Galicia es la región más bonita de España (casualmente, es mi tierra natal) y tiene muchos lugares que merecen ser visitados.
Hay una ciudad a la que le tengo un especial cariño (además de Vigo, claro, que es donde nací). Esa ciudad está en el sur de la provincia de Pontevedra, junto a la frontera con Portugal. Una frontera que en este caso tiene agua, pues coincide en este lugar con el río Miño.
Ésta es una ciudad llena de cosas curiosas. Por ejemplo, tiene una Catedral medieval con almenas como si fuese un castillo.
Detrás de esa catedral hay viejas calles sinuosas por las que puedes dar tranquilos paseos, tanto de noche como de día.
Junto a la ciudad, y dentro de su término municipal, hay un monte al que he ido innumerables veces desde que era un niño.
En este monte hay miradores muy exóticos, que parecen como sacados de un cuento.
Y además, hay unas vistas asombrosas, aunque a veces en verano algo empañadas por el humo de los incendios forestales de Portugal.
Es un monte ideal para pasear, para descansar, para correr, para comer (hay mesas de piedra para ello) y para jugar, si eres un niño (o si no lo eres pero te sigue gustando jugar).
Quienes conocéis un poco la zona y los que lleváis años leyendo este blog ya sabéis que me refiero a Tuy (Tui, en gallego) y al Monte Aloya (Aloia, en gallego), unos lugares que tengo asociados con muy bellos recuerdos. Si queréis verlos, el pasado domingo Fran e Ingrid (él es un español de Galicia y ella es estonia), publicó un interesante vídeo recorriendo esta ciudad y el citado monte:
---
Fotos: Elentir.
No te pierdas las novedades y contenidos que te interesan. Recibe gratis el boletín diario en tu correo electrónico: Pulsa aquí para suscribirte |
Comentarios:
wladimir
interesante…
11:56 | 11/04/25
Opina sobre esta entrada: