Lo del PNV no es ambigüedad

El partido creado por el racista ultramontano Sabino Arana Goiri escenificó ayer su enésimo simpatía por los terroristas de ETA y su entorno. El Gobierno Vasco, en manos del PNV, mostraba su disgusto por la orden judicial que ha enviado a prisión a la alcaldesa proetarra de Mondragón, que se ha negado a condenar a ETA a pesar del asesinato en marzo de un vecino de esa localidad vasca, el militante socialista Isaías Carrasco. El ejecutivo de Ibarretxe ha tenido la desfachatez de acusar a los jueces de actuar en virtud de "impulsos políticos", poniendo a los magistrados una vez más en el punto de mira de los asesinos.

Tenemos que empezar a convencernos de que esta actitud del PNV no responde a ninguna calculada ambigüedad, como se suele decir, ni a nada que se le parezca. El PNV comparte los mismos objetivos políticos que ETA: la independencia del País Vasco. El partido de Ibarretxe ya ha demostrado con creces que ese objetivo se antepone a cualquier otra consideración ética y moral. De hecho, el Lehendakari ni siquiera ha tenido la pizca de pudor de no convocar el referéndum de autodeterminación que hará en octubre ante la persistencia de la actividad criminal de los etarras.

El PNV se molesta cada vez menos en simular cierta fidelidad a los principios constitucionales, al marco legal, en fin, que le ha garantizado al nacionalismo vasco no sólo la posibilidad de expresarse y manifestarse con total libertad, sino también el disfrute del poder en el País Vasco de forma ininterrumpida durante las últimas tres décadas. Lejos de corresponder con lealtad a estos derechos, el PNV ha hecho todo lo posible por traicionar ese marco democrático del que ha abusado hasta hartarse. Y es que el partido de Sabino Arana no es ambiguo: políticamente está con los del pasamontañas, a los que cariñosamente llamaban "los chicos de la gasolina" hace años. Sólo así se explica que los follones los armen cuando detienen a un etarra, y no cuando se da el hecho de que una alcaldesa proetarra está gobernando un municipio vasco por el simple hecho de que al PNV no le da la gana de promover una moción de censura contra ANV, como ha ocurrido en Mondragón.