¿Antisemita y cristiano? Cuidado con los que intentan repetir este infame engaño

Elentir EN Lun 15·4·2024 · 17:51 1

El antisemitismo es una hedionda lacra que todavía existe y que ya provocó uno de los mayores genocidios de la historia en el siglo XX.

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Hoy en día, el antisemitismo es una lacra especialmente fuerte entre el islamismo y entre la extrema izquierda, dos sectores de la sociedad en los que el odio a los judíos se materializa, además, en un odio visceral hacia el Estado de Israel. Pero también sigue existiendo un antisemitismo de extrema derecha, aunque sea marginal. Algunas organizaciones neofascistas muy minoritarias siguen exibiendo su odio a los judíos, a veces disfrazándolo con otros ropajes.

Uno de los disfraces más habituales de esa extrema derecha antisemita es el Cristianismo. Pretenden fomentar el odio a los judíos rompiendo los lazos de fraternidad que hay entre las comunidades judía y cristiana. Recordemos que el Papa San Juan Pablo II definió acertadamente a los judíos como "nuestros hermanos predilectos y, en cierto modo, se podría decir nuestros hermanos mayores".

No es la primera vez que esa cosa tan difusa que suele ser etiquetada como "extrema derecha" utiliza el Cristianismo como pretexto para fomentar el antisemitismo. Ese infame engaño ya fue utilizado por el nacional-socialismo, un movimiento totalitario radicalmente anticristiano y de carácter neopagano. Debemos recordar que en Polonia, la Alemania nazi asesinó a 3 millones de judíos y también a 2,5 millones de polacos étnicos, en su mayoría católicos.

Entre los asesinados por los nazis durante la ocupación alemana de Polonia estaban santos como Maximiliano Kolbe y 108 mártires católicos que fueron beatificados por Juan Pablo II en 1999. En 2023, la Iglesia Católica beatificó a todos los miembros de una familia católica polaca, los Ulma, asesinados por los nazis por ayudar a los judíos.

La Iglesia Católica es muy clara en su condena del antisemitismo, a lo que hay que añadir un hecho que muchos antisemitas pasan por alto: Cristo nació en el seno del pueblo judío, de modo que odiar a los judíos es odiar también a Cristo. Por ello, y porque el racismo es un pecado que atenta contra el mandamiento de Cristo de "amaos los unos a los otros", un cristiano no puede ser antisemita. Los que quieran justificar su repugnante odio contra los judíos, mejor que se busquen otro disfraz para ese veneno que tienen en el alma contra un pueblo que ya ha sufrido unas atrocidades colosales por culpa de ese odio.

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Foto: VaticanNews. San Juan Pablo II con el Gran Rabino Elio Toaff, durante la visita del Papa polaco a la Gran Sinagoga de Roma el 13 de abril de 1986.