Una película sobre un objetor de conciencia que se convirtió en héroe de guerra

'Hasta el último hombre' (Hacksaw Ridge): Mel Gibson sí que entiende la épica y el heroísmo

La semana pasada os hablé aquí sobre el fiasco de "1898: Los últimos de Filipinas". Hoy os vengo a hablar de una película que es justo lo opuesto: una obra que acierta en lo que la española falla.

En este caso quien lleva la dirección es Mel Gibson, que ya demostró en el pasado su acierto al abordar dos episodios muy distintos de la historia militar de EEUU: la Guerra de Independencia (que trató en "El patriota", 2000) y la Guerra de Vietnam ("Cuando éramos soldados", 2002). Esta vez se mete de lleno en una batalla de la Segunda Guerra Mundial, concretamente una de las más brutales: la librada en la isla de Okinawa (Japón) en la primavera de 1945. El protagonista es Desmond Doss -muy bien interpretado por Andrew Garfield-, un cristiano adventista que se alistó para servir a su país, con la condición de que hacerlo como médico militar y sin que le obligasen a tocar ningún arma, pues no deseaba matar a nadie para no violar el Quinto Mandamiento: "No matarás".

La película nos muestra la guerra en toda su crudeza, incluso con más crudeza de la que es habitual en estas películas. Una crudeza que recuerda mucho a ciertas escenas de "La Pasión de Cristo", dirigida por Gibson en 2004. Ante escenas tan horrendas que parecen sacadas de la parte dedicada al infierno en "La Divina Comedia" de Dante, uno se pregunta, inevitablemente, qué puede hacer un hombre desarmado allí en medio. Pues en el caso de Doss, salvar a camaradas heridos mucho más allá de lo que le exigía el cumplimiento del deber, motivo por el que fue el primer objetor de conciencia que recibió la Medalla de Honor, la más alta condecoración militar estadounidense. En este sentido, y aunque no oculta los horrores de la guerra, Gibson ha sabido huir del pacifismo fácil e infantil de nuestro tiempo y hacer una buena película cargada de épica y heroísmo. Algo parecido a lo que hizo con las dos citadas películas bélicas.

Además, Gibson sabe abordar con respeto la faceta religiosa del protagonista y se asoma al debate sobre la objeción de conciencia con acierto y delicadeza, mostrándonos los motivos del protagonista pero sin demonizar a los que, a diferencia de él, sí deciden empuñar las armas. Las escenas de combate son realmente buenas, y van acompañadas de una muy buena banda sonora a cargo del británico Rupert Gregson-William. La película es un merecido homenaje a Desmond Doss, pero también a todos los sanitarios militares, que generalmente ocupan un lugar secundario en las películas bélicas, pero que en las guerras son los responsables de que muchos heridos y mutilados en combate puedan salvar sus vidas. La Medicina es un oficio noble que, en medio de la guerra, aporta consuelo y ayuda a quienes están sufriendo, y ese oficio queda magistrarlmente representado en la figura de Doss.

En fin, que os la recomiendo. Eso sí, dada la crudeza de las escenas de combate, es mejor que no vayáis a verla con niños pequeños. Os dejo aquí con el trailer en español:

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Comentarios:

  1. Lorenzo

    Muchas gracias, Elentir. Te estás convirtiendo en mi crítico de cine favorito.😉

  2. Jejeje, gracias a ti por el halago, Lorenzo. 😉

  3. JFM

    Aqui la biografia de Desmond Doss

    https://en.wikipedia.org/wiki/Desmond_Doss

    https://es.wikipedia.org/wiki/Desmond_Doss

    Un error en la traduccion: un medic no es un medico sino un audante sanitario. Desmond Doss no tenia siquiera el bachillerato.

    Sobre Desmond Ross me enteré de su historia hace una decada, mucho antes de que saliese la pelicula y entre otas cosas me hizo sentir un inmenso desprecio por los que objetores del «no quiero ir la guerra»

  4. Luisa Carrasco

    Este pasado domingo pude ir a verla, al fin, y coincido contigo. Salvo por la crudeza de las escenas de combate, me ha encantado y creo que merece la pena con creces.

    Siempre he sentido una profunda admiración por los que se juegan la vida por otros y, también, por todos los que ejercen con verdadera vocación la Medicina (y la asistencia sanitaria en general). A esa lista hay que añadir a los misioneros, y el protagonista de esta historia lo tiene prácticamente todo (y, encima, es un romántico en toda regla).

    Estoy deseando que la puedan ver mis hijos, aunque tengan que esperar un poco y me tenga que poner entre la tele y ellos durante alguna escena, de esas tan crudas.

  5. Yo creo que la crudeza de las escenas, además de realista, es un acierto en el sentido de que el espectador se dé cuenta del horror que supone estar en medio de un campo de batalla como ése. Lamentablemente, hoy la gente está tan insensibilizada por la tele que hay que mostrarle la realidad con esta crudeza para que se dé cuenta de lo que pasa en un sitio así.

  6. Luisa Carrasco

    A mí también me parece que está justificada la presencia de esas imágenes y que es bueno que las vea todo el mundo, tanto los que quieren ser médicos o militares como el resto de los mortales. Simplemente no puedo decir que me encanten (cuando fui al cine sabía a lo que iba) y sí que creo que no es para niños (ni pequeños ni medianos). Qué menos que unos doce años, ¿no?

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