Un crimen ruso seguido de una operación de desinformación que aún continúa

La Masacre de Bucha y lo que indica sobre los propagandistas prorrusos en Occidente

El 31 de marzo de 2022, tal día como hoy hace dos años, las tropas rusas se retiraron de la localidad de Bucha, en las afueras de Kiev.

Katyn 1940, Bucha 2022: lo que puede llegar a hacer el Kremlin para negar sus crímenes
El monumento que recuerda a las víctimas de la masacre perpetrada por los rusos en Bucha

La masacre perpetrada por los rusos en Bucha

Al día siguiente, tras la llegada de las tropas ucranianas a Bucha, fueron hallados los cadáveres de cientos de habitantes de la localidad. Muchos de los cadáveres fueron hallados tirados en las calles y otros fueron descubiertos. Otros fueron hallados en un sótano que fue utilizado por los rusos como cámara de tortura. Además, los rusos obligaron a otros vecinos a enterrar a los asesinados en fosas comunes. Muchos de los civiles asesinados en Bucha fueron torturados y sus cuerpos fueron hallados con las manos atadas a la espalda.

La investigación de esa masacre llevó varios meses y contó con la participación de investigadores y observadores internacionales. A finales de agosto de 2022 se emitió un informe con el recuento de víctimas. La investigación indicó que se hallaron 458 cadáveres, de los cuales 419 tenían marcas de haber sido tiroteados, torturados o apaleados hasta la muerte. Debido a su estado, 50 cadáveres no pudieron ser identificados, ya que los rusos quemaron algunos de los cuerpos. De los cuerpos hallados, 366 eran hombres y 86 mujeres. Cinco cuerpos estaban demasiado deteriorados y ni siquiera se pudo identificar su sexo. Nueve cuerpos eran de menores de 18 años. Además de estos asesinatos, los soldados rusos violaron a mujeres y niñas de entre 14 y 24 años.

Bucha tenía unos 39.000 habitantes al comienzo de la invasión rusa. La mayor parte de sus vecinos huyeron ante la llegada de los invasores. De los 4.000 vecinos que se quedaron, 1 de cada 10 murió durante el mes que duró la ocupación rusa. Hoy en día, existen abundantes pruebas y testimonios de supervivientes sobre la autoría rusa de esa masacre, e incluso se sabe qué unidades rusas fueron las perpetradoras.

La operación de desinformación del Kremlin y de sus propagandistas

Como ha hecho con otros crímenes rusos en esta guerra, el Kremlin negó la masacre y desató una burda campaña de desinformación que todavía continúa. Siguiendo su línea de negar toda atrocidad cometida por los rusos, en Occidente los propagandistas prorrusos adoptaron tres líneas diferentes:

  • Algunos afirmaron que era necesaria una investigación y que no estaba claro lo ocurrido, en un intento de echar tierra sobre el asunto y propiciar que fuese olvidado.
  • Otros negaron la masacre sin más, llegando a afirmar que las fotos de cadáveres en las calles de Bucha fueron una escenificación.
  • Muchos propagandistas prorrusos acusaron de la masacre a los ucranianos, afirmando que la habían cometido las tropas que liberaron la ciudad, a pesar de las abundantes pruebas que indican la autoría rusa.

A día de hoy, ninguno de esos propagandistas ha rectificado. Ninguno de ellos ha reconocido que se equivocó, que su opinión era incorrecta y que los rusos cometieron esa masacre, tal como demuestran las pruebas y los testimonios de supervivientes. Dos años después, muchos mantienen las mismas posiciones de entonces. Las pruebas y los testimonios sobre esta masacre no les han hecho cambiar de parecer en ningún momento. Ninguno de ellos ha cambiado de opinión sobre esta invasión ni sobre Rusia a raíz de esta masacre.

Un caso claro de encubrimiento de un crimen

Esto nos demuestra que la posición de esos propagandistas es inmune a los hechos y a la realidad. No les importa que Rusia cometa crímenes y que esos crímenes estén sobradamente probados. Cabe preguntarse, en consecuencia, si consideran justificados esos crímenes. En todo caso, su actitud se corresponde con una figura del Derecho Penal: el encubrimiento, que es la acción de aquellos que ayudan a los autores de un crimen a ocultar los hechos, a eludir la acción de la Justicia o a obtener un beneficio del crimen cometido.

Un negacionismo como el que hacen nazis y comunistas

La actitud de esos propagandistas recuerda mucho a la actitud de los negacionistas del Holocausto, que todavía hoy siguen negando el genocidio cometido por los nazis en la Segunda Guera Mundial a pesar de la abundante cantidad de evidencias que existen sobre el mismo. Además, su actitud también recuerda mucho a la de la URSS sobre la masacre de Katyn, perpetrada por los soviéticos en 1940 y en la que fueron asesinados 22.000 prisioneros de guerra polacos. Los soviéticos atribuyeron esa masacre a los alemanes. El gobierno soviético no reconoció la verdad sobre Katyn hasta 1991, pocos meses antes de la desparición de la URSS, y todavía hoy el régimen de Putin sigue obstaculizando la investigación de aquellos hechos.

La masacre de Bucha no sólo retrata al Kremlin, sino también a sus propagandistas. Estamos ante una guerra en la que Rusia está cometiendo graves crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, que en el caso de masacres como Bucha cabría elevar ya a la categoría de crímenes de genocidio. Mientras tanto, algunos siguen pretendiendo que Rusia es la tercera Roma y que es un faro moral frente a un Occidente decadente, y eso lo hacen mientras niegan, ocultan o falsean la realidad de crímenes como los de Bucha.

Lo que esos propagandistas hacen es una campaña de engaño muy parecida a las que algunos han lanzado para justificar al nazismo y al comunismo, negando sus crímenes y demonizando a las democracias occidentales. Espero, sinceramente, que algún día tengan que rendir cuentas ante la Justicia por ello.

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Foto principal: The New European.

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Comentarios:

  1. Lunaa

    En estas fotos hay claros indicios de que los autores no fueron ucranianos al entrar en la ciudad. Nevó antes de la matanza y encontramos el suelo muy húmedo pero no remojado, sin charcos porque no llovió, había nevado y al deshacerse la nieve fue borrando huellas, como el rastro de la bicicleta (poco marcado en su momento por la capa protectora de nieve que pisó). No hay rastros posteriores, nadie parece haber pasado por ahí desde la matanza; se puede concluir por tanto que al llegar los ucranianos hicieron estas fotos -supongo que en forma de atestado- antes de retirar los cadáveres.

    Repito: Nevó. Por eso un camión u otro vehículo se «comió» el bordillo (que no veía porque estaba cubierto de nieve) y dejó esa marca de los neumáticos que ningún conductor desea. Es necesario un tiempo para que se funda la nieve. Y en el momento de sacar estas fotos hace un frío intenso como demuestra el tono cálido de las sombras.

    De todas formas, ¿Qué podría mover a los ucranianos a matar a estas personas? es absurdo pensarlo. Y no mataron a tiros y de lejos a víctimas atadas de manos que pasaban por ahí, los culpables las sacaron en estas condiciones a darles el «paseíllo».

  2. wladimir

    es evidente…

    en el asunto de Bucha….es evidente la tipica mano rusa criminal tal y como estan acostumbrados a hacer en todas las guerras en que tengan parte…

    y por supuesto tambien se encontrara el caracteristico encubrimiento y respaldo de secuaces que estan dispuestos a negar la verdadera realidad del asunto…

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