Un repaso a los errores de los partidarios del molingüismo en la toponimia

'El Puerrecito' y el ridiculismo: los efectos de ser nacionalista gallego y pensar en español

El debate sobre los topónimos en Galicia es, desde hace años, una exhibición de ignorancia y falacias de los defensores del monolingüismo.

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El invento nacionalista de 'El Puerrecito'

Uno de los argumentos más ridículos que manejan los nacionalistas gallegos es la estúpida idea de que habría que traducir todos los topónimos en gallego si se defiende reponer los topónimos españoles en Galicia como oficiales (junto con sus respectivas formas gallegas). Uno de los ejemplos más usados por los nacionalistas es "El Puerrecito", que según ellos es como se debería escribir el topónimo en español de la localidad cuyo nombre en gallego es "O Porriño" y que en español, tradicionalmente, se ha llamado Porriño.

El error de creer que todos los topónimos se forman por mera traducción

Este disparate junta todos los errores que usa el nacionalismo sobre los topónimos. El primero es el error de creer que los topónimos en distintos idiomas se forman por traducción, cuando en realidad, y como bien señaló Hablamos Español hace unos días, en realidad se forman por evolución desde el latín -en el caso de las lenguas romances- o por adaptación grafofonológica, como también ha señalado la RAE.

El error de creer que un topónimo en gallego se deriva del gallego actual

En segundo lugar está el error de creer que el origen del topónimo tiene algo que ver con su palabra equivalente en gallego actual. "Porro" es la forma gallega de la palabra española "puerro", así que los iletrados nacionalistas han deducido que "O Porriño" tendría que ser "El Puerrecito". Pero es que sobre el origen etimológico de "Porriño" no hay acuerdo y hay distintas explicaciones. Algunos afirman que vendría de un antiguo rey llamado "Ghrovary el Pueril" (apodo que significa "El Niño", debido a que era un rey de sólo 17 años). Así mismo, en 2016, Faro de Vigo publicó una noticia sobre un historiador que señala "O Forniño" como posible origen, que se remontaría hasta una panadería que existía allí en el siglo XVI. Así que ni puerro ni puerrecito.

El error de ridiculizar una palabra por su significado

El tercer error, y el más cómico y revelador de todos, es el de ridiculizar la forma en español por su significado. Ésta es la opción del "ridiculismo" al que se refería hace poco Hablamos Español, una estrategia del separatismo gallego para ridiculizar a quienes no comparten sus dogmas al mismo tiempo que dirigen su violencia contra ellos, como le ha pasado estos últimos días a la citada asociación de defensa de la libre elección de lengua. El problema de ridiculizar una palabra en un idioma por su significado es que éste es común a todas las lenguas.

Nacionalistas gallegos que demuestran que piensan en español

Veamos un ejemplo: si te parece ridículo el nombre "Miguel Campoviejo" y no el nombre "Mike Oldfield", es porque piensas en español, pues significan lo mismo. Si eres hispanohablante, al leer una palabra en español visualizas mejor un concepto que al leerla en otra lengua. Es un motivo habitual por el que muchas personas en España utilizan palabras en inglés pensando que es más atractivo que decirlas en español, una costumbre muy extendida hoy en día. Cuando un nacionalista gallego se burla de "El Puerrecito", de lo que se burla es del concepto, del significado de la palabra, porque al decir el nombre de "O Porriño" nunca le viene a la cabeza ese concepto del que hace mofa. Al hacer esto, muchos nacionalistas gallegos demuestran que piensan en español, al mismo tiempo que intentan ridiculizar el uso de esta lengua.

Las observaciones de Tolkien sobre la traducción de topónimos

Uno de los mejores filólogos del siglo XX, el escritor británico J.R.R. Tolkien, se dio cuenta de ese detalle al escribir sus libros, y es por eso que dejó instrucciones para adaptar su obra a otras lenguas, de forma que los nombres propios recogidos en la misma resultasen tan familiares a los lectores de otras comunidades lingüísticas como a los angloparlantes. Pero Tolkien se opuso a una traducción indiscriminada, dejando en abierto casos como el de Rivendell, que en la edición española se ha dejado en Rivendel y en la edición gallega de Xerais se tradujo como Valfendido.

Están borrando parte del patrimonio inmaterial de los gallegos

Los que intentan aplicar una norma estricta de traducción a los topónimos, diciendo cosas como que Sangenjo debería ser "San Ginés", en el fondo demuestran que no tienen ni idea sobre el proceso de formación de la toponimia. Pero sobre todo, lo que demuestran es un nulo respeto por un patrimonio inmaterial del pueblo gallego como son sus topónimos en español, unos topónimos que en muchos casos tienen cientos de años y que el nacionalismo pretende borrar de un plumazo simplemente porque no admite que los gallegos, desde tiempos muy remotos, tenemos dos lenguas, algo que choca con el monilingüismo del fanatismo nacionalista.

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Foto: Google Street View.

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Comentarios:

  1. wladimir

    es verdad..

    estos nacionalistas Gallegos (y de otras regiones tambien) han llevado las cosas muy e lejos..pero tan lejos que ya parece una exageracion…algo sin ningun sentido….

    ese es resultado del nacionalismo linguidtico promovido por el PP y sus seguidores locales an Galicia…

  2. FINE

    El peor enemigo del cerrilismo nacionalista, variante gallega, es el sentido común y el conocimiento fundado del gallego sereno y sensato. Gracias por estar ahí, gente como Elentir. Toma nota, evanescente Feijoy

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