Algunas cosas que es bueno tener en cuenta al hablar sobre cualquier tipo de dictadura

Desde hace años vengo denunciando el apoyo y la complicidad de partidos de izquierda a las dictaduras socialistas y comunistas.

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Algunos pueden pensar que hablar de dictaduras es cosa del pasado. Sin embargo, hoy en día más de 1.500 millones de personas, el 20% de la humanidad, viven bajo regímenes antidemocráticos de extrema izquierda, en dictaduras como la China comunista, Corea del Norte, Cuba, Laos, Nicaragua, Venezuela y Vietnam.

Una de esas dictaduras, China, es blanqueada constantemente por multitud de medios, que nunca se refieren a su dictador llamándolo así (hablan de "presidente"), y su partido único tiene una cordial relación con partidos que se dicen democráticos (como el Partido Popular, el PSOE y el Partido Comunista de España), sin que la mayoría de los medios se escandalicen por ello y sin que estalle ninguna polémica.

Dicho esto, me animo a escribir algunos apuntes que me parece recomendable tener en cuenta a la hora de hablar sobre dictaduras:

• Toda dictadura merece rechazo desde posiciones democráticas. Toda, sea cual sea su ideología. Lo que no es coherente es, por ejemplo, que en España esté penalizado ensalzar al franquismo pero no a dictaduras comunistas que fueron mucho peores y mataron a mucha más gente que el franquismo.
• Hay dictaduras menos duras que otras. El franquismo en España fue menos duro que las dictaduras comunistas, y la dictadura comunista polaca fue menos dura que las dictaduras comunistas de Albania o Camboya. La dictadura de Putin también es menos dura que Corea del Norte. Pero todas son dictaduras, es decir, regímenes donde el poder se impone por medios no democráticos, impidiendo el normal ejercicio de una oposición política.
• Entre las peores dictaduras están los regímenes totalitarios: el comunismo y el nazismo. No es coherente pedir condenas políticas contra dictaduras en las que había más márgenes de libertad, como el franquismo, y al mismo tiempo negarse a condenar los crímenes de las peores dictaduras, como hizo la izquierda española hace tres años, con una absoluta desvergüenza y sin que los medios montasen un escándalo por ello.
• La llamada "memoria histórica" o "memoria democrática" es amnesia selectiva si olvida a las dictaduras de izquierdas. Es precisamente lo que ocurre en España, donde la legislación aprobada por socialistas y comunistas ignora sistemáticamente los crímenes de las dictaduras comunistas y a sus víctimas, como si no mereciesen ningún respeto ni recuerdo.
• Buscar otro nombre para tu dictadura no implica que no lo fuese. Muchos izquierdistas se refieren a la dictadura comunista de Cuba como "revolución cubana". Incluso la Wikipedia habla de "Estado socialista" pero evita decir "dictadura". Es una costumbre que ocurre con todas las dictaduras por parte de quienes tienen algún tipo de simpatía con ellas. La Real Academia Española es clara en su definición de dictadura: "Régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales".
• Si criticas una dictadura del pasado pero no una dictadura actual, tal vez tu idea de luchar por la democracia consista en esperar a que muera el dictador, como les pasó a muchos izquierdistas en España, que sólo se hicieron antifranquistas después de la muerte de Franco. Lo valiente es criticar una dictadura cuando eso puede tener consecuencias negativas para ti, como por ejemplo sufrir el castigo de una potencia económica como la China comunista.
• El éxito de una dictadura en ciertos ámbitos no la justifica. Es muy habitual leer a izquierdistas defendiendo a la dictadura comunista cubana alegando sus índices de alfabetización, su sistema sanitario o su esperanza de vida (algo sobre lo que habría mucho que discutir), como si eso justificase tener a los cubanos sometidos a una dictadura desde 1959. Lo mismo se puede decir sobre los que justifican al franquismo alegando sus logros económicos.
• Rechazar dictaduras con las que compartes algunos puntos de vista es una prueba de coherencia. Hay muchos izquierdistas que fallan esa prueba a la hora de oponerse a dictaduras socialistas y comunistas, simplemente porque están de acuerdo con una parte de su ideología. Eso también ocurre entre algunas personas que justifican a Putin porque defiende algunas ideas conservadoras, como si eso disculpase los crímenes de ese dictador.
• Es un contrasentido llamar "dictaduras" a países democráticos y a la vez apoyar o justificar a auténticas dictaduras. Es algo que la extrema izquierda suele hacer, por ejemplo, llamando "dictadura de los mercados" o "dictadura del capital" a las democracias liberales, mientras se niega a llamar dictaduras a regímenes como los de China, Cuba y Venezuela. Por supuesto, no es una costumbre exclusiva de la extrema izquierda: la extrema derecha hace exactamente lo mismo con las dictaduras a las que admira.
• Es hipócrita criticar a dictaduras mientras se apoyan medidas autoritarias en países democráticos. Es precisamente la hipocresía en la que incurre la izquierda cuando por ejemplo aplaude medidas que lesionan derechos fundamentales como la libertad de educación, la libertad religiosa, libertad lingüística, el derecho a la presunción de inocencia, la libertad de prensa y la igualdad ante la ley.