Un aviso sobre la energía y Bielorrusia que la OTAN debería tomar muy en serio

El presidente de Ucrania está demostrando tener más sentido común y una mejor capacidad de análisis que muchos líderes europeos.

Sánchez sigue financiando la guerra de Putin con Rusia como segundo suministrador de gas
Sánchez promete a Ucrania una ayuda muy inferior al importe de su compra de gas ruso

Hoy, Volodímir Zelenski ha publicado un largo hilo en Twitter en el que ha hecho muchas observaciones interesantes, tras su intervención en la Conferencia de Seguridad en Múnich. Algunas de esas observaciones deberían ser tenidas muy en cuenta por los países miembros de la OTAN. Por ejemplo, ésta:

"La noche anterior a Múnich, un avión no tripulado ruso atacó el sarcófago que cubría el cuarto reactor en ruinas de la central nuclear de Chernóbil. Se trataba de un avión no tripulado Shahed, modificado por Rusia con tecnología iraní, que transportaba al menos 50 kg de explosivos.

Para nosotros, se trata de un gesto profundamente simbólico por parte de Rusia. Hace poco, en Ucrania, hablamos de la energía nuclear como factor crucial de la seguridad energética, a pesar de los constantes ataques rusos. Nos estamos preparando para ampliar la central nuclear de Jmelnitski con la participación de empresas estadounidenses, incluida Westinghouse. Esto reforzará no sólo la seguridad energética de Ucrania, sino la de toda Europa.

También hablamos con el presidente Trump y su equipo sobre la central nuclear de Zaporizhia, la mayor central nuclear de Europa, actualmente ocupada por Rusia. ¿Y la respuesta de Rusia? Un ataque con aviones no tripulados contra el sarcófago de Chernóbil, que contiene polvo y escombros radiactivos.

Esto no es sólo una locura. Es la postura de Rusia. Un país que lanza tales ataques no quiere la paz. No se está preparando para el diálogo. Casi todos los días, Rusia envía hasta 100 drones Shahed, junto con ataques con misiles balísticos y un número cada vez mayor de ataques aéreos con bombas. Pero eso no es todo.

Este año, Moscú planea crear 15 nuevas divisiones, 150.000 soldados. Eso es más que todos los ejércitos de la mayoría de los países europeos. Rusia abre nuevos centros de reclutamiento militar cada semana. Y Putin puede permitírselo: los precios del petróleo siguen siendo lo suficientemente altos como para que ignore al mundo.

Tenemos información clara: este verano, Rusia planea enviar tropas a Bielorrusia, con el pretexto de "ejercicios de entrenamiento". Así es exactamente como organizaron las fuerzas antes de la invasión a gran escala de Ucrania. ¿Esta fuerza rusa está destinada a atacar Ucrania? Tal vez. O tal vez, está destinada a vosotros.

No lo olvidemos: Bielorrusia limita con tres países de la OTAN. Se ha convertido en un punto de apoyo militar ruso. Putin y Lukashenko admiten que Bielorrusia ahora alberga armas prohibidas: misiles de alcance medio e incluso armas nucleares. Putin ve a Bielorrusia como otra provincia rusa.

Si alguien está preparando una plataforma de lanzamiento militar, ¿qué debemos hacer al respecto? Y, lo que es más importante, ¿qué podemos hacer antes del próximo ataque? Ya ha habido provocaciones en las fronteras de Polonia y Lituania, en las que se han utilizado las crisis migratorias organizadas por los servicios de inteligencia rusos para fomentar el caos. Pero ¿qué ocurrirá si la próxima vez no se trata de migrantes? ¿Y si se trata de tropas rusas o norcoreanas?"

Debemos recordar que, ahora mismo, los únicos países europeos que se están tomando en serio su defensa frente a la amenaza rusa son Polonia (que está llevando a cabo un rearme sin precedentes en toda su historia moderna), Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia. Todos ellos son países que tienen la desgracia de compartir fronteras con Rusia.

Mientras tanto, otros países europeos, entre ellos España, siguen manteniendo una inversión ridícula en defensa, muy por debajo de los compromisos adquiridos con la Alianza Atlántica en ese aspecto. Para colmo, Pedro Sánchez sigue comprando gas a Rusia, financiando así su agresión contra Ucrania y tal vez sus posibles futuras agresiones contra otros países, y al mismo tiempo.

En relación con lo que Zelenski señala sobre la energía, Sánchez no sólo ha decidido cerrar todas las centrales nucleares de España por motivos ideológicos (a menos que haya otros motivos reales que no nos ha contado), mientras prohíbe extraer gas natural en España, en virtud de un pacto suscrito en 2021 entre su Partido Socialista y los comunistas de Podemos (los títeres de Putin en España). Según el Consejo Superior de Colegios de Ingenieros de Minas, el subsuelo español podría suministrar gas natural para 40 años, pero Sánchez prefiere comprárselo a Putin.

Esto no es contribuir a la defensa de Europa: es socavarla.

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Foto: Reuters.