Esta semana, el Senado de Francia ha dado una respuesta rotunda a la pregunta de si la democracia corre peligro en Europa.
Una infame reforma que convierte un crimen en un derecho
El miércoles 28 de febrero, el Senado votó a favor de incluir el aborto como un derecho en la Constitución francesa, una iniciativa del socialista Emmanuel Macron, que proclama "la libertad garantizada a la mujer de recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo", un cínico eufemismo para disfrazar que el aborto provocado es el acto de matar a un ser humano en el inicio de su vida, y no porque lo diga ningún líder religioso: es algo que ha demostrado sobradamente la ciencia.
¿Qué será lo próximo, perseguir a los que afirmen la evidencia científica sobre el inicio de la vida en la concepción? ¿Perseguir a los médicos que se nieguen a traicionar su deber profesional y no quieran participar en el acto de destruir una vida humana?
Todos los grupos apoyaron mayoritariamente esa aberración
Esta infame iniciativa fue aprobada por 267 votos a favor y 50 en contra. Se puede consultar aquí lo que votó cada grupo. Hubo 41 votos negativos en los grupos de Les Républicains, 7 en la Union Centriste y 1 en la Rassemblement des démocrates, progressistes et indépendants. Sin embargo, todos los grupos votaron mayoritariamente a favor de esa aberración judídica y moral que supone presentar el acto de matar a seres humanos inocentes e indefensos como un derecho fundamental, cuando en realidad lo que se ha hecho es blindar la violación del más básico de los derechos humanos, que es el derecho a la vida.
El precedente del Terror Jacobino que Francia parece haber olvidado
Francia tiene la injusta fama de ser habitualmente presentada como la cuna de la democracia. En todo caso, es la cuna de la guillotina y del Terror Jacobino, el primer régimen totalitario de la Edad Moderna, que masacró a decenas de miles de personas por motivos políticos en 1793, sólo cuatro años después del inicio de la Revolución Francesa. Aquello fue un aviso de lo fácil que es convertir una democracia en una tiranía, pero una vez más los pueblos que olvidan su propia historia están arriesgándose a repetir sus episodios más siniestros.
La razón de ser de la democracia: poner límites al poder político
La democracia ya existía antes de que aquel dramático episodio histórico cuyo blanqueamiento sólo contribuye a engordar una mentira histórica. Desde la Edad Media había parlamentos en varios países europeos. La asamblea más antigua es el Alþingi islandés (año 930). En el año 979 se fundó el Tynwald de la Isla de Mann, que es la asamblea más antigua con continuidad en el tiempo. En 1188 se fundaron en la actual España las Cortes de León, el primer parlamento de Europa propiamente dicho. En suelo español también surgieron durante la Edad Media las Cortes de la Corona de Aragón y las Cortes de Castilla.
La razón de ser de aquellos primeros parlamentos medievales conecta de lleno con la propia esencia de la democracia: la limitación del poder político y su sujeción a unas normas que pongan freno a los abusos de los que ejercían el gobierno de las naciones, unos abusos que no fueron exclusivos de las monarquías, como pronto se vio en la que realmente fue la primera democracia moderna de Occidente, que no fue Francia, sino los Estados Unidos de América, una nación que, a diferencia de la Francia revolucionaria, nunca quiso arrancar sus raíces cristianas, sino que fundamentó en ellas su deseo de libertad.
Ninguna democracia es perfecta, y la democracia de EEUU vivió una de sus pruebas más difíciles con la abolición de la esclavitud, una cuestión que acabó conduciendo al país primero a una secesión y después a una guerra civil. La causa de aquel conflicto era que difícilmente se puede pregonar que todos nacemos libres e iguales si no reconocemos sus derechos a ciertos seres humanos, en ese caso los esclavos negros traídos de África y sus descendientes, que eran tratados como artículos de propiedad, algo puramente infame.
Una reforma peligrosamente parecida a las Leyes de Nüremberg de 1935
La democracia vivió en Occidente su segundo gran trance en la primera mitad del siglo XX, cuando un país democrático, la República de Weimar, sucumbió a un aberrante discurso que afirmaba que ciertos seres humanos carecían de derechos y que todas las barreras frente a los abusos de poder debían ser suprimidas para otorgar plenos poderes a una sola persona, Adolf Hitler. Tras el desastre provocado por el nazismo, el mundo vio la necesidad de proclamar unos límites claros al poder político. Fue así como surgió en 1948 la Declaración Universal de Derechos Humanos, cuyo Artículo 3 afirma:
"Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
Con su votación de esta semana, el Senado de Francia ha derribado uno de los diques de la democracia frente a los abusos de poder, creyéndose con autoridad como para arrebatar sus derechos a ciertos seres humanos e incluso proclamar su eliminación como un derecho constitucional. Es una traición a la esencia misma de la democracia, una usurpación por parte de la mayoría contra los derechos humanos de una minoría que ni siquiera tiene voz para poder defenderse de ese abuso. Lo que ha aprobado el Senado francés es algo que se parece peligrosamente a las Leyes de Nüremberg de 1935, con las que los nazis desposeyeron a los judíos alemanes de sus derechos más elementales como seres humanos, convirtiéndolos en personas de segunda clase.
Los efectos de arrancar las raíces cristianas de una nación
Para terminar, hay que señalar que no es casual que esto haya ocurrido en Francia, país que tiene un régimen que quiso arrancar las raíces cristianas de su nación y que después las condenó al ostracismo, como si el hecho de creer en Dios y seguir a Cristo te convirtiesen en alguien sospechoso. La realidad es que sin Cristianismo no habría libertad, ni igualdad ni fraternidad. Fue el Cristianismo el que consolidó en Europa la idea de que somos hermanos e iguales porque todos somos hijos de Dios. Es el Cristianismo en el que se fundamenta nuestra libertad, al defender el libre albedrío y nuestra capacidad para elegir libremente entre el bien y el mal, frente a pensadores modernos como Schopenhauer, Marx o Nietzsche que negaron esa facultad.
No es casualidad que en esta Europa cada vez más materialista y relativista la democracia esté entrando en barrena, al disolver sus bases morales. ¿Qué derechos humanos inmutables puede haber si todo es relativo y si la mayoría se arroga la autoridad para suprimirlos? Lo ocurrido en Francia debería servirnos de aviso, una vez más, de que nuestra democracia puede desaparecer con el aplauso de la mayoría, como ya lo hizo en Alemania en 1933 y en Venezuela en fechas mucho más recientes. Una democracia sin límites frente a los abusos de poder puede acabar convirtiéndose en la peor de las tiranías.
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Foto original: Pxhere.com.
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Comentarios:
wladimir
el Sr Macron…
dice que el Aborto es un derechoy conquista de la mujer y por eso hay que blindarlo para que no le quiten ese derecho a ellas…
acaso el Aborto es un derecho?…el aborto es muerte…es parte de la cultura de la muerte que defiende el progresisno materialista global y la Agenda 2030…
10:38 | 1/03/24
Lunaa
Con el tema del aborto se nos ha pretendido hacer creer que la fuente de su derecho es el caso, como si eso fuera posible. Sus alegatos a favor, la misma legislación ha partido siempre de supuestos que no son justificación, sino pretensión de justificar que un acto -matar a tu hijo- es preferible a otros o a circunstancias que en muchos de ellos ni están penadas ni pueden penarse.
No. El hecho y el Derecho son completamente distintos y no deben confundirse en una misma naturaleza en que no coinciden. Tampoco deben supeditarse en rango cuando el menor se impone de forma tan clara sobre el mayor, y aquí vemos que esto sucede porque el más elemental de todos, el más básico, evidente e innegable es el de ser, vivir y existir. El Estado, el Gobierno y la Administración de Justicia están para servir a este Derecho que en común profesamos (gozamos ejerciéndolo y defendemos), por lo que su rango no es superior en lo esencial al de la persona misma, y siendo que al quitar al administrado desaparece la administración de Justicia, sucediendo que no tenemos en la Ley humana dónde basarnos para dar muerte a un inocente y sí en la Ley de Dios el Mandamiento de no matar, como también nos dice la Ley Natural.
Cuando ya es discutido el monopolio de la fuerza por parte del Estado para la defensa del orden público y del bien se nos presenta de forma engañosa la pretensión de un nuevo monopolio individual que podría equipararse al que en tiempos antiguos otorgaron los romanos al amo sobre el esclavo, o los piratas del vencedor sobre el vencido.
11:14 | 1/03/24
Alberto77
Los masones genocidas anticristianos del PP jamás hicieron algo contra el aborto o la eutanasia salvo imponerlo y todavía van muchos fariseos del PP presumiendo de católicos y provida:
VOX presenta en Europa un Manifiesto por la Vida «frente a la industria de la muerte del aborto»
https://gaceta.es/espana/vox-presenta-en-europa-un-manifiesto-por-la-vida-frente-a-la-industria-de-la-muerte-del-aborto-20240301-1254/
16:14 | 1/03/24
Juan Diego
Saludos
Los franceses no saben lo que están haciendo al incluir este crimen en la Constitución. Francia está sellando con sangre el final de su revolución masónica, tal como la empezaron, con la complicidad de la casa de orleans. Llega el tiempo de la preponderancia de la revolución bolchevique-islámica. Que se preparen.
Marine Le Pen creo que está un poco perdida en el tema del aborto, pero creo que su partido Agrupación Nacional no tiene representación en el senado, si no me equivoco…
22:29 | 1/03/24
Jandro
Esta es la corrupcuón importante, no la de Koldo, el PSOE o el PP, valga la redundancia.
Promover con leyes la negación de hechos que resultan evidentes y que la ciencia confirma es la muestra de la corrupción que más dolor e injusticia puede causar.
Para mí, que un diputado vote a favor de que algunos seres humanos puedan aniquilar a otros es infinitamente peor que meter mano en las arcas del Estado (que también está mal, no cabe duda, pero que queda bastante por debajo en la infamia y en la gravedad de sus consecuencias).
No es que quiera poner una contra otra. Es que, de hecho, quien vota a favor del aborto tiene todas las papeletas para ser una persona mucho más corruptible, también económicamente, que quien no permite que unos seres humanos maten a otros, encima inocentes, bajo el amparo de la ley.
13:49 | 2/03/24
jemoro
Si me tuviera que poner en la situación de médico católico francés supongo que no me quedaría ya más solución que emigrar de mi tierra natal porque los problemas legales para ejercer la profesión en conciencia no van a estar respetados en esa «República». Muy lamentable lo que ha pasado y la que se nos avecina puede ser considerable. Toda mi consideración para los valientes héroes que tengan que lidiar con este problema porque no le va a resultar fácil. No se que solución van a poder encontrar estos colegas. Rezo por ellos porque van a ser médicos perseguidos … clamo al Hacedor de la vida para no nos deje desamparados. «Dios nos pille confesados» … que es lo que coloquialmente se suele decir, no sin acierto.
22:44 | 4/03/24
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