El acto ilegal fue organizado por el grupo trotskista Sindicato de Estudiantes

La Policía no desaloja un acto comunista ilegal pero sí a un periodista que lucía la rojigualda

¿Llevar a cabo una concentración prohibida es lícito, pero no lo es informar sobre ella llevando una mascarilla con la Bandera de España?

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La Policía no desalojó la concentración ilegal llevada a cabo por un grupo comunista

Este mediodía el grupo de extrema izquierda Sindicato de Estudiantes, vinculado a la organización comunista trotskista Izquierda Revolucionaria, se concentró en la Puerta del Sol de Madrid a pesar de que todas las movilizaciones para el 8M habían sido prohibidas por la Delegación del Gobierno y el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Si bien según TVE la Policía Nacional identificó a algunos asistentes, los agentes no desalojaron esa concentración ilegal de la plaza.

Los agentes sí que echaron a un periodista que llevaba la rojigualda en su mascarilla

La actuación de la Policía, como siempre siguiendo órdenes del Gobierno, fue muy distinta hacia uno de los periodistas que cubría ese acto. El reportero Vito Quiles, del canal Estado de Alarma y que llevaba una Bandera de España en su mascarilla, ha recibido empujones e insultos de los ultraizquierdistas, que no respetaban ni siquiera la distancia de seguridad necesaria en la actual situación de pandemia. En vez de desalojar el acto ilegal, la Policía ha echado de la plaza al periodista:

En otro vídeo publicado por Estado de Alarma se escucha a uno de los agentes reclamando la acreditación de prensa a Vito Quiles y exigiéndole que deje de grabar, cosa que no se ve en ningún momento que hagan con otros periodistas que estaban en el lugar. En resumidas cuentas: que los comunistas pueden hacer una concentración prohibida, pero un periodista no puede informar si lleva la Bandera de España en la mascarilla. Cada día es más escandaloso lo que está pasando en España con el Gobierno socialista-comunista de Sánchez e Iglesias.

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Comentarios:

  1. Agamemnón

    ¿Le ha pedido el periodista al policía que le ha impedido hacer su trabajo su número de placa? ¿Le ha pedido que le explique a cámara por qué ha dejado que los manifestantes ilegales le acosaran, le insultaran, no respetaran la distancia de seguridad, etc. y a él, si haber agredido a nadie ni haber incumplido ninguna norma, lo han apartado y expulsado arbirtrariamente?
    ¿O solo se ha quedado en una queja por vídeo? Porque si siempre actúan igual y no lo denuncian en el juzgado, nunca nos lo tomaremos en serio.

  2. Luis Carlos

    ¿Pero alguien con dos dedos de frente se va a creer que Pedro Sánchez va a conseguir la reelección a pesar de ser el gobernante más incompetente en el Oeste de Europa en los últimos 50 años? No se puede confiar en ningún medios de comunicación que no hable del voto de castigo.

    Si no se cumplen los protocolos del recuento de votos entonces es el fin de la democracia española, y estaremos en una dictadura bananera como la de Venezuela o Cuba.

    Esto no es sólo las graves sospechas de pucherazo, sino que el cuarto poder, que habla de Vox como una amenaza potencial, no ve ninguna señal de peligro en Falconetti.

  3. Ivan

    Elentir, lee esta misma noticia en abc. Porque la musica que dicen yo no la oigo en el video, quizas por los berreos desquiciados de las femi…nistas

  4. Luis

    Hay que dejar de disculpar a determinados «funcionarios» de uniforme. Por mucha orden que se tenga, ante un ilícito no se puede mirar a otro lado. Y, cuando agreden al periodista, su obligación es identificar y denunciar al agresor y permitir al trabajador ejercer su derecho.

  5. Agamemnón

    Efectivamente, Luis. Ya está bien de disculpar actuaciones arbitrarias con la manida excusa de las «órdenes de la superioridad», cuando todos sabemos cómo de podrida ideológicamente hablando está dicha «superioridad». Tanto si un acto es ilícito y no se denuncia como si es lícito y se impide violentamente las fuerzas de seguridad deben actuar cumpliendo la ley, por mucho que las órdenes de no actuar provengan de sus superiores.
    Una policía que solo cumple órdenes pronto deviene en una policía política.

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