El próximo avión presidencial de Estados Unidos se ha convertido en un asunto controvertido por varios motivos.
Sobre este avión, un Boeing 747-8i (la i es por Intercontinental) regalado por la familia real de Qatar, podéis ver aquí el vídeo publicado hoy por Fly By Wire Aviation (un excelente canal de Youtube al que os recomiendo suscribiros) dando algunos datos y mostrando imágenes exteriores e interiores de este lujoso avión:
Este 747-8i fue comprado por Qatar Amiri Flight, una empresa del gobierno de Qatar que dedica sus servicios casi en exclusiva a la familia Thani, que controla esa dictadura islámica. Boeing entregó el avión en abril de 2012, siendo matriculado como P4-HBJ. Equipado con todo tipo de lujos, este avión es como un palacio volante.
Hace unos días, Trump mostró su voluntad de aceptar ese avión regalado por Qatar y valorado en 400 millones de dólares. "Algunos dicen: no deberías aceptar regalos para el país. Mi opinión es: ¿por qué no aceptaría un regalo? Estamos dando a todos los demás, ¿por qué no aceptaría un regalo?" A decir verdad, el avión no es exactamente un regalo para el país, sino para Trump. ABC News señaló que el avión sería utilizado por Trump durante su mandato y posteriormente transferido a la fundación de la biblioteca presidencial Trump, lo cual ha suscitado dudas sobre la legalidad de la operación y también críticas incluso desde las filas republicanas.
La razón por la que Trump quiere este avión es que los actuales Air Force One (recordemos que este nombre es un indicativo de radio que recibe todo avión en el que el presidente de EEUU vuela en un determinado momento, mientras que el avión del vicepresidente es el Air Force Two) son dos Boeing VC-25A (una versión modificada del 747-200B) que hicieron sus primeros vuelos en 1987, durante el mandato de Ronald Reagan. Estos aviones están próximos a cumplir 40 años.
El 28 de enero de 2015, la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) (que es la operadora de estos aviones) anunció la selección del Boeing 747-8 como nuevo Air Force One. Los dos nuevos aviones presidenciales, designados como VC-25B, empezaron a construirse ese mismo año. Estos aviones se han convertido en un quebradero de cabeza para Boeing. En diciembre de 2016, Trump denunció que "los costes están fuera de control: más de 4 mil millones de dólares", y pidió cancelar el pedido.
Finalmente, se acordó que Boeing firmaría un contrato de precio fijo para que los excesos en el coste de los aviones fuesen asumidos por esa compañía. En abril de 2022 Boeing señaló que ya había perdido 660 millones de dólares con esos aviones. A día de hoy, la construcción de esos dos VC-25B aún no ha concluido y se espera que sean entregados en 2027, cuando los actuales VC-25A ya hayan cumplido 40 años.
Más allá de las cuestiones legales y políticas, el 747-8i regalado por Qatar a Trump no será ni remotamente gratis para los contribuyentes de EEUU. Hay que tener en cuenta que el avión debe someterse a una meticulosa inspección para poder prestar servicio como avión presidencial. También necesitará equipos de comunicaciones y otros sistemas de seguridad que son reservados y que tendrán que ser costeados por la USAF. Esto implicaría una operación de desmontaje del avión para dejarlo en su estructura más básica y después volverlo a montar. Las actuales previsiones indican que esa reconversión del 747-8i concluiría después de 2028, el año en el que Trump terminará su actual mandato.
Hace unos días, la CNN señaló sobre ese avión: "una persona familiarizada con los detalles del posible plan afirmó que el valor de la aeronave catarí ronda los 250 millones de dólares. Su reacondicionamiento, según estimaciones de la administración informadas a la persona, podría costar hasta tres veces esa cantidad, o incluso más". Aunque no vaya a resultar tan caro como los VC-25B que están en proceso de construcción, cabe preguntarse qué sentido tiene pagar una suma tan costosa para un avión que, previsiblemente, no estará listo hasta después de la llegada de los dos VC-25B, y eso sin contar, además, que el 747-8i acabaría en manos de la fundación presidencial de Trump.
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Foto principal: John Taggart. El Boeing 747-8i P4-HBJ fotografiado en diciembre de 2015 llevando la matrícula A7-HBJ.
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