40 años de la primera ley del aborto en España: las cifras de la vergüenza

Hoy se cumplen cuatro décadas de la aprobación, el 5 de julio de 1985, de la primera y monstruosa ley del aborto en España.

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Esa ley seguía calificando el aborto como un delito pero despenalizándolo en varios supuestos: el del riesgo grave para la salud física o mental de la madre, la violación y las malformaciones del feto. Teóricamente esto deberían haber sido situaciones excepcionales, pero la ley se convirtió en un coladero legal a causa del supuesto de la salud mental de la madre, un supuesto para el que no se pedía ninguna justificación, lo que disparó terriblemente las cifras de abortos.

Además, hoy se celebra otro aniversario triste: el de la entrada en vigor de la ley del aborto de 2010 el 5 de julio de ese año. Esta ley fue aprobada por los socialistas del PSOE, al igual que la de 1985, y convertía lo que hasta entonces era un delito en un "derecho" dentro de ciertos plazos: 14 semanas para todos los abortos y 22 semanas en caso de que el bebé por nacer tuviese alguna malformación. Esta también monstruosa ley ha servido para consolidar la cultura de la muerte en España, contribuyendo a normalizar algo tan horrendo como es el acto de matar a los niños y niñas por nacer (cito a ambos sexos porque muchas feministas parecen olvidar que el aborto ya ha matado a muchas niñas).

Hay que señalar que aunque ambas leyes del aborto fueron aprobadas por el PSOE, el Partido Popular no hizo nada por derogarlas durante sus gobiernos (1996-2004 y 2011-2018), ni siquiera cuando tuvo mayoría absoluta (2000-2004 y 2011-2015). Con ello, el PP se convirtió en corresponsable de la vigencia de esas leyes monstruosas. Recordemos, así mismo, que traicionando el discurso que habían mantenido el propio partido, en febrero de 2023 el actual presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, asumió la tesis socialista del aborto como "derecho".

En cuanto a las dimensiones del aborto en España, y ateniéndonos a los datos oficiales publicados por el Ministerio de Sanidad, entre 1985 y 2023 2.862.621 niños y niñas por nacer han sido asesinados en España. Teniendo en cuenta que en 2023 (las últimas cifras oficiales disponibles a día de hoy son las de ese año) se perpetraron en España 103.097 abortos provocados, actualmente ya habremos superado los 3 millones de niños y niñas por nacer asesinados. Partiendo de esta cifra y teniendo en cuenta el dato de que en España en 2023 el 48,66% de los bebés recién nacidos fueron niñas, podemos concluir que las leyes del aborto han matado a 1,46 millones de niñas por nacer y a 1,54 millones de niños por nacer, de forma aproximada.

Hay que señalar que España superó la cifra de 100.000 abortos y la tasa de 10 abortos por cada 1.000 mujeres en 2006, con 101.592 abortos y una tasa del 10,62. La tasa de abortos no ha bajado el 10 por 1.000 desde entonces, aunque entre 2014 y 2022 los abortos bajaron de la barrera de los 100.000, principalmente por dos motivos: por causas demográficas (cada vez hay menos jóvenes en España a causa, en gran medida, del propio aborto legalizado) y debido a la legalización de la píldora abortiva, que sirve para disimular las cifras reales de abortos.

Por otra parte, y como ya señalé aquí, según los datos oficiales 1.757.164 niños y niñas por nacer han sido asesinados en 24 años de gobiernos socialistas del PSOE, el partido que promovió las dos leyes del aborto. De ellos, 379.871 de ellos fueron asesinados durante los gobiernos de coalición del PSOE y los comunistas, primero los de Podemos y ahora los de Sumar, que respaldan las tesis proaborto aún de forma más radical que el PSOE. Así mismo, 1.105.457 hijos por nacer fueron asesinados en 12 años de gobiernos del Partido Popular, un partido que no ha mostrado ninguna preocupación por ello.

No quiero concluir estas líneas sin repetir mi absoluto rechazo a los cínicos eufemismos que se utilizan para disfrazar esta atrocidad. No son "interrupciones", no es un "derecho" ni una "elección": es el acto cruel de matar a un bebé por nacer en el vientre materno. Algún día sentiremos tanta vergüenza de haber consentido esto como la que sienten ahora en muchos países por haber consentido la esclavitud.