La cubanización de España: el gobierno impone la censura en un caos ferroviario

Ayer, la ciudad de Madrid vivió un nuevo episodio de caos ferroviario, algo que ya viene siendo habitual con el gobierno de Sánchez.

Sánchez, su ejercicio mafioso del poder y el mutismo de gran parte del periodismo
Pedro Sánchez imita una medida del régimen de Putin para limitar la libertad de prensa

El caos ferroviario de este sábado en Madrid

Esta vez, varias líneas ferroviarias fueron interrumpidas porque una persona no autorizada accedió a la pasarela superior de la estación de Atocha. Según Trenvista, fue por un intento de suicidio. La misma fuente ha señalado que un tren de la serie 114 ha descarrilado en el túnel Atocha-Chamartín de ancho internacional. Trenvista ha publicado estas fotos del desastre, en el que ha resultado dañado tanto al convoy como al túnel. Seguramente la retirada de este convoy y la reparación de los daños en el túnel llevarán varios días.

Además, Vloonk ha difundido estas fotos del convoy accidentado, que se han difundido por las redes sociales. Desconozco quién es el autor, aunque supongo que será alguien de ADIF, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias de España.

La pésima gestión del socialista Óscar Puente como ministro de Transportes

Obviamente, ni el mejor gobierno puede evitar que ocurra un intento de suicidio o un accidente, pero lo que está pasando con los trenes en España no es normal. Últimente las incidencias ferroviarias se han convertido en algo tristemente habitual, sobre todo en Madrid.

El socialista Óscar Puente, ministro de Transportes desde el 21 de noviembre de 2023, está haciendo una gestión lamentable, dedicándose más a la vergonzosa labor de tirar balones fuera que a dar explicaciones. De hecho, las pocas explicaciones que da las ofrece desde una cuenta de Twitter en la que ha bloqueado a media España, por su enfermiza costumbre de bloquear a todo aquel que le lleva la contraria, una actitud inaceptable en un miembro del gobierno que está cobrando un generoso sueldo público.

ADIF, a las órdenes del ministerio, impone un apagón informativo a los medios

Por si no bastase con la mala gestión, ayer se vio algo insólito en una democracia: ADIF, dependiente del ministerio de Óscar Puente, prohibió a los medios informar desde la estación de Atocha, incluso expulsando a periodistas que estaban haciendo su trabajo, como le ocurrió a un equipo de TeleMadrid. Incluso medios afines al gobierno, como Televisión Española y La Sexta, han sufrido este acto de censura propio de un régimen antidemocrático.

De la mano de un gobierno de coalición formado por socialistas y comunistas, España ya está viviendo un alarmante proceso de cubanización, y no porque últimamente tengamos un clima parecido al de la isla de Cuba, sino porque tenemos un gobierno que está imitando las costumbres de esa dictadura comunista, que además de haber arruinado a ese país caribeño, llenando sus instituciones de militantes comunistas tan ineptos como corruptos, después impide informar sobre las consecuencias, dejando a multitud de personas durante horas encerrada en trenes o tirada en una estación.

La ofensiva de Sánchez contra la libertad de información

Lo ocurrido ayer ha sido una clara demostración de lo que Pedro Sánchez prepara con su ofensiva contra la libertad de información, una ofensiva motivada por su afán por tapar los escándalos de corrupción que afectan a su gobierno, a su partido y a su entorno familiar más cercano, pero que ahora se dirige también a ocultar la deriva tercermundista que está provocando la pésima gestión de este gobierno, cuyas prioridades parecen ser hacer favores a sus aliados separatistas y a los terroristas de ETA, y dejar a un lado los problemas reales de los españoles.

Con ser esto algo extremadamente grave e intolerable en una democracia, hay algo todavía peor: la docilidad con la que muchos medios acogen esos actos de censura y esa pésima gestión política, como si en una democracia fuese normal que un gobierno impida a los periodistas ejercer su labor para que no se hable del caos que está provocando. Lo que pasa en España no es sólo culpa de un gobierno que abusa de su poder, sino también de quienes callan ante esos abusos, como si creyesen que el gobierno tiene derecho a cometerlos.