'Free Bego', el exhibicionismo de una secta que ya está imitando a Putin y Lukashenko

Elentir EN Sáb 8·6·2024 · 7:00 5

Los escándalos de corrupción del socialismo español ya habrían hecho caer a cualquier otro gobierno de la Unión Europea.

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Una forma de degradar la democracia al estilo de Putin y Lukashenko

En los países democráticos se exige ejemplaridad a los líderes políticos y, sobre todo, que rindan cuentas ante el pueblo. Sin embargo, el gobierno de coalición de Pedro Sánchez, formado por socialistas y comunistas, imita al modelo de Putin y Lukashenko, cuyos regímenes son una clara demostración de hasta qué punto la corrupción política puede acabar degradando una democracia y convirtiéndola en una dictadura.

Sánchez no da explicaciones y recurre a una teoría de la conspiración

Aquí en España, Pedro Sánchez no da explicaciones de ninguna clase: actúa como si estuviese exento de darlas, como si bastase con cumplir sus deseos personales para gobernar y como si rendir cuentas ante el pueblo español fuese algo reservado exclusivamente para sus rivales políticos. Todas las intervenciones públicas de Sánchez se resumen en ataques a la oposición, a la Justicia y a los medios de comunicación, por tener la osadía de contradecir a un gobierno cuyo presidente está adoptando unas formas propias del culto a la personalidad que existe en Corea del Norte, que es la más opresiva dictadura del mundo.

En el marco de esa forma autoritaria de entender el ejercicio del poder, ayer en el mitin de final de campaña del PSOE para las elecciones europeas se repartieron pulseras con el lema "Free Bego", en referencia a Begoña Gómez, esposa de Sánchez y que está investigada por dos delitos de corrupción en España, además de estar abierta una causa contra ella también por corrupción en la Fiscalía Europea. Si cualquier otro partido tuviese a una persona acusada de delitos de corrupción (tengamos en cuenta que la esposa de Pedro Sánchez es afiliada del PSOE) tan serios como los que ella ha sido acusada, a ninguno de ellos se le ocurriría convertirla en un reclamo electoral.

El PSOE es la excepción. El PSOE está utilizando un escándalo de corrupción como algo de lo que vanagloriarse y que se pueden utilizar incluso para movilizar el voto de sus simpatizantes, recurriendo a teorías conspirativas en las que el PSOE aparece como víctima de un complot, que según los socialistas estaría formada por la oposición política, los jueces y aquellos medios que se atreven a informar sobre esos escándalos. Esas teorías conspirativas quienen convencernos de que la amenaza para la democracia no es un gobierno corrupto, sino quienes fiscalizan al poder, que es el deber de la oposición, de la Justicia y de los medios de comunicación en todo país democrático.

Pretendiendo limpiar la mancha de la corrupción con votos

Como ya vimos en la carta de Pedro Sánchez de este miércoles, los socialistas españoles incluso abordan las elecciones europeas de este domingo como un intento de usar los votos de sus seguidores para limpiar esa mancha de corrupción, como si los procesos judiciales quedasen anulados por un resultado electoral favorable a los corruptos. Según esta peligrosa idea, cualquier gobierno que gane unas elecciones gozaría de impunidad para cometer cualquier delito.

Un partido que ha adoptado las características de una secta

Ésta no es una forma de actuar propia de un gobierno ni de un partido democráticos. Ésta es una forma de actuar típica de una secta, en la que el líder siempre tiene la razón y nunca debe ser contrariado. Eso es precisamente lo que Pedro Sánchez ha hecho con el PSOE, un partido que ya tenía un oscuro pasado de escándalos de corrupción e incluso crímenes sangrientos y un golpe de Estado, el de 1934 contra un gobierno de centro-derecha surgido de unas elecciones democráticas.

Un partido con ese historial ya habría sido ilegalizado en otros países europeos. Si el PSOE sigue existiendo es, en gran medida, porque el Partido Popular se empeña en blanquear el pasado de los socialistas, inventándose un "PSOE bueno" que no existió, en un intento de convencernos de que Sánchez es una excepción en la tradición política del PSOE, cuando en realidad no es más que el resultado de una forma de ejercer la política que es dañina para la democracia desde la misma fundación del PSOE por un fanático, Pablo Iglesias Posse, que llegó a lanzar una amenaza terrorista contra un rival político desde la tribuna del Congreso, para después burlarse de un ataque a tiros sufrido por la persona amenazada. El retrato de ese fanático está colgado en todas las sedes del PSOE, lo cual da una idea de la clase de partido que es.

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Foto: PSOE. Pedro Sánchez y la vicepresidenta tercera de su gobierno, Teresa Ribera, en el mitin del PSOE celebrado el 7 de junio de 2024 en Fuenlabrada.