Un hecho que se deriva de un proceso que está afectando a toda la sociedad

Una reflexión sobre el creciente desarme ideológico de la derecha y cómo evitarlo

Hoy estamos en la víspera de unas elecciones europeas, una oportunidad de oro para hablar de grandes cuestiones que nos afectan a todos.

La deriva de la derecha antioccidental: ayer Moscú, ahora Teherán, ¿mañana Pyongyang?
Antiglobalismo: el riesgo de que se repita la trampa del antifascismo y el anticomunismo

Sin embargo, esta campaña electoral ha dejado pasar la oportunidad de abordar esos grandes debates, con la única excepción de Vox, que se ha atrevido a recordar que los socialistas y los populares fingen ser rivales en sus respectivos países pero votan juntos la amplia mayoría de las veces en Bruselas, donde mantienen una "gran coalición" mantiene en sus manos la Comisión Europea desde hace años.

Lo ocurrido en estas elecciones europeas no es nada extraño. Vivimos en una sociedad que se está instalando en una permanente inmadurez intelectual, en una adolescencia ideológica en la que en cualquier debate los argumentos racionales dejan paso a los argumentos emocionales. Tenemos una sociedad que cada vez lee menos y que siente cada vez más pereza a la hora de abordar argumentos complejos. Pierdo la cuenta de la cantidad de veces que alguien me ha respondido la publicación de un artículo diciendo que era demasiado texto.

Éste no es un problema que podamos limitar a una determinada corriente ideológica. Toda la sociedad se está viendo afectada por esta deriva, también la derecha. Y con "derecha" no me refiero a una determinada opción política, sino a esa parte de la sociedad que no se siente representada por las opciones de centro e izquierda. Ha habido muchas quejas, con razón, por la falta de madurez que exhibían muchos votantes de Podemos, cuya simpleza a la hora de pensar es la más clara explicación del éxito que tuvo ese partido de extrema izquierda. Sin embargo, en el resto del mapa político podemos empezar a observar una deriva muy similar. Esto es algo que causa alarma.

Hay varias cuestiones en las que esa pereza intelectual se expresa con más claridad. Una de ellas es la economía, una faceta de nuestra sociedad que es compleja y que requiere tener una cierta experiencia para poder dominarla. El vacío de conocimientos en materia económica se compensa a base de prejuicios, simplezas o varitas mágicas, es decir, soluciones fáciles (y a menudo falsas) para problemas difíciles y reales.

Algo parecido podemos ver en una parte importante de nuestra cultura. El desconocimiento de la historia en la actualidad llega a extremos pasmosos. Sucesivas leyes socialistas han contribuido a ello, pero no son las únicas responsables. Aprender historia implica conocer por qué y cómo ocurrieron ciertos hechos, una tarea que exige dejar los prejuicios a un lado. Una tendencia muy habitual es abordar la historia con la misma simpleza con la que se abordan otras materias.

Finalmente, la política internacional es una cuestión en la que la abundancia de opiniones no va acompañada de la abundancia de conocimientos. Al igual que con la historia, mucha gente opina sobre las cuestiones internacionales sin buscar información, a veces incluso sin saber ubicar geográficamente dónde tienen lugar ciertos hechos.

La tendencia a sacrificar lo correcto en favor de lo fácil, la pereza a la hora de leer o de informarse antes de opinar, y asumir planteamientos como el de que el fin justifica los medios, están provocando que una parte creciente de la derecha está sufriendo un proceso de desarme ideológico muy parecido al de la izquierda, un proceso que la convierte en presa fácil para cualquier vendedor de crecepelo. Eso es lo que explica que cierta derecha esté coincidiendo cada vez más con cierta izquierda en asuntos que antes parecían impensables.

¿Qué hacer para evitar eso? Pues leer, informarse, ser crítico con lo que se lee, no creer sin más cualquier titular que leemos y, sobre todo, intentar ser coherentes. Nos estamos jugando nuestra Patria y nuestra Libertad, dos cosas por las que merece la pena asumir un cierto esfuerzo intelectual. Y sobre todo, debemos rechazar la idea de que hay que renunciar a tus principios y al rigor para tener éxito.

---

Foto: Kaitlyn Baker.

No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico:

Comentarios:

  1. Berto

    Solamente queda VOX, lo cual no es positivo, debería haber más partidos como el de Abascal, con el mismo discurso en cualquier parte de España, contra el globalismo y la Agenda 2030, contra las leyes ideológicas de la izquierda, que el Partido Podrido acata sin rechistar.

    Los 3 millones de electores que con la Trotona de Pontevedra quedamos escaldados para siempre con el PP. Lo ideal es que se unieran un par de millones, que piensan como nosotros, pero siguen apoyando al socialismo azul, no quieren ver que VOX es la auténtica derecha en España.

    Ver a gente de derechas apoyando a Putin o negando que el COVID exista, es realmente desolador.

  2. maytehuete

    Berto, yo no apoyo a Putin pero pienso que el COVID no existe como pandemia ni sus sustancias llamadas vacunas… y si esto es para ti desolador, lo siento mucho…

  3. Lunaa

    Si nos dan libertad pero no la usamos, ¿somos más libres? no, sólo más idiotas. Y es lo que nos está pasando.

  4. AlbertoAG

    Hablando sobre la importancia de leer e informarse antes de opinar, creo que la reflexión es realmente el principal mecanismo que nos puede sacar del pozo de la ignorancia. Sin embargo, muchos ignorantes se creen cultos simplemente por leer mucho, pero sin reflexionar, por desgracia.

    Por cierto, Reflexiones sobre la revolución francesa, de Edmund Burke, un libro que he leído recientemente, nos puede dar una respuesta sobre cómo combatir políticamente a aquellos que nos intentan imponer los ideales de su revolución basada en la Agenda 2030, pues tanto las medidas impulsadas por los revolucionarios franceses a finales del siglo XVIII como aquellas fomentadas por los globalistas de nuestro tiempo implican lo mismo, la imposición de una nueva concepción antropológica que no respeta ni el derecho natural ni nuestras tradiciones.

    Creo que la defensa del derecho natural junto a las tradiciones es a lo que debe adherirse uno si quiere evitar caer en los dogmas de la izquierda.

    Mientras que en Contando Estrelas se sigan defendiendo los ideales sobre los que se fundó, puede contar con muchísimas personas que respalden a este blog, entre las cuales me incluyo yo.

  5. Berto

    Una persona que niega que haya habido una pandemia de COVID-19 tiene las neuronas justas para no hacer sus necesidades en la calle.

  6. Fernando19

    Creo que la clave está en:
    «Tenemos una sociedad que cada vez lee menos y que siente cada vez más pereza a la hora de abordar argumentos complejos».

  7. JoseRamon

    Artïculo magistral. Así es. El problema clave actual es la ignorancia.

Opina sobre esta entrada:

Debes iniciar sesión para comentar. Pulsa aquí para iniciar sesión. Si aún no te has registrado, pulsa aquí para registrarte.