al margen de los citados, no muestran mucho interés por la región. Y obvia decir que por mucha audiencia que tenga, Contando Estrelas no llega ni remotamente a una amplia parte de la población.

La sólida estructura del PP en Galicia

Hay una cosa cierta, y es que el PP tiene una estructura muy sólida en Galicia, consolidada por décadas de poder autonómico y de poder local, especialmente en el ámbito rural. En las ciudades, ese poder flaquea. Despuéd del 28M, el PP sólo gobernará en Ferrol. En las demás necesita mayoría absoluta para gobernar y no la ha tenido. En Vigo, el PP obtuvo 5 concejales y el PSOE (o más bien Abel Caballero) 19.

El aumento de los votos de Vox en la región

Sobre el escaño de Avión, es la única localidad donde cabía tener la seguridad de que Vox obtendría representación, ya que es un pueblo muy conservador y donde el PP ha venido arrasando elección tras elección. Por supuesto, la organización de Vox en Orense ha sabido aprovechar esa circunstancia. En el resto de Galicia, la situación es más dispersa pero hay motivos para la esperanza. Ya señalé aquí los resultados. Añadiré algún dato más:

• En Vigo, Vox obtuvo 1.936 votos en 2019 y 3.573 en 2023, siendo quinta fuerza.
• En La Coruña, Vox obtuvo 2.655 votos en 2019 y 4.528 en 2023.
• En Pontevedra, Vox obtuvo 1.023 votos en 2019 y 1.455 en 2023, convirtiéndose en cuarta fuerza.
• En Santiago de Compostela, Vox obtuvo 584 votos en 2019 y 1.652 en 2023.
• En Lugo, Vox obtuvo 980 votos en 2019 y 1.127 en 2023, siendo quinta fuerza.
• En Orense, Vox obtuvo 722 votos en 2019 y 1.004 en 2023, siendo quinta fuerza.
• En Ferrol, Vox obtuvo 350 votos en 2019 y 896 en 2023.

Desde aquí quiero felicitar a la gente de Vox en Galicia por el esfuerzo que han hecho, porque estos resultados se deben, en gran medida, al trabajo que han llevado a cabo en esta campaña y que llevan años haciendo.

La gran carencia de Vox en Galicia: una estructura regional

En cuanto a posibles áreas a mejorar, se me ocurre una muy evidente y que ha quedado patente en esta campaña. Es la primera campaña electoral en la que Vox contaba en Galicia, a nivel regional, con un departamento de prensa propio. Es la única estructura (mínima) que tiene Vox en Galicia a nivel autonómico, ya que este partido se estructura por provincias. El resultado ha sido muy bueno, logrando abrir las puertas a Vox en medios donde antes no publicaban nada sobre este partido. Desde aquí quiero felicitar especialmente a la responsable de prensa de Vox en Galicia por el inmenso trabajo que ha hecho.

Y ahora pensemos un momento: si el PP tiene una estructura muy consolidada en Galicia, la ausencia de una estructura regional de Vox perjudica a este partido y le obliga a competir con el PP en desigualdad de condiciones. Tal vez esa estructura provincial haya funcionado en otras comunidades, pero en Galicia se queda corta. Por una parte, deja a Vox sin una voz única en Galicia para abordar asuntos que afectan a toda la región. Asuntos en los que los comunicados de prensa regionales de Vox se ven en la situación de citar las opiniones de los cuatro responsables provinciales del partido, al carecer Vox de un portavoz regional.

A esto hay que añadir que en Galicia apenas existe un sentimiento provincial. Un vigués no se siente pontevedrés (ni de coña). Un compostelano o un ferrolano no se sienten coruñeses, más allá de que sean fans del Dépor. Lo que sí nos sentimos es gallegos, además de españoles. Entiendo que Vox esté en contra del Estado de las Autonomías, pero es en ese terreno de juego donde le toca batirse. Hacerlo sin una organización regional es como tener un equipo de fútbol con sólo diez jugadores porque al entrenador no le gustan los números impares.

Hay que recordar, además, que Galicia es la más antigua de las regiones españolas: su historia se remonta a la época romana, donde adquirió su nombre actual (derivado del Gallaecia), siendo entonces una parte de la provincia romana de Hispania. La actual división provincial de España es mucho más reciente (1833) y se estableció reduciendo a cuatro las antiguas siete provincias gallegas (Santiago, La Coruña, Betanzos, Lugo, Mondoñedo, Orense y Tuy). Incluso el franquismo tuvo una VIII región militar que se correspondía con la Galicia actual, y que se enmarcaba en una organización regional en la que sólo había dos regiones que se corresponden con las actuales autonomías: Galicia y Cataluña.

Los posibles recelos de Vox a que surjan barones quedan despejados por el hecho de que ya los tiene en otras regiones. De hecho, en las elecciones gallegas de 2020 Vox no quiso presentar a un aspirante a presidir la Xunta, enviando a los debates al candidato de La Coruña. Fue un error que corrigió en las elecciones catalanas de 2021 y en las de Castilla y León en 2022. Galicia volverá a tener elecciones autonómicas en 2024. Vox tiene hasta entonces para dotarse de una estructura regional, que desarrolle el acierto que ha tenido con un departamento regional de prensa en estos comicios. No hacerlo es condenar a Vox en Galicia a correr a la pata coja mientras los demás usan las dos piernas.