El ataque de Putin a 30 ciudades de Ucrania y el silencio de la ultraizquierda antisemita

La dictadura de Vladimir Putin ha vuelto a lanzar hoy un nuevo capítulo de su estrategia de terror contra la población civil de Ucrania.

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El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha comunicado esta mañana que los rusos han atacado 30 ciudades y pueblos de Ucrania esta noche con casi 300 drones de ataque y casi 70 misiles de diversos tipos, incluidos misiles balísticos:

"Los objetivos fueron Kiev y la región, así como las regiones de Zhitomir, Jmelnitski, Ternópil, Chernígov, Sumy, Odesa, Poltava, Dnipropetrovsk, Nikolaev, Járkov y Cherkasy. Se trató de ataques deliberados contra ciudades comunes. Edificios residenciales comunes resultaron destruidos y dañados. En Kiev, las residencias del departamento de historia de la universidad fueron atacadas. También hubo ataques contra empresas. Trágicamente, hubo muertos, incluidos niños. Mis condolencias".

Según ha comunicado el periódico ucraniano Kyiv Independent, este nuevo ataque ruso contra objetivos civiles ha asesinado a 12 personas, entre ellas 3 niños, y ha herido a más de 60, datos comunicados por el ministro del Interior de Ucrania, Ihor Klymenko.

Zelenski ha añadido:

"Cada ataque terrorista ruso de este tipo es motivo suficiente para imponer nuevas sanciones contra Rusia. Rusia prolonga esta guerra y sigue matando a diario. El mundo puede tomarse un descanso de fin de semana, pero la guerra continúa, independientemente de los fines de semana y los días laborables. Esto no puede ignorarse. El silencio de Estados Unidos y de otros países solo anima a Putin.

Sin una presión realmente fuerte sobre los líderes rusos, esta brutalidad no podrá detenerse. Las sanciones sin duda ayudarán. La determinación importa ahora: la determinación de Estados Unidos, de los países europeos y de todos aquellos que buscan la paz en todo el mundo. El mundo conoce todas las debilidades de la economía rusa. La guerra puede detenerse, pero solo mediante la necesaria presión sobre Rusia. Hay que obligar a Putin a pensar no en lanzar misiles, sino en poner fin a la guerra".

Este nuevo ataque tiene lugar días después una nueva conversación telefónica entre Trump y Putin, en la que el dictador ruso volvió a embaucar al presidente de EEUU para ganar tiempo. Esta situación se viene repitiendo de forma continua desde febrero. Hasta ahora, Putin ha conseguido que Trump no reaccione a los continuos ataques rusos a Ucrania (hasta el momento no ha dicho nada sobre el ataque de anoche), dando más crédito a la palabra del dictador ruso que a los hechos. Entre tanto, civiles ucranianos -hombres, mujeres y niños- siguen siendo asesinados, pero Trump ejerce la mayor parte de sus presiones sobre el país invadido, en vez de sobre el invasor. De esta forma es imposible lograr la paz: así sólo se favorece al agresor.

Por otra parte, no está de más añadir que la ultraizquierda antisemita, que estos días están acusando falsamente a Israel de cometer un "genocidio" en Gaza, una acusación que no hizo contra los terroristas de Hamás por perpetrar el 7 de octubre de 2023 la mayor masacre sufrida por el pueblo judío desde el Holocausto, sigue sin lanzar esa misma acusación contra Putin y Rusia por sus ataques indiscriminados a la población civil de Ucrania, país que, como Israel, es la víctima de una agresión. Eso nos da una idea del concepto que esos acusadores tienen de loa derechos humanos: si no hay judíos a los que acusar, la ultraizquierda guarda un absoluto silencio.

Podéis ver aquí imágenes del ataque ruso de hoy publicadas por el Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania (DSNS):